lunes, 27 de junio de 2016

Lugares Abandonados


Espero que disfrutarais de mis fotos de la semana pasada; todas han sido tomadas en Valencia, y ni siquiera es necesario irse a las afueras para encontrar rincones, casas y solares abandonados como esos. Ya sabéis que me gusta perderme de vez en cuando por las calles de la ciudad, caminar sin rumbo fijo y sacar fotografías, y que siento una especial fascinación por las casas antiguas y en ruinas del casco histórico… Pero hay quien va un paso más allá. Hoy os quiero hacer una breve introducción a la Exploración Urbana, una afición minoritaria pero bastante en boga en las últimas décadas que consiste en la exploración de zonas urbanas en desuso, sanatorios y pueblos fantasma o instalaciones industriales y militares abandonadas.




Lógicamente, el abanico de lugares que se pueden visitar es muy amplio y las precauciones a tomar varían mucho según el caso, pero si uno se dedica a esto con frecuencia es muy recomendable tener un equipo adecuado, aparte de la ropa y calzado apropiados y de la cámara de fotos: linterna, pilas de repuesto, guantes, una botella con agua y a veces hasta mascarilla y casco… En ocasiones las fábricas abandonadas son de acceso restringido y su perímetro está vigilado, lo que para algunos supone un plus de adrenalina ante el riesgo de ser descubierto o incluso detenido mientras se merodea por la zona. A esto se añade el posible mal estado de suelos y escaleras en algunos lugares, con lo que hay que tener mucho cuidado de dónde se pone el pie. No es recomendable ir solo, y si se hace hay que llevar el móvil bien cargado y avisar a alguien de confianza de a dónde vas a ir y cuándo tienes previsto estar de vuelta, por si acaso ocurre un accidente.

Los exploradores urbanos no suelen revelar la ubicación de los lugares más interesantes ni la información sobre los puntos de más fácil acceso, ya sea por un agujero en un muro o por un hueco de una alambrada: son secretos que pasan de boca a oreja sólo entre conocidos. La gente que realmente valora este tipo de experiencias no quiere que rincones con un encanto especial acaben desvirtuados por una afluencia masiva o por la acción de los vándalos. La filosofía de la Exploración Urbana consiste en que no se rompe nada que no estuviera ya roto para poder entrar, y se intenta alterar el entorno lo menos posible para que otras personas puedan experimentar las mismas sensaciones en otra ocasión: no hacer pintadas, no dejar basura, no robar objetos… Es bien conocido entre los exploradores el lema que resume todo esto: “Toma sólo fotos, deja sólo pisadas”.




De entre las muchas páginas de Internet con fotografías de lugares abandonados hay una que siempre me ha gustado especialmente; de hecho, creo que fue la primera de este tipo que visité, allá por la década de los noventa. Se trata de Abandoned Places, de Henk Van Rensbergen, piloto de aerolíneas belga que lleva explorando desde que tenía veinte años, a finales de los ochenta. Bélgica es uno de los epicentros de la Revolución Industrial, así que hay allí un montón de fábricas abandonadas, pero las visitas del piloto en sus ratos libres no se han limitado a su país. Los casi setenta destinos que alberga la web incluyen lugares tan variopintos como refinerías, minas de carbón, centrales eléctricas, hospitales, castillos, hoteles… Tiene fotos en color, pero a mí personalmente me parecen más potentes las tomadas en blanco y negro, con sus sugerentes juegos de luces y sombras. Otra cosa que me gusta de la web es que cada grupo de fotos viene acompañado de un breve texto que describe las sensaciones que tuvo el autor al visitar el lugar, y que te mete bastante en situación.

