La semana pasada hablaba de los vídeos de Internet que veo en casa en los ratos
libres entre tarea y tarea, y eso me ha dado la idea de empezar una serie de
entradas sobre los canales de YouTube que más frecuento. Ya sabéis que los
formatos visuales conectan bastante con mi forma de aprender, y en los últimos
años la divulgación del Conocimiento en YouTube se ha vuelto cada vez mejor y
más variada, lo que explica que dedique bastante tiempo a esta plataforma a lo
largo de la semana. Como ya hemos hablado antes en el blog de divulgadores científicos,
hoy empezaremos extendiendo este concepto al mundo digital, citando mis canales favoritos de YouTube
sobre Ciencia… Pido disculpas de antemano a los que no dominéis la lengua de
Shakespeare, porque bastantes de ellos son en inglés, pero es muy probable que
la mayoría tengan subtítulos en español.
Podemos empezar por Veritasium,
con vídeos no solo bien documentados sino también profesionalmente editados y
visualmente muy atractivos porque su creador Derek Muller, que también ha
participado en algunos programas de la televisión australiana, estudió Cine además de Física. Tenemos en
segundo lugar Physics Girl con Dianna
Cowern; uno de sus objetivos es el de animar especialmente a las chicas a escoger
carreras de Ciencias, entrevistando a mujeres investigadoras que puedan
servirles de ejemplo. Y en Vsauce
Michael Stevens viene colgando desde 2010 vídeos sobre Ciencia en general, con tanto
éxito que ya hay dos canales más de la misma franquicia, Vsauce2 y Vsauce3,
conducidos por otras personas… En los últimos años el canal original ha subido
tres temporadas de Mind Field, una
serie de vídeos acerca del cerebro, algo más largos y con una producción más
profesional, que inicialmente se estrenan en la plataforma de pago de YouTube y
tiempo después se cuelgan en abierto.
En lo que respecta a canales en español, Quantum Fracture, con José Luis Crespo, está
basado en vídeos sobre Física y Medio Ambiente que incluyen unas animaciones
por ordenador bastante trabajadas… Aprovecho para hacer aquí un comentario que
se podría aplicar no solo a este canal sino a otros muchos: A veces echo en
falta vídeos atractivos y visualmente ilustrativos sobre Física clásica, sobre los
fundamentos del movimiento de cuerpos, los equilibrios de fuerzas
o la propagación de ondas; la mayoría de veces los divulgadores optan por lo
más espectacular y se olvidan de los cimientos, yéndose directamente al tejado,
a la Física cuántica o la relatividad… Otro canal en español sobre el comportamiento
del ser humano, el cerebro y la consciencia es Antroporama
de Patricia Tezanos, especialista en Neurociencia… Tengo que confesar que la
descubrí cayendo en el clickbait más vergonzoso, con un vídeo sobre el misterioso
atractivo de los pechos femeninos,
pero de ahí pasé a otros de sus contenidos, también muy interesantes.
Enumeremos ahora algunos canales más especializados en Matemáticas… 3Blue1Brown de Grant Sanderson me parece un
auténtico hallazgo, con unas animaciones muy ilustrativas que más allá de lo
puramente estético nos ayudan a comprender visualmente muchos conceptos
geométricos o matemáticos, incluso aquellos aparentemente más difíciles… Muy
recomendable. Numberphile, concebido por Brady Haran, cuenta con distintos
invitados que se van alternando cada cierto tiempo, como James Grime,
Neil Sloane o Hannah Fry.
En español tenemos Lemniscata,
que por ahora no ha subido muchos vídeos pero promete, y Derivando,
con el riojano Eduardo Sáenz de Cabezón, que también presentó la última
temporada de Órbita Laika en La 2.
Barriendo más para casa, para la zona de Valencia, podría citar el canal Early Universe, con entrevistas muy bien
documentadas a especialistas en distintos campos de la Ciencia y la Filosofía
de la Ciencia; aunque su autora Elena Denia, a la que conozco personalmente,
hace ya unos meses que no lo actualiza… También está La Gata de Schrödinger,
cuyo nombre auténtico es Rocío Vidal, castellonense afincada en Barcelona que tras
haber estudiado periodismo se dedica a tratar temas de escepticismo y lucha
contra las pseudociencias. Rocío nos visitó hace poco para presentar su libro
en Escépticos en el Pub Valencia
y la verdad es que demostró tener bastantes tablas en el turno de preguntas, y
fue supermaja a la hora de las firmas, dedicando mucho tiempo a la gente que se
quedó haciendo cola…
A continuación os cito brevemente a algunos divulgadores cuyos vídeos veo
de vez en cuando pero que no me convencen tanto como los anteriores… En el caso
de Date un Vlog y CdeCiencia
creo que es más por la forma de locutar que por el fondo: mientras en el
primero Javier Santaolalla le pone a la cosa un entusiasmo exagerado, en el
segundo Martí Montferrer resulta soso, con una entonación excesivamente
monótona… Tibees, el canal de
Toby Hendy desde Australia, también me genera sentimientos encontrados: tiene
vídeos interesantes sobre distintos modelos de examen de Física o Matemáticas
(algunos muy antiguos), o sobre la experiencia de ser estudiante universitaria;
pero hay otros en los que se tira diez minutos solo para explicar qué es una parábola haciendo dibujitos de
montañas y árboles en una pizarra, lo cual me parece adecuado como ASMR
pero no es divulgación de la Ciencia.
