En lo referente a este tema, no se ha hablado de otra cosa en semanas; la
cantidad de información es abrumadora, y los enfoques pueden ser tan diversos… Así
que ¿por dónde empezar? Después de darle algunas vueltas he decidido que haré una
primera entrega acerca de las posibles consecuencias sanitarias del virus SARS-CoV-2 (con consejos útiles que pueden ser
más urgentes) y más adelante hablaré de mi propia experiencia personal y de las
observaciones que he hecho a nivel sociológico (aquí me permitiréis que
despotrique un poco acerca de lo cazurra que es a veces la gente)… Os aviso de
que no soy un especialista en virus ni en pandemias, pero tengo amigos que
saben bastante y me han ido pasando información y fuentes fiables para poder
hacerme una composición de lugar. La enfermedad del Coronavirus, o Covid-19, es
una afección respiratoria que puede cursar con fiebre, tos y dificultad para
respirar, desembocando en los casos más graves en una neumonía (Aquí os dejo un link a un
resumen de la información que tenemos a día de hoy, con subtítulos en español).
Se trata de una enfermedad nueva para los humanos, un virus zoonótico
que nos ha llegado mutando desde los murciélagos, muy posiblemente a través de
otra especie intermedia (pangolín, creo); esta es una razón de peso por la que
no hay que comer carne de caza
que no esté debidamente controlada y regulada, ni en China, ni en África, ni
aquí… Como especie nos iremos acostumbrando a la enfermedad con el paso del
tiempo, generando resistencia y anticuerpos, pero el problema radica en los
primeros meses. Hay personas que tienen el virus y son asintomáticas, y en caso
de aparecer síntomas ocurre
tras unos diez días. Esto hace que, siendo menos agresivo que otros virus como
el Ébola,
se contagie sin embargo más fácilmente, ya que da tiempo a los portadores a que
tengan contacto con otros muchos individuos, incluso de otras ciudades y países,
en un Planeta tan conectado como el de hoy día. La gente más vulnerable a sus
efectos son los ancianos o las personas con problemas previos de tipo
respiratorio, cardiaco o inmunitario.
Como decía antes, al no estar todavía preparados nuestros organismos, el
problema ha sido el crecimiento exponencial del número de casos simultáneos y
la saturación de los sistemas sanitarios de los países afectados, que obliga a
los médicos a hacer triaje,
es decir, a decidir quién recibe atención y quién se abandona a su suerte… Se
hace por tanto necesario un aislamiento social y la toma de precauciones para
evitar nuevos contagios, con la finalidad de “aplanar la curva”
y ralentizar la expansión del virus todo lo posible… Ya hace casi tres años
publiqué una entrada doble acerca de virus y bacterias en la que daba consejos
sobre cómo no pillar un constipado o una gripe común, consejos que se pueden
extender perfectamente al Covid-19. Os copio aquí íntegro el párrafo más
interesante:
“¿Qué consejos
hay que seguir para evitar contagios y mantenerse lo más sano posible? En
primer lugar, evitar toquetear demasiado objetos de uso comunitario tales como
pomos de puertas, pasamanos de escaleras, asideros de autobuses o metros,
teclados en salas de ordenadores… Y en caso de haberlo hecho, intentar no
tocarse mucho la boca o la nariz después, ya que en las mucosas la temperatura
es más apropiada para que los microbios campen a sus anchas y empiecen a
multiplicarse. Recuerdo que alguna vez hemos hablado ya de aprender a estornudar bien,
colocando delante de la boca el antebrazo o el puño de la camisa en lugar de la
palma de la mano, ya que en la manga los gérmenes se mueren al cabo de un
tiempo mientras que en la mano aumenta la posibilidad de tocar los objetos
antes mencionados y contagiar a otras personas.
Por supuesto, es muy aconsejable lavarse las manos con cierta frecuencia: el
frotárselas separa los microbios de nuestra piel y la presencia de moléculas de
jabón ayuda a que se unan más fácilmente al agua, que se los lleva desagüe
abajo… Yo sigo estos consejos a rajatabla y casi nunca me pongo enfermo; ya os
dije una vez que no he faltado ni un solo día al trabajo desde que me
contrataron en el 2009.”
