La semana pasada
hablamos de sesgos cognitivos y hoy toca hablar de pseudociencias, pero antes dejadme comentar un par de
cosas más sobre Escepticismo… Hace ya varias entregas vimos que la palabra
“escéptico” viene del griego “skeptikós”, que significa más o menos “el que
observa sin afirmar”, sin emitir un juicio apresurado. El Escepticismo de algunos antiguos filósofos griegos como Pirrón era
extremista hasta el punto de defender que no podemos conocer nada con un 100%
de certeza, y por tanto no hay que emitir en absoluto juicios acerca de las
cosas… La verdad es que esta modalidad no es nada práctica, es mucho mejor un
Escepticismo algo más moderado.
El Escepticismo Científico o Racional se basa en el Pensamiento Crítico
y consiste en examinar la veracidad de las creencias sometiéndolas a una
investigación sistemática apoyada por evidencias empíricas. Como
ya vimos, el Pensamiento Crítico es la capacidad manifestada por el ser humano para analizar y
evaluar con cuidado la información existente respecto a un tema determinado,
intentando esclarecer la veracidad de dicha información y alcanzar una idea
justificada al respecto ignorando posibles sesgos externos; el que practica el Pensamiento
Crítico intenta evitar los dogmas y no aceptar ciegamente lo que otros digan,
aunque se trate de una opinión compartida por una amplia mayoría.
Para un escéptico toda
hipótesis que se precie debe ser falsable,
es decir, debe poder comprobarse si es cierta o no por métodos racionales; e incluso
si pasa la prueba siempre quedará abierta la posibilidad de revisarla en el
futuro aportando nuevos datos y evidencias. Las conclusiones deberían ser también
reproducibles,
es decir, deberían poder obtenerse conclusiones similares si otra persona o
grupo de personas analiza el mismo problema racionalmente; y a ser posible
deberían ser cuantificables por medio de números,
que como ya vimos cuando hablamos del Método Científico son menos ambiguos que
las palabras.
Que quede claro que ser escéptico no es ser un cínico… Un
cínico piensa que todo el mundo miente, y es difícil hacerle cambiar de idea.
Un escéptico simplemente quiere comprobar por sí mismo si algo es verdad o
mentira, y cambiará de opinión si se le aportan las pruebas apropiadas. No se trata de
llevar la contraria al Mundo, sino de ser
capaces de elaborar nuestro propio punto de vista en base a la comprobación de
datos, informándonos por diversas fuentes. El Escepticismo
tampoco va en contra de la imaginación o de la fantasía… Una combinación de
Ciencia e imaginación, de Escepticismo y sentido de la maravilla,
puede llevarnos muy lejos, y muchos de los avances científicos de la Historia
formaron antes parte de la Ciencia Ficción, de los relatos narrados en las novelas…
Se trata simplemente de tener bien clara la frontera entre realidad y ficción.
No soy un experto en Historia
del Escepticismo, así que os voy a hacer un breve resumen del asunto desde mi
propia experiencia, desde mis referentes. Por supuesto hay que nombrar entre
los más importantes a Carl Sagan, con su
libro sobre el tema El Mundo y sus Demonios, publicado en 1997 y todavía en mi pila de lecturas pendientes, por desgracia.
Otros destacados escépticos serían Richard Dawkins,
Ann Druyan, Isaac Asimov, Martin Gardner, Lawrence Krauss o Neil deGrasse Tyson.
A nivel de Escepticismo en España
tenemos como posibles puntos de información las páginas web de la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico y del Círculo Escéptico, las dos principales asociaciones, junto
con webs como Magonia o Naukas entre
las más populares; pero hay otras muchas, y en muy diversos formatos (podcasts, blogs, twitter…).
No es tan amplia la oferta en televisión: de hecho, cuesta incluso encontrar
algún programa que hable sobre Ciencia a secas (y así nos luce el pelo)…
Recuerdo por ejemplo Órbita Laika,
en el que de vez en cuando se tocaba de refilón el Escepticismo. En cuanto a
canales de YouTube, la que trata estos temas más habitualmente es Rocío Vidal,
La Gata de Schrödinger, aunque
también aparecen a veces en otros canales de divulgación científica
como Quantum Fracture, CdeCiencia o Date un Vlog.