Enumero aquí otros canales sin una cara visible pero que hacen buena
divulgación científica y del Conocimiento en general… In a Nutshell tiene unas animaciones estéticamente
muy bonitas sobre Ciencia, Medicina y cerebro, pero también sobre conceptos
filosóficos… Me gusta la descripción del propio canal según la cual explican
los temas desde un nihilismo optimista,
poniendo de manifiesto la Belleza inherente al Conocimiento; me parece una
filosofía bastante acorde a la de este blog. Minute Physics es un formato creado por Henry
Reich, basado en vídeos normalmente de corta duración, que a pesar de su
apariencia infantil, con monigotes hechos con cuatro rayas, se mete a veces a
explicar conceptos realmente complejos. Y en tercer lugar está Ted-Ed, con
animaciones no solo sobre Física
o Ciencias de la Salud sino también
sobre Historia, Economía,
Filosofía, Mitología
o Literatura.
Para ir terminando, algunos ejemplos de canales que se alejan un poco del
típico formato de vídeos sobre Física. En Academia Play
tenemos en español multitud de animaciones sobre Historia, desde la más antigua
a la más reciente, en forma de esquemas-resumen que se pueden utilizar luego
para repasar con vista a los exámenes del colegio… PBS Eons
contiene vídeos sobre Historia natural, desde la misma aparición de la Vida
sobre la faz de la Tierra hasta la más reciente evolución de los Homínidos,
pasando por los dinosaurios o cualesquiera otros animales prehistóricos. Y en
el canal de BBC Earth tenemos fabulosos vídeos de naturaleza, con extractos de
sus series más famosas, presentadas por Sir David Attenborough, como Planet Earth, Blue Planet
o Seven Worlds, One Planet.
Ya veis que buscando un poco
se pueden encontrar en YouTube contenidos realmente interesantes sobre Ciencia;
espero que algunas de estas recomendaciones os resulten útiles… Decidme en los
comentarios si estáis de acuerdo con mi selección, si algunos de estos canales
están también entre vuestros favoritos o si tenéis alguna otra sugerencia que
pueda interesarme a mí o a los demás lectores. En otra ocasión, más adelante,
seguiremos hablando en el blog de mis canales favoritos de YouTube en otros
campos como el entretenimiento puro y duro o la divulgación musical o
cinematográfica.
Las Navidades no están hechas para descansar. Tienes unos pocos días de
vacaciones y muchos recados atrasados que has ido apuntando en tu agenda
a lo largo del año, y en algún momento de inconsciencia llegas a pensar que
podrás ponerte al día con todo, pero el tiempo se pasa volando… Los últimos
días antes de las vacaciones haces más horas extras que de costumbre en el
trabajo para intentar dejar apañada cuanta más faena mejor, y además te llevas
deberes para casa. Aprovechas los festivos para dormir un poco más y recargar
baterías. Primero tachas de la lista las tareas de la casa más urgentes: pasas
la aspiradora, limpias un poco,
pones una lavadora y hasta remiendas un par de calcetines si encuentras un
hueco. Quedas con algunos amigos y a otros no te da más que para felicitarles por WhatsApp
e intercambiar un par de frases rápidas. Vas a uno o dos estrenos en pantalla grande y ves alguna película
entretenida por la tele (parece que sea únicamente en estas fechas cuando se
programan títulos interesantes). También acudes a algún que otro concierto
y a un par de museos.
Quedas con la familia en Nochebuena y de nuevo en Navidad, e intentas
planificar con qué grupo de amigos pasarás la Nochevieja. Piensas en tres o
cuatro cosas que te hagan ilusión para Reyes y a su vez compras los regalos
para tus familiares más próximos. Pasas a limpio la agenda del año que acaba y
pones a punto la del próximo, actualizando tu lista de tareas pendientes, y todo
ello salpimentado aquí y allá con canciones
y vídeos cortos de YouTube para
hacer la cosa algo más llevadera… Y con tanto lío en la cabeza, cuando te
quieres dar cuenta ya es lunes por la noche y no tienes nada preparado (ni
siquiera pensado) para el blog, de modo que decides redactar una breve disculpa en la que desarrollas la idea de
lo atareado que sueles estar los días de Navidades y lo poco que te cunden las
vacaciones… ¿Cuenta eso como entrada o no? En cualquier caso no os preocupéis,
que la semana que viene tendréis un texto en condiciones; ahora mismo me lo apunto
en mi lista de tareas navideñas.
Ya os he comentado en el blog que hace tres años pasé una semanita de
vacaciones en Florencia,
con breves visitas también a Pisa y Siena, y que me encantó. Sabéis que cuando
viajo estoy atento a las piezas de arte urbano con las que me voy tropezando por
el camino, y aunque en este caso no había tanto donde elegir como en las zonas
turísticas de Londres,
Berlín
o Nueva York,
encontré un par de artistas con propuestas bastante interesantes… La escasez de
graffiti quedó compensada por la presencia en tres puntos de la ciudad de las
esculturas de bronce cromado del artista belga Jan Fabre.