La calidad de las imágenes de Van Rensbergen ha sido reconocida en innumerables exposiciones dentro y fuera de Bélgica, y lleva ya publicados cuatro libros con selecciones de sus fotografías. Desde hace un par de años tiene una nueva web más vistosa y moderna, pero ha mantenido la antigua sin alteraciones con la intención, según sus propias palabras, de que se convierta poco a poco en un lugar abandonado, similar a aquellos que visita él de vez en cuando en el mundo real. Efectivamente, he de reconocer que cuando entras en la web original te das cuenta de que su sencilla presentación, que hace veinte años era de lo más moderna, se ha vuelto ahora bastante anticuada, aunque sigue manteniendo un cierto encanto retro, vintage… En lo que a mí respecta, el ritmo al que he ido visitando los lugares de Abandoned Places ha sido siempre lento: inicialmente, porque me autoimponía una cierta moderación para así hacer durar más el placer que me proporcionaba contemplar las fotos y dejar vagar mi imaginación; y después, porque el número creciente de responsabilidades y de otras aficiones me impedía encontrar un momento libre para volver a la página web… El caso es que todavía no he terminado de ver todas las fotos, de visitar todos los destinos, pero no os quepa duda de que lo seguiré haciendo, poco a poco, en los próximos meses.




No se puede negar que Van Rensbergen tiene una sensibilidad exquisita para captar los pequeños detalles en los que radica el gran poder evocador de estos lugares: la textura de una superficie oxidada, el patrón iridiscente en un charco de aceite solidificado, la capa de polvo sobre objetos cotidianos abandonados hace años, el pequeño cadáver de un gato o una paloma que nadie se ha molestado en retirar, el contraste de las construcciones humanas con la vegetación que las invade tratando de recuperar el espacio que en su día se le robó… Es la poesía del paso del Tiempo en un lugar concreto. Y esos ecos del Pasado, esos leves atisbos de cómo fue una vez el lugar, de su anterior Belleza ahora ajada o de su bulliciosa actividad ahora apagada, constituyen también una cierta forma de Belleza en sí: la Belleza de la decadencia. La contemplación de estos lugares nos recuerda que también nosotros nos convertiremos algún día en una carcasa vacía, y nos invita por tanto a disfrutar al máximo de los lugares que habitamos y de las personas con las que los compartimos… por ahora. En otra ocasión, más adelante, seguiremos hablando de lugares abandonados, pero esta vez en el subsuelo, y nos adentraremos en las profundidades de la Tierra para intentar llegar al más remoto rincón de la más antigua catacumba.



lunes, 13 de junio de 2016

Los Ángeles y el Reloj


Como voy un poco justo de tiempo estos días por cuestiones de trabajo, os propongo para hoy un juego que enlaza con la entrada de la semana pasada: quiero que le echéis un vistazo a la fotografía de portada de La Belleza y el Tiempo y tratéis de encontrar tantos paralelismos como podáis entre los elementos de la foto y las etiquetas del blog. Que yo cuente, hay por lo menos siete u ocho; precisamente por eso la elegí hace casi cuatro años. También quiero que me digáis a qué edificio pertenecen los ángeles que salen en la imagen; seguro que a los que vivís en Valencia os resultará muy fácil. Y por último me gustaría que averiguaseis cuál es el pequeño detalle, casi imperceptible, que la convierte en una foto tan especial, y qué es lo que representa. ¡Espero vuestros comentarios!



martes, 7 de junio de 2016

Este Blog Soy Yo


Ya casi cuatro años de existencia, y La Belleza y el Tiempo parece gozar de buena salud… No sé cómo lo he hecho, pero me las he arreglado para cumplir mi compromiso con los lectores de publicar sin falta una entrega por semana hasta llegar a las doscientas, que se cumplen hoy. Las cincuenta y ocho páginas de notas para futuros posts que tenía en formato Word cuando llegué a la entrada número cien se han convertido desde entonces en noventa y cinco páginas… Por cierto, que me estoy acordando de un problema que tuve con mi pendrive hace unos meses, que me hizo perder los cambios de las dos semanas anteriores; afortunadamente no eran demasiados, y me puse al día poco a poco, pero recuerdo que pasé dos o tres tardes bastante desagradables hasta que enderecé el entuerto. Ahora hago copias de seguridad más a menudo; no quiero ni pensar lo que pasaría si perdiera de golpe toda la información que he ido recopilando desde 2012.