Ya sabemos que Internet es muy
útil para la difusión del Conocimiento pero también contribuye a la propagación de mentiras y engaños…
Se
denomina pseudociencia a toda aquella
afirmación, creencia o práctica que es presentada como científica y basada en
hechos, pero que es incompatible con el Método Científico. A menudo se
caracteriza por el uso de afirmaciones vagas, contradictorias, exageradas o
infalsables, la dependencia en el sesgo de confirmación en lugar de pruebas
rigurosas, poca o nula disposición por parte de sus seguidores a aceptar
evaluaciones externas por parte de expertos, y en general la ausencia de
procedimientos sistemáticos para el desarrollo racional de teorías. El término “pseudocientífico” se considera a
menudo como peyorativo, ya que sugiere que algo es presentado vagamente (o de
forma embustera) como Ciencia cuando no lo es; en consecuencia, los seguidores
de este tipo de ideas rechazan normalmente esa etiqueta.
A pesar de los logros de
la Ciencia moderna como generadora de Conocimiento y progreso económico en los
últimos cuatro siglos, el pensamiento mágico e irracional todavía está muy arraigado
en nuestra sociedad, como ya explicamos la semana pasada. Me duele reconocer
que incluso mi madre, una mujer muy inteligente y licenciada en Biología, me compró
de joven durante una temporada unas pastillitas de homeopatía, no recuerdo si
para fortalecer el cuero cabelludo, para la piel o como “complemento
vitamínico”… Estoy seguro de que la idea no surgió de ella, de que el farmacéutico se las recomendó
y ella se fió por falta de tiempo para informarse mejor sobre el tema. Luego
están los que no solo creen en este tipo de cosas sino que van aconsejando a
los demás de forma continua, activa y militante… Recuerdo por ejemplo a una ex
compañera del trabajo que, a pesar de ser licenciada en Matemáticas, nos daba
la comida día sí y día también hablando de sus limpiezas de chakras, sus
peligrosas dietas alternativas y
otras chorradas semejantes… Al principio yo intentaba razonar con ella, pero pasados
los meses lo dejé correr porque era como darse de bruces contra un muro.
También en los medios de
comunicación hay programas que alimentan este tipo de supersticiones… No hace
falta que os hable de Cuarto Milenio,
seguro que todos conocéis el espacio de Iker Jiménez, que lleva ya quince
temporadas (muchas más de las que tendrá nunca Órbita Laika, aunque ojalá me
equivoque). Hay que reconocer que el equipo técnico que se encarga de realizar
los reportajes y dramatizaciones es excelente; son como cortometrajes de terror o de misterio, con una factura impecable y una atmósfera
muy conseguida… Y la cuestión es que en los primeros años de emisión yo mismo lo seguía, pero sin creérmelo, como un programa de ficción más, como quien ve
Expediente X… Dejé de verlo por
principios cuando fui consciente de que había gente que realmente se lo creía.
Y hablando de expedientes
y archivos… Es una lástima que no haya una especie de Wikipedia del
Escepticismo y las pseudociencias, donde poder consultar un resumen claro de
las evidencias a favor y en contra de cada una de ellas. Al menos yo he
preguntado a varios amigos más puestos en el tema, y he hecho una búsqueda
rápida por mi cuenta, pero no he obtenido ningún resultado. Lo más parecido que
he encontrado es la página What’s the harm?, con la
lista con nombres y apellidos de personas afectadas o fallecidas por culpa de
cada pseudociencia, y el Diccionario Escéptico, con una
explicación detallada de cada categoría, pero lamentablemente ambas llevan unos
cuantos años sin actualizarse, y además están en inglés… Sí existen las
equivalentes en español, pero el blog ¿Qué mal puede hacer? tiene un
enfoque muy diferente, menos dirigido a un lector general y más al entendido en
la materia, como la mayoría de lo que hay en Internet; y el diccionario en nuestra lengua tiene un índice mucho más
reducido de términos.
Paso pues a mi lista de
pseudociencias. Muchas de ellas solo las voy a nombrar sin entrar en detalles,
porque si no la entrada se haría larguísima; en su lugar os pondré enlaces a
vídeos o artículos de otras personas que han investigado más que yo sobre el
asunto. Empezaremos con la lista de pseudoterapias, medicinas
alternativas y falsos tratamientos… En temas de salud, a veces no
sabemos aceptar que el cuerpo humano es un sistema muy complejo
y con casi infinitas variables, y que a pesar de los avances en Medicina es
difícil hacer predicciones exactas sobre qué puede o no solucionar un problema
determinado. Muchos pacientes acaban hartos de ir de médico en médico sin
obtener un diagnóstico claro, o recibiendo uno que no les gusta, y los
charlatanes se aprovechan de la desesperación de los enfermos y sus familiares
y les dicen lo que quieren oír, muchas veces para beneficiarse económicamente. Mucha
gente se deja embaucar porque prefiere una mentira sencilla a una verdad
complicada, para no tener que pensar más y así dejar de torturarse… Lo que más
rabia me da es que a menudo estos métodos se disfrazan de científicos para
intentar colársela a las víctimas.