Algunas de las piezas de esta exposición temporal, de nombre Spiritual Guards,
estaban en la Piazza della Signoria y el Palazzo Vecchio, pero a mí
personalmente me impresionó más la tercera sede, en el interior y alrededores
del Forte di Belvedere,
en una elevación al sur del casco antiguo, al otro lado del Arno, desde la que
había fantásticas vistas de Florencia y del paisaje circundante de la Toscana. La
combinación de la Belleza clásica del entorno y el surrealismo onírico
de las esculturas convirtió esta visita en una experiencia estéticamente muy
intensa que me dejó un grato recuerdo… A continuación tenéis una selección de
mis quince mejores fotos tanto de la exposición como de las piezas que me fui encontrando por las paredes de la ciudad.
En La Belleza y el Tiempo ya hemos explorado con anterioridad el tema de si
la condición humana es aplicable a robots,
inteligencias artificiales,
replicantes o clones,
llegando a la conclusión de que nos hace Humanos lo que hacemos, no lo que somos…
En esta especie de apéndice a la entrada sobre los Homínidos, después de haber
visto cómo los últimos doce mil años nos han traído un gran desarrollo pero también nuevos problemas, vamos a
comparar a los Sapiens con el resto de especies animales actuales y a explorar
qué es exactamente lo que nos hace Humanos. ¿Qué nos diferencia de chimpancés,
delfines o elefantes a nivel cualitativo y no solo cuantitativamente? Si
repasamos la lista de nuestras hazañas (bipedismo, herramientas, fuego, gran
cerebro, lenguaje, pensamiento abstracto, autoconsciencia, cooperación…), ¿hay
alguna de ellas de la que ninguna otra especie haya dado muestras a menor
escala?
Centrémonos primero en las cosas en las que no somos demasiado especiales.
Ya en su día el propio Darwin dijo que Hombre y animales solo difieren en
grado, no en cualidades… Por ejemplo, tenemos evidencias de que los chimpancés usan herramientas: con la ayuda
de pequeñas ramitas sacan a las termitas del termitero para comérselas, o usan
un palo largo para comprobar si las aguas turbias son muy profundas. Los
orangutanes usan hojas grandes como sombrero cuando llueve. Y otras especies
más sencillas (algunos expertos dicen que hasta el 1% del total), incluyendo
insectos, arañas, pulpos o peces, utilizan herramientas en mayor o menor
medida. Incluso hay bonobos en cautividad que entienden lo que es el fuego y
pueden manejarlo; eso sí, ayudados siempre por un humano.
Algunos simios superiores, entrenados adecuadamente, pueden comunicarse con
nosotros; no con sonidos complejos, porque carecen de un aparato fonador con la
laringe más baja como el nuestro, pero sí utilizando el lenguaje de signos
o seleccionando símbolos en una pantalla,
con un vocabulario que puede llegar a constar de varios cientos de palabras (Hablando
de pantallas, algunos chimpancés son incluso mejores que los humanos en determinadas
tareas de retentiva visual y memorización de números).
Y ni siquiera necesitan la ayuda de Sapiens para tener un lenguaje: los
chimpancés salvajes disponen de un amplio rango de gestos y expresiones faciales con los que se comunican
entre ellos y ponen de manifiesto sus emociones.
Especialmente reseñable es el caso de la gorila Koko,
nacida en el zoo de San Francisco en 1971 y fallecida el año pasado. La
psicóloga animal estadounidense Penny Patterson le enseñó a hablar lengua de signos
cuando tenía un año, y llegó a aprender y utilizar unos mil signos distintos.
Aparte de esto, entendía unas dos mil palabras del inglés hablado solo con
oírlas. Veía películas y hasta tenía sus escenas favoritas, y a lo largo de su
vida tuvo varios gatos como mascotas, expresando su pena en lengua de signos
cuando estos morían de viejos… Hasta qué grado Koko realmente dominaba el
lenguaje y se comunicaba ha sido motivo de controversia,
ya que a menudo era Patterson la que interpretaba sus signos y reacciones frente
a la cámara poniendo un poco de su cosecha y completando los razonamientos;
pero está claro que la gorila tenía un vocabulario propio de un niño humano de
tres años.
Algunos experimentos han mostrado que los simios tienen moralidad, sentido
de la equidad y la justicia: a veces reparten las recompensas en partes
iguales, ayudan a los demás y adoptan bebés huérfanos (Se ha visto que hasta las
ratas se ayudan unas a otras aunque esto las perjudique un poco… Así que tal
vez nuestros ancestros comunes los Purgatorius también lo hacían hace sesenta y
seis millones de años). Los chimpancés tienen una Cultura muy básica,
transmiten conocimientos y costumbres a la siguiente generación… Los macacos
japoneses aprendieron hacia 1963 a meterse en las piscinas termales
para combatir las bajas temperaturas del invierno nipón, y han ido
transmitiendo la costumbre a las nuevas generaciones desde entonces (hasta han
aprendido a cocer algunos alimentos en el agua caliente)… Volviendo a los chimpancés,
estos juegan igual que los humanos, y se ríen cuando les haces cosquillas,
algo de lo que ya se había percatado Darwin en su día. Y en cuanto a llorar, ¿somos
los únicos que lo hacemos? Pues no, parece que otros animales como los
elefantes o los gorilas lo hacen también.