¿Cuáles han sido las etiquetas del blog más utilizadas en estas últimas cien entradas? La mayoría de ellas han duplicado el número de contribuciones con respecto al anterior hito, cosa lógica por otra parte, pero me he dado cuenta de que las de Imagen y Conocimiento han crecido en número más que durante los dos primeros años. En el caso de la de Imagen era de esperar, ya que fue añadida a posteriori, y en los últimos tiempos, al tener más lío en el trabajo, he echado mano de fotos más a menudo cuando no tenía tiempo de preparar algo más elaborado. De por qué ha crecido el número de entradas sobre Conocimiento hablaremos después…




Tras publicar la entrada número cien os nombré tres o cuatro títulos que estaban por llegar: algunos de ellos, como Mapas del Tiempo o La Ventana Indiscreta, ya se han convertido en realidad, junto con otros posts que (en mi humilde opinión) también han quedado bastante redondos, como Un Método Infalible, Once Generaciones o Lo Pequeño, lo Grande… Me ha resultado bastante chocante descubrir que, aun habiendo pasado cien semanas, sigue todavía pendiente de publicar alguna que otra entrada de las que os prometí, como por ejemplo la de La Sexta Extinción: se trata de posts importantes que quiero redactar bien, y para eso se necesita un tiempo de preparación y documentación del que no siempre dispongo, así que muchas veces acabo escogiendo otros temas que, siendo también interesantes, tal vez no entroncan tanto con la explicación de los puntos clave de mi esquema mental, de las relaciones entre las etiquetas del Mapa del blog.

Creo que este retraso en abordar las entradas importantes es en cierto modo algo bueno, porque significa que se me van ocurriendo muchas otras ideas sobre la marcha, que no hay por ahora riesgo de sequía creativa; y porque si publicara demasiado pronto todas las entradas clave, el blog perdería a partir de ese momento gran parte de su gracia, de su razón de ser… Estas dos categorías de entradas de las que os hablo son similares, por poner un ejemplo, a lo que en Expediente X se llamaba episodios de la Mitología (en los que se desarrollaban los grandes temas de la serie, como las abducciones y la conspiración extraterrestre para colonizar la Tierra, y que mantenían, con mayor o menor coherencia, una cierta continuidad a lo largo de las distintas temporadas) y episodios de Monstruo de la Semana (más ligeros y autoconclusivos, en los que se dejaba de lado la conspiración y los grandes traumas del pasado de los protagonistas para potenciar las dinámicas de la relación entre ambos, en muchas ocasiones con elementos de humor).




En cuanto a las entradas más independientes y cerradas en sí mismas, dedicadas no tanto a desarrollar las afirmaciones más importantes del Mapa como a glosar ejemplos concretos de dichas afirmaciones, en el futuro seguiremos hablando, entre otras cosas, de los misterios del Cerebro humano, de la historia de la ciudad de Valencia, de Cine, de Música y también, por supuesto, de Ciencia y de Pensamiento Crítico. Continuaremos además con las selecciones de fotos de graffiti y de mis viajes a las grandes capitales de Europa y parte del extranjero. Y en cuanto a temas incómodos (os recuerdo que a la política ya le he dedicado hace poco un par de entregas), más tarde o más temprano discutiremos sobre si tener hijos es o no una buena idea y sobre las evidencias a favor o en contra de la existencia de un Dios creador y todopoderoso.

Antes os he hablado del aumento proporcional de entradas sobre Conocimiento en sentido amplio, ya sea en relación con la Gran Historia de la que formamos parte o con las grandes preguntas filosóficas; todo esto entronca directamente con las líneas argumentales principales de La Belleza y el Tiempo, lo que en su día llamamos la biblia del blog. En relación con nuestra apasionante Gran Historia, todavía queda por rellenar algún que otro hueco, como por ejemplo el que hay entre la aparición de los primeros Homínidos y el inicio de la Historia escrita, o las predicciones acerca del futuro de la Especie, la Tierra y el Universo entero… También continúa el work in progress en relación con las grandes preguntas que todos nos hacemos: ¿Qué somos? ¿De dónde venimos? ¿Qué principios básicos deberían guiar nuestras acciones? ¿Cómo debemos prepararnos para el final de nuestra Vida? No tengo respuestas definitivas para estas preguntas, pero sí os aseguro que desde que les doy vueltas y vueltas con la excusa del blog tengo mis ideas bastante más claras; sigo uniendo los puntos poco a poco y tengo la impresión de que empiezo a vislumbrar la figura que se esconde detrás…