Como podréis suponer, sigo cumpliendo estas sencillas normas y sigo sin
haber perdido un día de trabajo en toda una década. Los consejos básicos
se reducen por tanto a estornudarse y toserse en el codo, lavarse las manos a
menudo con jabón, tocarse poco la
cara, no ir a zonas o celebraciones con mucha gente
y no viajar, pero dejadme que añada algunos trucos y consejos extra, y que os revele
mis secretos para evitar contagios… Una cosa que suelo hacer en épocas de gripe
es coger los pomos de las puertas muy utilizadas o el asa de los carritos del
supermercado por donde no se suelen agarrar; resulta un poco más incómodo pero
vale la pena. Para entrar o salir del metro, justo antes de adoptarse las
medidas de contención, esperé a que alguien pulsara primero la apertura de puertas. Y también hago un
“reparto de tareas” entre las distintas partes de mi mano, usando los nudillos
para pulsar el botón del ascensor y la punta de los dedos para rascarme la
nariz o frotarme el ojo si no tengo más remedio; cuesta un poco pero al final
te acostumbras a no mezclar (Esto me recuerda a esa sabia costumbre tradicional musulmana y de muchas sociedades actuales en vías de desarrollo
de comer con la mano derecha para poder limpiarse el trasero con la izquierda… Pero
de papel higiénico ya hablaremos más adelante).
Hay que tener presente que el virus puede llegar a nuestra boca, nariz u
ojos desde otra persona de varias posibles formas: transmisión boca-boca (por
eso está mal dar besos en la mejilla o toser o estornudar sin taparse), boca-mano-mano-boca
(de ahí que esté mal toser en la mano y estrecharla) o boca-mano-objeto-mano-boca
(lo que desaconseja toserse en la mano y después tocar cosas con ella).
Y por supuesto, totalmente prohibido sacarse los mocos con el dedo, ahora más
que nunca… Es increíblemente difícil evitar el contagio
al 100%, y además la gente comete errores de diversos tipos: por ejemplo, ¿es
recomendable saludarse con los codos si luego todo el mundo va a acercarse su
propio codo al toser? ¿Y por qué hay tanta gente que se pone guantes pero luego
no sabe usarlos? Todo objeto que
se coja con el guante puesto no debería tocarse luego sin él. ¿Y por qué no
entendemos que las mascarillas son sobre todo para los enfermos? El otro día en
el metro había una chica con una mascarilla increíblemente aparatosa que sin
embargo iba tocando todas las barras con la mano desnuda… Los últimos días
antes del confinamiento había gente que le enseñaba a los amigos noticias
alarmantes sobre el virus pasando un móvil de mano en mano,
algo totalmente contraindicado en estos casos… Y a no ser que acostumbres a
besar a menudo la suela de tus zapatos, no debes temer un contagio por esa vía,
no hace falta que los dejes fuera de casa.
En un caso como este, con billones de enemigos microscópicos e invisibles a
nuestro alrededor, la probabilidad de contagio nunca es cero pero hay que intentar
reducirla al máximo… Una manera de afrontar el problema es haciendo uso de la
Teoría de Redes
y considerar a la población mundial como un conjunto de agrupamientos que nunca
son estancos, que se comunican entre sí mediante una serie de nodos
en los que radica la clave del asunto. Hasta la declaración del estado de
alarma en España, el sábado 14 de marzo por la noche, los criterios más
razonables a tener en cuenta eran estos: cuanto menos frecuente sea para ti una
actividad, más lejos tengas que desplazarte para realizarla y más gente se
congregue en ese sitio, menos recomendable es hacerla a efectos de contagio
(tuyo o de los demás). También había otras consideraciones de carácter no
sanitario a tener en cuenta, como ¿Se trata de una actividad importante para
mí, es lo que me da de comer? o incluso ¿Aguantaré bien psicológicamente a
largo plazo sin realizarla? A partir del sábado 14, que un determinado trayecto
forme o no parte de tu rutina semanal queda supeditado, por encima de todo lo
anterior, a las nuevas ordenanzas establecidas por el Gobierno.
Si todo el Mundo (los 7.700 millones) siguiera a rajatabla los consejos contra
el contagio durante unos quince días, la enfermedad simplemente desaparecería.
El problema, como ya os he dicho, es que eso es imposible: siempre hay alguien
que por casualidad, despiste o negligencia se acaba contagiando, con lo que el
virus va saltando de unos a otros y no nos lo acabamos de quitar de encima.
No es la primera vez que una enfermedad pasa al Homo Sapiens desde otra
especie, ya en otras ocasiones ha habido epidemias y pandemias de gripe aviar o
de gripe porcina. Hacia 1920 el retrovirus del VIH se transmitió de chimpancés
a hombres en la República Democrática del Congo, tal vez por contacto de la
sangre de los animales con heridas de los cazadores, y no se expandió por todo
el globo hasta la década de los 80; entre la transmisión de este virus y la
aparición de la enfermedad (el Sida) pueden pasar años (Por cierto, hoy en día
tenemos ya medicamentos que lo mantienen bajo control, y continuamente se están
realizando nuevos avances).