Los simios superiores saben ponerse en la mente del otro, lo que significa
que tienen cierta autoconsciencia… Prueba de ello es que saben reconocerse en
un espejo, como la gorila Koko; esta prueba del espejo
fue ideada en 1970 por Gordon Gallup Jr. y consiste en colocar una pegatina o marca
en el cuerpo del animal y comprobar si al verla en el reflejo este se mueve
para observarla mejor o se toca a sí mismo para intentar quitársela…
Por ahora la han superado bonobos, orangutanes, delfines, orcas, elefantes, urracas
y tal vez palomas. Ahí no queda la cosa: algunos monos tienen una forma muy
sencilla y primitiva de comercio, y por otro lado los bonobos tienen sexo por
placer (aunque no continuamente,
como piensan algunos), y se han observado conductas masturbatorias en machos de
ochenta especies distintas y hembras de cincuenta, así como conductas
homosexuales en varios casos. Algunas de estas especies también se nos parecen
en lo malo: los chimpancés pueden ser manipuladores o mentirosos si les
conviene, e incluso asesinar o llevar a cabo guerras,
a menor escala que nosotros, eso sí… De acuerdo con todo esto, parece que no
somos tan diferentes de otros primates, quizá solo a nivel cuantitativo.
Veamos ahora qué tenemos de especial, empezando por nuestro cerebro…
Ya dijimos que en la actualidad pesa algo menos de kilo y medio, mientras que
los de los elefantes tienen unos cinco kilos y los de las ballenas unos nueve
kilos, así que no se trata de una cuestión de tamaño. Todos los grandes
primates tienen una gran densidad de neuronas comparados con otras especies, de
modo que tampoco en eso somos únicos. Lo que sí nos hace especiales es que
nuestro cerebro alcanzó un mayor tamaño porque Erectus y Sapiens empezaron a
cocinar la comida, consiguiendo la misma energía sin tener que dedicar tanto
tiempo a lo largo del día a tener que alimentarse… Un gorila, por ejemplo, es
tres veces más grande que un humano pero su cerebro es tres veces más pequeño.
Tenemos en promedio un total de 86.000 millones de neuronas, de las cuales
16.000 millones están localizadas en la corteza cerebral, más que en ninguna otra especie:
esta última cifra es la que realmente nos convierte en campeones indiscutibles.
Si nos referimos al ADN, los cambios y mutaciones que nos han hecho
diferentes y únicos
empezaron a ocurrir hace unos 70.000 u 80.000 años (Abro un breve paréntesis
para romper un mito: el porcentaje de genes que nos diferencia de los
chimpancés es bastante superior al 1% que se cita erróneamente en algunas
fuentes mal documentadas). Una de nuestras principales ventajas es la mayor capacidad
para procesar información abstracta y simbólica en nuestra cabeza, incluso
antes de que surgiera el lenguaje hablado: pensando podemos hacer referencia a
algo que no está ahí en ese momento, y hablando podemos compartirlo con los
demás para facilitar el trabajo en equipo. Gracias al pensamiento abstracto y
el habla podemos recordar el Pasado o tomar precauciones para el Futuro; por
tanto nos permiten “viajar en el Tiempo”,
ya sea de forma individual o colectiva, para sopesar las consecuencias de
nuestras acciones y tratar de tomar las decisiones adecuadas.
La habilidad de transmitir nuestros conocimientos a la siguiente generación
para que esta los acumule, complete y perfeccione es lo que constituye nuestra
Cultura, y el hecho de tener una
infancia inusualmente larga nos permite aprender una gran cantidad de cosas
antes de tener que valernos por nosotros mismos. No dependemos solo de nuestro genotipo
para sobrevivir y prosperar; la Cultura nos proporciona ese fenotipo extendido
del que ya hablamos en la primera entrega, ampliando nuestra gama de recursos.
Es la diferencia entre la selección natural y la selección cultural, entre que
el entorno nos cambie a nosotros o que nosotros cambiemos el entorno… Esta transmisión
de Conocimiento, primero oral y después escrita, nos permitió elaborar
herramientas y llevar a cabo técnicas que constaban de multitud de pasos
y por tanto presentaban una mayor complejidad, inalcanzable por cualquier otra
especie… Y el abanico de herramientas (tanto físicas como intelectuales) a
nuestra disposición se ampliará hasta límites insospechados cuando empecemos a
aplicar el método científico.
Hace dos semanas os hablé un poco de la forma de cooperar que tienen las
abejas y los chimpancés… Las abejas pueden colaborar en grandes números pero
cada una tiene asignadas unas tareas fijas que no pueden cambiar. Por otra
parte, los chimpancés pueden adaptarse a los cambios y realizar muy distintos
tipos de tareas en equipo, pero nunca con individuos a los que no conozcan
directamente, lo que limita el número de colaboradores a no más de cien… Cooperar flexiblemente y a la vez en masa,
con gente a la que no hemos visto nunca, es lo que nos hace a los Sapiens peculiares
como especie y nos ha permitido controlar el Planeta… De hecho, nuestro
altruismo incluso hacia desconocidos y nuestra capacidad para leer la mente del
otro son mucho mayores que las de otros primates.
Este tipo de cooperación es posible gracias a que podemos crear relatos
ficticios en nuestro cerebro, con conceptos abstractos como la religión, los derechos
humanos, las grandes corporaciones, las nacionalidades, el dinero… Hemos
superpuesto a nuestra realidad objetiva una segunda capa de realidad imaginaria,
hecha de convenciones, que solo está en nuestras mentes… Estas son las ideas defendidas
por el historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari, que aun teniendo sus
detractores se ha convertido en un auténtico best seller con su libro Sapiens
y la continuación, Homo Deus.