Os hago un pequeño esbozo de hacia dónde van los tiros, para que no os quedéis con los dientes largos. Hace ya cien semanas os mencioné los conceptos de Equilibrio e Interconexión, candidatos por su gran importancia a nuevas etiquetas del blog; después de todo este tiempo todavía no he encontrado la ocasión de desarrollarlos en profundidad, aunque tengo ya las suficientes notas al respecto como para hacerlo. A su debido momento (y no será dentro de mucho) hablaremos de funciones de mérito que dependen de múltiples factores, y atando cabos uno tras otro llegaremos a la conclusión de que todo está conectado en el Tiempo y en el Espacio, y de que eso es precisamente lo que confiere una Belleza tan grande al Universo. Creo que ser conscientes de toda esta telaraña de relaciones y de nuestro lugar en el Cosmos, e intentar guiar nuestros pasos en función del “Todos-Mejor-Siempre” y no del “Yo-Más-Ahora”, es lo que nos ayuda a afrontar en paz y con entereza nuestros momentos finales. Por tanto, hablaremos también de las lágrimas que se pierden entre la lluvia y del último día en Punxsutawney, o lo que es lo mismo, de la Muerte como el momento en el que se decide si el Tiempo nos ha vencido o si nosotros hemos vencido al Tiempo… No sé si estos razonamientos servirán igualmente para todo el mundo, pero a mí al menos, después de años de ponerlos en negro sobre blanco, me parecen muy coherentes y creo que aportan mucho sentido a mi Vida: intentaré ir dándoles forma poco a poco, a ser posible antes de llegar a la entrada número trescientos.




Con esto creo que tenéis ya un buen resumen de lo que se avecina; animaos a comentarme cuáles de estos temas os gustaría ver desarrollados antes en La Belleza y el Tiempo… y de paso le damos algo de comer al blog, que hoy cumple un mes exacto en huelga de hambre. Hablando de los grandes temas: no me olvido de que otra de las entradas que os prometí hace cien semanas y que aún hoy sigue pendiente es la de Amor a Segunda Vista, en la que os explicaré qué rasgos de la personalidad de una mujer son los que hacen que me enamore de ella tras conocerla más a fondo… Por supuesto, seguiré redactando entradas sobre la búsqueda de Afecto, cual Cyrano de Bergerac escribiendo cartas a una Roxana que (¡Ay!) tal vez no exista… Parece que la cosa está difícil, pero yo no pierdo la esperanza; ojalá esa pareja casi perfecta que tanto ansío lea un día por casualidad una de estas entradas, y después otra, y otra, y otra… y que de ahí surja un primer contacto que me abra de nuevo las puertas a ese otro tipo de Belleza que tan feliz me hizo en su día y que tanto echo de menos.

Dejadme recalcar, por si no estaba claro, que todo lo que cuento en el blog, ya sean las opiniones que comparto o las historias y anécdotas que me atribuyo, es completamente cierto: una de las características que lo convierte en un reto tan interesante para mí es que está basado al 100% en la Verdad (precisamente otra de las etiquetas más importantes), y pretendo que así siga siendo en las próximas cien, doscientas o trescientas entradas. De hecho, creo que una mujer que lea La Belleza y el Tiempo regularmente me conocerá casi mejor que una que coincida conmigo a menudo por la calle, o en los círculos sociales en los que me muevo… Parafraseando uno de los poemas que Cyrano escribía a su amada: “Estoy en vuestras manos, la pantalla es mi voz, estos bits son mi sangre, este blog soy yo”.