También está la mal llamada gripe española de 1918,
que apareció inicialmente en los USA y mutó después a una variedad letal, matando
en todo el Planeta a más gente que las dos Guerras Mundiales juntas.
Si no nos restringimos a los virus, es famosa la epidemia de peste negra
que asoló Asia y después Europa a mediados del S.XIV, llegando vía Italia a
través de la Ruta de la Seda (curiosamente, un camino muy similar al que ha
hecho el Covid-19, solo que este ha utilizado aviones en lugar de barcos). La
bacteria de la peste es trasportada por las pulgas de las ratas, y fue la
responsable por aquella época de la muerte de un tercio de la población europea…
La historia se ha repetido una y otra vez durante los últimos 10.000 años, desde
que empezamos a ser ganaderos, debido a la cercanía con los animales domésticos.
Los avances médicos y científicos nos han ido ayudando a resolver estos
problemas: sin ir más lejos, a lo largo del S.XIX conseguimos vencer a muchos tipos de bacterias
nocivas con algo tan sencillo como la higiene, el lavarnos las manos de vez en
cuando. También fue muy importante el descubrimiento de los antibióticos, aunque
hoy en día algunas bacterias se están convirtiendo en superresistentes porque
la gente los usa sin control… Contra los virus, además de los propios
anticuerpos que cada uno genera, tenemos las vacunas, cuya eficacia varía
porque (al menos en el caso de la gripe) se hacen a partir de la cepa del año
pasado y los virus van mutando cuando se replican. En el caso de la viruela,
el acuerdo a finales de los años 50 sobre una campaña coordinada de vacunación
a nivel mundial permitió dar por erradicado oficialmente el virus en 1980.
Los expertos ya sabían que tarde o temprano aparecería una pandemia de este
tipo, que solo era cuestión de tiempo,
pero aun así no se tomaron suficientes precauciones. Ya desde mediados de enero, en
cuanto las noticias de Wuhan empezaron a ser alarmantes, los investigadores españoles se pusieron a trabajar en la
obtención de una vacuna (yo mismo recibí a través de la lista de correo de la
Universitat de València un par de convocatorias). Se han facilitado en todo el
Mundo dinero y medios suficientes para acelerar el proceso, así que si todo va
bien la vacuna estará lista y testada hacia abril de 2021,
con lo que tendremos el problema resuelto…
dejándonos lamentablemente a algunos de los más débiles por el camino.
Por cierto, queridos amigos antivacunas:
así es como se comporta una enfermedad cuando no existe remedio… o cuando se
rechaza este remedio por pura ignorancia y estupidez.
Una de las principales conclusiones que deberíamos sacar de todo este asunto es
que no hay que hacer caso a los científicos solo cuando ya es demasiado tarde;
hay que darles fondos para investigar y reducirles las trabas burocráticas
antes de verle las orejas al lobo… y sobre todo hay que usar el sentido común,
que a veces brilla por su ausencia. El Conocimiento es Poder,
y los problemas aparecen siempre cuando la gente decide ignorar voluntariamente
ese Conocimiento… Lo dejamos aquí por ahora; la semana que viene os cuento qué
tal me está yendo encerrado solo en casa.
6 comentarios:
Gracias por la info profesor ;) que todo nos vaya bien...
-Doctor
-Doctor...
-Doctor
-Doctor...
-Doctor
-Doctor...
-¡Qué chorreo!
-¡No va más!
-¿Hacemos otra ronda? 🤣
https://www.youtube.com/watch?v=ECCIymg1kD4
Un abrazo 😀
Gracias por la información y datos que nos aportas. Desconocía muchos datos de los que hablas. Ánimo en esta cuarentena!!!
Como siempre, gracias a ti por comentar, Susana. Me alegro de que la información de la entrada te haya parecido interesante y comprensible. ¡Mucho ánimo también para ti, seguimos en contacto!
¡Un abrazo!
Muy interesante, deseando leer la continuación. Deseos para todos que vaya bien, y ánimo en la cuarentena.
Precisamente en eso estoy ahora mismo, Hope... Si no la subo hoy la subiré mañana a más tardar... ¡Gracias por comentar, Guapa, y mucho ánimo también para ti! 😘
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