En resumen, lo que nos hace especiales
es que podemos contar historias y podemos pensar en el Pasado y en el Futuro,
preguntarnos a nosotros mismos de dónde venimos y a dónde vamos, e intentar
averiguarlo… Hay dos maneras complementarias, igualmente lícitas y a la vez
radicalmente opuestas,
de buscar estas respuestas: el Arte y la Ciencia. En cuanto al primero, puede
que los Neanderthales crearan sus propias representaciones artísticas, pero aún
no lo sabemos con seguridad y en cualquier caso eran bastante más simples que las
de Sapiens; desaparecidos nuestros primos evolutivos, actualmente somos los
únicos artistas sobre la faz de la Tierra.
Por otro lado, el Hombre es el único animal que hace Ciencia;
como ya he dicho en otras ocasiones, los Sapiens somos la manera que ha
encontrado el Universo de pensar acerca de sí mismo… Más adelante efectuaremos en
el blog otro salto temporal, más allá de la escritura, las bibliotecas y la imprenta,
pasando del sílex de las primeras herramientas al silicio de los microchips, y
hablaremos por orden cronológico de los avances científicos y tecnológicos
ocurridos en los últimos cuatro siglos, que nos han llevado un poco más cerca
de conocer nuestro lugar en el Mundo (como muestra, esta misma entrada) y de
intentar desentrañar, en caso de que lo tenga, el sentido de la Vida.
La semana pasada, narrando la historia del Homo Sapiens, habíamos llegado
al final de la última glaciación, hace 12.000 años, lo que equivale a unas cuatrocientas generaciones.
Por entonces nuestra especie da un paso de gigante en su evolución al descubrir
la agricultura en distintos
puntos del Planeta. De nuevo algún miembro curioso del clan será el
responsable, al darse cuenta de que nuevas plantas surgen en el lugar donde
meses atrás cayeron por accidente algunas semillas, probando a plantar más
semillas a propósito para disponer de alimento fácil de recolectar. Poco
después se iniciará un proceso de modificación genética
mediante la selección de las mejores semillas, las de las plantas que dan más
grano, para la siguiente cosecha. En algunos yacimientos se han encontrado
hoces rudimentarias para segar pertenecientes a esta época.
En Afroeurasia
este avance surgirá de forma independiente en cuatro focos distintos…
Por un lado tenemos la zona de Sumeria y Mesopotamia, donde se cultiva trigo y
cebada. En el norte del río Nilo los vientos que soplan hacia el interior, permitiendo
su navegación en ambos sentidos dependiendo del uso de las velas, convertirán con
el tiempo a Egipto en un imperio muy estable y duradero… A la zona en forma de
media luna que incluye a los ríos Nilo, Tigris y Éufrates se le conoce con el
nombre de Creciente Fértil.
El tercer foco de desarrollo aparece en la actual zona de Afganistán e India, y
el cuarto un poco más lejos, al este de China, con el cultivo de arroz.
También
aparecen focos de futuras civilizaciones en América, con lo que luego serían
los Aztecas y Mayas en Méjico, donde predomina el maíz, y más al sur los Incas
en Perú. Como ya comentamos en otra ocasión,
el hecho de que las cuatro regiones de Afroeurasia estuviesen mejor comunicadas
entre sí y en latitudes similares favoreció que progresaran más rápidamente que
las de América, distribuidas a lo largo de un eje norte-sur, ya que las
primeras podían intercambiar ideas y productos, aplicando los descubrimientos
de las otras y compartiendo cultivos y animales domésticos que funcionaban bien
por tener todas climas parecidos.
También hace 12.000 años se generalizan las actividades ganaderas, y se
produce la domesticación de la cabra y la oveja. Esto presenta claras ventajas,
como el suministro regular y abundante de carne y tal vez el consumo de leche,
pero aparecen también algunos inconvenientes: el vivir en contacto íntimo con
otras especies da lugar a la aparición de nuevas enfermedades. El paso de cazadores-recolectores nómadas a agricultores-ganaderos
hace que no tengamos que pasar la mayor parte del día buscando alimento, o
movernos a otras zonas cuando este escasea, así que los Sapiens nos volvemos
sedentarios y nos establecemos en un lugar concreto. Los excedentes de grano
permiten la especialización de los individuos en una tarea determinada y por
tanto se suceden los descubrimientos y avances a más velocidad.
Precisamente debido a este grano y este ganado que hay que cuidar aparece
un sentido de la propiedad más marcado… Seguramente había habido luchas entre
grupos de vez en cuando, tal vez por el dominio de territorios con mejor caza y
más alimentos, desde el mismo amanecer de la Humanidad,
pero ahora los grupos son más grandes, están más organizados y tienen un líder,
y unas malas cosechas derivadas de la sequía o la pérdida de ganado a manos de
una epidemia pueden empujar a una de estas tribus a saquear otros poblados de
forma sistemática. Uno de cada diez esqueletos encontrados pertenecientes a
esta época muestra signos de violencia, y se ha concluido a partir del análisis
de los huesos que estos granjeros vivían en promedio cinco años menos que sus ancestros
cazadores. Igual que ocurre con las consecuencias positivas del desarrollo,
también las guerras se producirán a una escala cada vez mayor…
Un gran cerebro implica una gran responsabilidad, y no está muy claro que los Sapiens seamos realmente tan sabios
como nuestro nombre indica.