Es verdad que el efecto placebo a veces es útil, nuestra mente es poderosa y puede inducir al cuerpo a segregar sustancias que
nos ayudan a ponernos mejor; pero esto tiene que ver con nuestro buen estado de
ánimo, con la sugestión, no con el hecho concreto que la ha generado, como por
ejemplo el beberse una dilución homeopática.
En algunos casos el pseudoremedio no hace ni bien ni mal, el verdadero problema
viene cuando por confiar ciegamente en estas medicinas alternativas se abandonan
otros tratamientos médicos imprescindibles de eficacia científicamente probada (si bien a veces
no infalibles). En otros casos la alternativa es
realmente peligrosa, hay quien propone curar el cáncer y otras enfermedades tomando lejía…
¿Os recuerda a alguien? Ya dijimos una vez en el blog que todo aquel que miente a
sabiendas y que confunde y perjudica a otros con sus mentiras es un agente del caos.
La primera de mi lista es
la homeopatía, basada en que lo similar cura lo similar, pero cuanto más diluido mejor, hasta que
prácticamente no queda ni una sola molécula de la sustancia original, con lo
que básicamente te están vendiendo agua (en los preparados líquidos) o azúcar
(en los sólidos) a precio de oro (Son divertidísimos los vídeos de escépticos
que cometen suicidio homeopático por sobredosis de pastillas, léase
caramelos). Otras pseudoterapias serían la acupuntura,
la reflexología, la medicina ayurvédica, la naturopatía, la osteopatía, la quiropráctica… También el reiki (o imposición de manos), magnetoterapia, aromaterapia, flores de bach,
chamanismo… Luego están los cristales de energía, tan solo una de las muchas
pseudoterapias que han recurrido a una variable física perfectamente mesurable
y han corrompido su significado, utilizando la palabra “energía” como comodín y de forma
ambigua para justificar su propia pereza intelectual y su ignorancia.
En otro grupo tendríamos
las constelaciones familiares,
la programación neurolingüística o el psicoanálisis
y la interpretación de los sueños. Para dar una de cal y
otra de arena, parece ser que la hipnosis sí funciona en algunos casos, aunque sin ser tan espectacular
como en las películas… Como veis, es una lista muy larga. Muchas de estas se
han popularizado porque algunas compañías “farmacéuticas” tienen intereses
económicos en ello. A veces han llegado a entrar en las Universidades y en los
Colegios Profesionales de Médicos, con cursos o incluso con asignaturas
enteras. ¿Y cómo han tratado el tema los distintos gobiernos a nivel nacional y
autonómico? Pues hay de todo: algunos han tomado cartas en el asunto para
intentar impedir los abusos y otros han mirado hacia otro lado… Creo recordar
que en esto de las pseudociencias afortunadamente no estamos a la cola, hay
países supuestamente más civilizados como Francia o Alemania
en los que la homeopatía está mucho mejor vista que aquí, y financiada con
fondos públicos.
Dejemos la pseudomedicina
y pasemos a enumerar otras creencias o prácticas pseudocientíficas, pero antes
dejadme que mencione una forma de pensamiento mágico mucho más difícil de
combatir, por llevar milenios arraigada en nuestra sociedad: la religión. No
estamos hablando solo de milagros y exorcismos, también de propuestas como el creacionismo o el diseño inteligente que se
oponen frontalmente a la idea de la Evolución de las especies
y que tienen muchísimos adeptos por ejemplo en los Estados Unidos. Al menos en
España se está viendo en los últimos años un lento retroceso de la religiosidad,
pero aún queda mucho por hacer… Más adelante dedicaremos en el blog una entrada
entera a la posible existencia de Dios, pero por ahora solo nombraré un par de alternativas
escépticas a las religiones organizadas, bastante cachondas las dos: los adoradores
del Flying Spaghetti Monster
y la Iglesia de Satán.