Aparecen las primeras ciudades,
necesarias para proteger los rebaños y las reservas de grano de manera
eficiente, con una jerarquización más clara de la población y un comercio cada
vez más intenso. Las ciudades dan paso a los reinos y estos a su vez a los
imperios: es el nacimiento de la Civilización actual. El progreso se vuelve
exponencial, y construimos edificios, monumentos, palacios y fortalezas cada
vez más grandes. También pensamos en el Más Allá y nos preocupamos por lo que
hay después de la Muerte, con rituales de enterramiento más elaborados que
darán paso a las grandes religiones organizadas.
Hace 12.000 años termina el Paleolítico (la Edad de Piedra Antigua) y
comienza el Mesolítico, un periodo de transición que desemboca hace 10.000 años
en el Neolítico, una Nueva Edad
de Piedra caracterizada por el uso de herramientas pulimentadas. Aparecen las
primeras construcciones de ladrillo,
y hace 8.500 años empieza la Edad de los Metales,
con la fabricación de utensilios, armas y adornos de cobre y después de bronce.
Hace unos 7.500 años aparecen los tornos de alfarero, en los que se utiliza por
primera vez el giro de una rueda alrededor de un eje; más adelante se ampliará
su uso al transporte más fácil de cargas y personas. Hace 6.000 años se produce
la domesticación del caballo y de las gallinas.
Hasta este momento el lenguaje hablado nos había ayudado a trabajar en
equipo y compartir conocimientos, aumentándolos y refinándolos de generación en
generación, pero esto requería una transmisión de boca a oreja y a veces la
línea de maestros y aprendices quedaba truncada por accidente, produciéndose un
salto hacia atrás; la memoria de los individuos es un soporte efímero ya que
todos hemos de morir algún día,
llevándonos tal vez nuestros secretos a la tumba. Esto cambiará sin embargo hace
unos 5.500 años con la aparición en Mesopotamia de la escritura cuneiforme,
realizada con un punzón sobre una tabla de arcilla fresca
y usada inicialmente como sistema de contabilidad del grano y el ganado.
La escritura es un
modo de comunicación exclusivo de los Sapiens que consiste en una colección de
símbolos gráficos para representar conceptos generales o palabras y sonidos de
un idioma (por aquel entonces, lógicamente, los distintos grupos separados
geográficamente habían desarrollado idiomas diferentes hacía ya mucho). Esto permite que la información perdure más en el Tiempo
que con la transmisión oral y pueda ser consultada por otras personas incluso
después de la muerte del que la registró… Por tanto, los documentos escritos
acerca de nuestras actividades, en distintos soportes más o menos duraderos
(arcilla, papiro, pergamino, papel), se añaden a los fósiles, utensilios,
construcciones y restos hallados bajo tierra en la lista de las herramientas que
nos permiten descifrar nuestro propio Pasado: aquí acaba la Prehistoria y
comienza la Historia propiamente dicha.
Llegados a este punto, dejadme hacer un par de puntualizaciones acerca de
nuestro cerebro. La zona frontal, que es la que se desarrolló más en los Homo
Sapiens, es la encargada de la atención a largo plazo y el pensamiento
abstracto y simbólico, que nos permite reflexionar sobre el Pasado y hacer
planes para el Futuro. El cerebro supone el 2% de nuestro peso y sin embargo consume el 25% de nuestra energía,
quinientas de las dos mil calorías ingeridas diariamente, pero este gasto vale
la pena porque nos ha proporcionado la flexibilidad y la capacidad de
adaptación que nos han llevado hasta donde estamos ahora… Paradójicamente, en
los últimos 10.000 ó 20.000 años nuestro cerebro ha reducido un poco su tamaño, pasando en promedio de 1500
a 1350 cm3, tal vez en proporción a un cuerpo también más pequeño
(por las temperaturas más cálidas), o porque se ha hecho más eficiente, o
porque parte de la información que necesitamos está ahora almacenada
externamente (en tablillas, rollos o libros, y posteriormente en computadoras,
o en el cerebro de otras personas con las que cooperamos).
En lo que respecta a nuestro ADN, no cabe duda de que hoy en día seguimos
evolucionando; el proceso no se ha detenido y siguen dándose mutaciones
beneficiosas, como la ocurrida hace entre 5.000 y 10.000 años, y que presenta
un tercio de la población actual, de poder digerir la leche siendo ya adultos.
Como dijimos hace un par de semanas, una pequeña parte de nuestros genes
actuales procede de nuestra conviviencia con otras especies de Homínidos en los
últimos 200.000 años: en concreto, los europeos y asiáticos tienen en torno a
un 2% de genes Neanderthales, mientras los africanos presentan un 0%. Por otro
lado, los habitantes del sudeste asiático y las islas del Pacífico tienen un
porcentaje similar de material genético heredado de los Denisovanos, alcanzando en algunos casos concretos el 4% o el 6%.
Habiendo llegado al descubrimiento de la escritura, doy por concluida esta
cronología de los homínidos, no
sin antes recalcar que el conocimiento que de ella tenemos es en cierto modo provisional:
siempre puede aparecer una muestra más antigua que las hasta ahora conocidas de
una determinada actividad o cambio entre los muchos comentados aquí, lo que nos
obligaría a modificar nuestras teorías… En cuanto al descubrimiento de la agricultura
con el que comenzábamos esta entrega, hizo que la población total de Sapiens,
de tal vez un millón de individuos, empezase a aumentar hasta llegar a unos 170
millones hace 2.000 años. Habría que esperar a la Revolución Industrial y los
dos últimos siglos para observar un aumento tan acelerado de la población,
hasta los 7700 millones actuales.
Hoy en día hemos crecido tanto en número que hemos puesto en peligro o
extinguido a incontables variedades de animales y plantas, y nuestro propio
Futuro afronta importantes retos en relación con la escasez de alimentos y
combustibles fósiles, el cambio climático
y el deterioro de la Biosfera, pero este es un tema que ya hemos tratado en el blog
y no toca hablar de ello ahora… La semana que viene, en la quinta y última
entrega de esta entrada múltiple, nos esforzaremos por averiguar si hay algo
que los Sapiens sepamos hacer que ninguna otra especie animal sepa, ni siquiera
a pequeña escala; trataremos de ver por tanto qué es lo que nos hace Humanos, y
si somos o no tan especiales como nos creemos.
Una vez vista
la cronología de los demás Homínidos durante los últimos siete millones de años llega el momento de hablar con detenimiento de Homo Sapiens
(“Hombre Sabio”), es decir, de nosotros. Empezamos a evolucionar como especie
diferenciada hace entre 300.000 y 200.000 años, en el nordeste africano, el
llamado Cuerno de África; seguramente procedemos del Homo Heidelbergensis, y
antes de él del Erectus. Los Sapiens de esta época son anatómicamente muy
similares a los actuales, aunque hasta hace unos 70.000 años no desarrollamos
un lenguaje moderno y un pensamiento abstracto, gracias a una serie de
mutaciones genéticas afortunadas. Los humanos de hace 200.000 años son de complexión
más ligera que sus ancestros, con un cráneo de 1500 cm3, menos
achatado y con la frente más vertical, y el arco ciliar menos sobresaliente. En
esta época ni los Sapiens ni los demás Homos teníamos un impacto relevante
sobre el Planeta, éramos tan solo un puñado de especies más.
Como ya he comentado, controlábamos el fuego,
y con el paso del Tiempo iríamos sofisticando poco a poco nuestras técnicas. Hace 170.000 años usamos por
primera vez prendas para vestir. No somos los únicos en usar herramientas y
armas, pero sí los que las hemos sofisticado al máximo. Hace 165.000 años hay
evidencias de que los Sapiens de Sudáfrica recogen y cocinan marisco, y hace 130.000
años hay pruebas de intercambio de productos entre distintos grupos a largas
distancias en el norte del continente. De hace 100.000 años son las primeras
estructuras constructivas, con unos bloques de arenisca en forma de
semicírculo, en Egipto; y hacia la misma época aparecen en Israel pruebas de un
ritual de enterramiento, con quince cuerpos junto a los cuales se colocó diversos
objetos. También se conservan arpones para pescar y agujas para perforar de
80.000 años de edad; y una roca de 77.000 años, procedente de Sudáfrica, con una
serie de marcas claramente organizadas
que podrían ser una primera muestra de arte abstracto o tal vez, cosa aún más extraordinaria,
algún tipo de registro de información.
Hace alrededor de 75.000 años se produce la erupción de un supervolcán en Sumatra
y las cenizas en suspensión, al bloquear la luz solar, dan lugar a un invierno
de diez años, con más hielo en los polos, una bajada del nivel de las aguas, un
aumento del tamaño del Sáhara hasta el doble del anterior y una temporada de
fuertes sequías. Estos cambios casi acaban con los Sapiens, quedando solo unos
pocos miles de individuos en el litoral de África; es lo que se conoce como
cuello de botella evolutivo. Todos nosotros descendemos de estos pocos
supervivientes, y por eso nuestra diversidad genética incluso hoy en día es mucho
menor que la de los chimpancés.
Hace 50.000 años se acelera el ritmo de las innovaciones: tenemos unas herramientas
y una Cultura más sofisticadas y la habilidad de transmitir conocimientos
complejos a la siguiente generación. Nuestra principal ventaja radica en la
capacidad de trabajar en equipo en grandes números, incluso con desconocidos (cosa
que pueden hacer por ejemplo las abejas pero no los chimpancés) y a la vez en
tareas complejas y flexibles (cosa que pueden hacer los chimpancés pero no las
abejas). También hay que recalcar que los hombres y mujeres de hace 50.000 años
eran supervivientes natos, con
cuerpos de atleta, mentes alertas y grandes conocimientos sobre su entorno, y
aunque actualmente sabemos mucho más en conjunto como especie, ellos eran
mejores que nosotros a nivel individual, e incluso tenían un poco más de
capacidad craneal.
Desde hace unos 130.000 años algunos grupos de Sapiens pasan a la península
arábiga y comienzan a expandirse fuera de África, como ya antes lo habían hecho
otras especies del género Homo (Erectus, por ejemplo), aunque la oleada más
importante se produce hace 70.000 años. Una de las posibles razones para estas
migraciones serían los cambios en el clima del Planeta… A esta teoría de que
todos nosotros procedemos del continente africano, la más aceptada actualmente
por los expertos, se la conoce como la hipótesis Out of Africa.