Sin alejarnos mucho del Más Allá podemos añadir a la lista la creencia en la parapsicología,
el espiritismo, la ouija, la proyección
astral, la percepción extrasensorial, la telepatía, la telekinesis,
el vudú, la brujería, los fantasmas…
Entramos a continuación,
como si del Infierno de Dante se tratara, en el nivel de los conspiranoicos y
los negacionistas: los hay de la llegada del Hombre a la Luna, del Cambio Climático e incluso de que la Tierra sea esférica (esto del terraplanismo
es tan estúpido que francamente me pregunto si realmente se lo creen o en
realidad nos están gastando una broma). Luego están los de los chemtrails,
los anti-transgénicos, los anti-vacunas
y las personas electrosensibles. Y
por supuesto los que han tenido un avistamiento OVNI o un contacto o abducción extraterrestre… De la combinación
de la palabra “mago” y el acrónimo inglés para Objeto Volador No Identificado
surge el término “magufo”, que se usa bastante en los círculos escépticos para
referirse a los engañabobos
que van por ahí vendiendo todas estas historias y aprovechándose de la gente
crédula. Por cierto, es curioso que haya muchos menos avistamientos desde que todo
el mundo tiene cámaras HD en el móvil…
Los OVNIs nos llevan a Roswell,
el Área 51 y los círculos
de las cosechas; y de ahí al Bigfoot, el Chupacabra
o el Monstruo del Lago Ness va un paso. Ya en la recta final tenemos la astrología, el horóscopo, la cartomancia
y el tarot, la lectura de manos, el feng shui o la numerología. Y no menos peligrosas,
si te predisponen a ir luego un paso más allá, son otras creencias irracionales más
de andar por casa, como la de la existencia del karma, las supersticiones sobre
cosas que dan mala suerte (el número 13,
pasar bajo una escalera, romper un espejo) o sobre las que dan buena suerte (los
tréboles de cuatro hojas o besar la imagen de un santo,
incluso en tiempos de Coronavirus).
Por suerte el avance de
la Razón, aunque lento en ocasiones, es imparable, y últimamente hay cada vez
más voces que se alzan en contra de las pseudociencias… y desde los entornos
más inesperados, como el de la Comedia. Ya hemos hablado antes en el blog de David
Broncano y sus distintos proyectos,
y os conté que es un amante de la Ciencia y la Tecnología, y que lleva siempre al
cuello una cadenita no de la Virgen, sino de Sir Isaac Newton, como declaración
de intenciones… Broncano es también un partidario del Escepticismo militante, y
así lo ha demostrado muchas veces
en sus programas. En La Vida Moderna llegó a afearle a su gran
ídolo, el tenista Novak Djokovic, el ser antivacunas… Pero es que la gente de la que
se rodea también comparte su sano Escepticismo: en La Resistencia hasta el
propio Grison reaccionó el otro día en contra de los horóscopos, y con muy poca delicadeza, por cierto.
También Ricardo Castella y Jorge Ponce hicieron
recientemente algunas bromas con Iker Jiménez y su Nave del Misterio,
recibiendo luego airados comentarios en YouTube por parte de
algunos seguidores del investigador de lo paranormal, que les echaban en cara
que Iker predijo la Pandemia de Coronavirus
antes que nadie (Menudo mérito, acertar una predicción entre quinientas echadas
a boleo… No me explico cómo puede haber gente tan tonta como para esgrimir ese
argumento). Broncano, aunque sigue pensando que todo eso son supersticiones, ha
dejado claro que en lo personal no tiene nada contra Iker Jiménez, recordando
que hace seis años incluso trabajó con él mesa con mesa en la Cadena SER, y le ha
pedido que vaya a La Resistencia para poder entrevistarlo… Francamente, no me
imagino a Iker aceptando el reto.
Hablando de
misterios… ¿Por qué coincidirá que todos los colaboradores de Broncano parecen
ser escépticos acérrimos? ¿Eran así ya desde antes, los ha convencido David con
el tiempo, o simplemente se han dejado llevar por un sesgo de tipo social y se han
subido al carro del Escepticismo por mera presión de grupo? En este último caso,
¿estaríamos hablando de auténticos escépticos o de pseudoescépticos?
Habrá que investigar el tema, pero en
cualquier caso me cae muy bien toda esta gente: graciosos y además con criterio. La semana que viene, en la que
previsiblemente será la última entrega, hablaremos de magia y de Educación, y
explicaremos en qué consiste Escépticos en el Pub Valencia.