La cronología de las distintas fases migratorias se consigue gracias a la
datación de los fósiles y utensilios encontrados y al análisis del ADN tanto antiguo como actual
en los distintos puntos del Planeta (En relación con esto, otra prueba a favor
de la hipótesis Out of Africa radica en que la mayor diversidad genética humana
se encuentra actualmente en este continente).
Centrándonos en
la oleada más relevante, hace 70.000 años los Sapiens llegan al sudoeste y
después al sudeste de Asia, hace 50.000 años pasan a Australia y hace 40.000 años
llegan a Europa. Recordemos que más o menos en esta época pasamos a ser la
última especie humana sobre la faz de la Tierra, al extinguirse los
Neanderthales y Denisovanos precisamente en las zonas a las que habíamos
migrado… ¿Coincidencia? No lo creo.
Hace 30.000 años llegamos a Nueva Guinea y hace 25.000 a Siberia. Hace unos 15.000
años pasamos a Norteamérica, entrando por Alaska gracias a las masas de hielo
sólido que había por entonces en el estrecho de Bering. Desde allí nos
desplazamos hacia el sur; 12.000 años es la edad del cráneo humano más antiguo
encontrado en Sudamérica, más concretamente en Brasil. Con el paso del Tiempo hemos conseguido colonizar
todos los rincones de la Tierra y
sobrevivir en todos los climas, del más cálido al más frío; en la actualidad
más del 80% de la tierra firme del Planeta ha sido directamente afectada por
Sapiens.
Pero volvamos un poco atrás para hablar de otros aspectos… De entre hace 60.000
y 40.000 años son las pinturas más antiguas encontradas por ahora, dibujos de animales
en placas de piedra descubiertas en Namibia. Posteriormente aparece el primer
arte rupestre, realizado en las paredes de las cuevas; una de las muestras más
antiguas se encontró en las cuevas de Chauvet, al sur de Francia, hace un
cuarto de siglo, y data de hace 32.000 años.
Algunas de las pinturas que se solapan en una misma pared de estas cuevas difieren
hasta en 5.000 años en el Tiempo; resulta muy difícil para nosotros, en nuestro
mundo actual cambiante y acelerado, hacernos a la idea de ocupaciones de un
lugar tan prolongadas y periodos de Tiempo tan vastos en los que no había prácticamente
ningún cambio en el entorno ni en el estilo de vida…
Hace 40.000 años, y sin salir por ejemplo de Alemania, tenemos muestras de
instrumentos musicales (una flauta de marfil de tres agujeros y cinco notas) y del
primer arte escultórico figurativo
tanto humano (la figura tallada de una mujer, una Venus) como zoomorfo (una figura
hecha de marfil de mamut que representa a un ser mitad gato mitad hombre). Todo
hace pensar que por entonces los Sapiens ya tenían un pensamiento mítico,
complejo. Y a esto se añade la comunicación simbólica, el expresarnos a través
de nuestros objetos: collares, pendientes, tatuajes… Hace 30.000 ó 20.000 años
se produce la domesticación de los primeros lobos,
con individuos especialmente dóciles que se convertirían en los antepasados del
perro, y hace 15.000 años se domestica el cerdo a partir del jabalí. De hace 17.000
años son los recipientes de arcilla más antiguos conocidos, aunque las primeras
figuras hechas de este material tienen una edad de unos 25.000 años. Hace 14.000
años la población mundial de Sapiens ronda entre los 100.000 y los 300.000
individuos.
Ya desde hace 100.000 años se había ido produciendo, dependiendo del lugar
geográfico, una gradación en los tonos de piel de los distintos grupos de
Sapiens (inicialmente todos negros, recordemos); si el clima no varía mucho, se
tarda unos pocos miles de años
en ajustar el color de la piel a las características de un lugar determinado. Hace
30.000 años un cambio en la inclinación del eje de rotación terrestre genera
una bajada general de temperaturas, una era glacial, que
dura hasta hace 15.000 años. Un tercio de la Tierra queda cubierto por el hielo,
y los humanos de Europa y el norte de Asia tienen que adaptarse a vivir entre glaciares
así que, como ya no necesitan la protección de la melanina contra el Sol, se
van volviendo blancos y rubios poco a poco. Los primeros europeos de piel muy clara aparecen
hace unos 13.000 años.
Y a adaptarnos a estos cambios y sobrevivir nos ayuda no solo la genética sino
también nuestra propia inteligencia: nos confeccionamos ropa con pieles y
agujas de hueso para protegernos del frío.
Durante esta última glaciación había en Europa tigres dientes de sable, mamuts, rinocerontes lanudos, caballos, ciervos (y sus parientes gigantes, los
megaloceros), renos, bisontes, antílopes, leones, lobos, osos de las cavernas…
Hace entre 15.000 y 10.000 años se extinguen varias especies de megafauna de
entre las aquí citadas (Lo que me recuerda que he de hacer una aclaración para
los muy despistados: los dinosaurios se extinguieron hace 66 millones de años,
cuando nosotros no éramos más que un pequeño roedor,
y por tanto no pueden haber coexistido con los humanos…
Cierro paréntesis). Hace 12.000 años ya no hace tanto frío y la población
mundial de Sapiens es más o menos de un millón… Será entonces cuando se
producirá un descubrimiento extraordinario que hará que el progreso de la
Humanidad alcance un ritmo exponencial… pero de eso hablaremos la semana que
viene.