La teoría del 90-9-1 propone que en Internet el 1% de usuarios de una comunidad online promedio hacen la mayoría de contribuciones en cuanto a generación de contenido útil, el 9% participan en un segundo plano respondiendo a dicho contenido o editándolo, y el 90% simplemente pasan por ahí y leen pero no participan. Últimamente se ha revisado esta teoría y se ha visto que el porcentaje de generadores de contenido es ahora algo más alto, pero en cualquier caso no suele superar el 10 o 20% del total.
Esto está relacionado con una serie de conclusiones a las que he llegado en
los últimos meses, que tienen que ver con las cosas que más me molestan al cabo
del día de la gente que me rodea. No entremos a comentar las cosas horribles que
hacen algunos protagonistas de las noticias, centrémonos simplemente en las
pequeñas cosas vividas en primera persona. Por ejemplo está el abuso del aire
acondicionado en mi lugar de trabajo a pesar de su evidente relación con el cambio climático que estamos sufriendo. Y no se trata solo de la potencia o la temperatura
exageradas a las que se pone durante el entretiempo, estoy hablando de esa gente
cargante que cada vez que entra en una habitación sin aire tiene que recalcar a
gritos el calor que hace ahí, o gente
que viene de la solana de la calle y no espera ni cinco minutos a ver si su
temperatura corporal se regula sola, o gente que se cree que aquí todos atamos
los perros con longanizas y que no es normal sudar un poco en trabajos que implican
esfuerzo físico… También hay muchos que son incapaces no solo de predecir las
consecuencias futuras de sus actos, sino de algo tan obvio como recordar lo
ocurrido en el pasado más reciente, y que siguen estornudándose en la mano a
pesar de haber pasado una pandemia con millones de muertos hace un par de años.
Por las mañanas, mientras desayuno antes de ir a trabajar, me pongo a veces
Aruser@s en La Sexta diez o
quince minutos porque a esa hora no suelen hacer nada mejor, pero cada vez le
estoy cogiendo más manía: parece que lo único de lo que se preocupan las
contertulias de Arús es de comer, estar guapas, ligar, bailar y rezar para que llegue el finde, y francamente me
recuerdan bastante a algunos de mis conocidos, o a actitudes de gente que me
cruzo por la calle. Me da la impresión de que cada vez más el programa se hace
eco sobre todo de las mayores chorradas que aparecen en Redes Sociales: la
profusión de móviles con cámara y la falta de ética de los medios de
comunicación hacen que los comportamientos estúpidos se hagan virales, induciendo a la imitación y contribuyendo a complicar aún más
los problemas a los que nos enfrentamos como especie.
Ya hemos hablado en el blog de la excesiva dependencia de los móviles y de su uso para tonterías, desperdiciando su auténtico potencial, pero durante
las últimas semanas he sido testigo de varios hechos que tal vez indiquen el
comienzo de una nueva y alarmante tendencia… Primero vi a una chica en la calle
usar su móvil para llamar a la persiana metálica de un comercio cerrado… y no
eran unos toquecitos, no, eran golpes bastante fuertes. Un par de días después
comprobé, tomando unas copas en una terraza, que un compañero (que no amigo) del trabajo dejaba su móvil en
la mesa cada vez que lo consultaba tirándolo desde una altura de unos quince
centímetros. Y para colmo he visto en la tele dos noticias distintas sobre
espectadores que lanzaban sus móviles a los cantantes en mitad de un concierto… Espero que sea solo casualidad y que
no estemos asistiendo a una nueva forma (bastante estúpida) de desprecio hacia
los científicos e ingenieros cuyo arduo trabajo de décadas permitió a esta gente
tener en las manos una tecnología más avanzada que la que coordinó el viaje del
Apolo 11 a la Luna hace medio siglo.
Otra tendencia reciente que me molesta un poco es la obsesión por las inteligencias artificiales y en
concreto por ChatGPT, la nueva
moda tecnológica tras los drones y las impresoras 3D… ChatGPT y sus variantes
mejoradas pueden ser muy útiles para ciertas tareas pero no van a solucionar
todos nuestros problemas, sobre todo si las usamos a lo loco. Parece que son
buenas memorizando pero no comprendiendo, redactan textos aparentemente
correctos pero pueden cometer muchos errores, y son muy malas para las Matemáticas… Son como un becario algo tonto
pero con mucho tiempo libre y acceso a una amplia biblioteca: te pueden ahorrar
faena pero siempre hay que revisar su trabajo después.
De todos modos esto no es lo que me fastidia: es más bien que la gente utiliza
las IAs porque están de moda,
no porque entienda para qué sirven realmente ni qué buenos usos se les puedan
dar, y las utiliza principalmente para cosas triviales o para hacer trampa.
Lo que apenas se comenta en los artículos que he leído y los vídeos y noticias
que he visto es que entrenar una IA promedio emite tanto CO2 como
cinco coches en toda su vida útil
(y usarla supongo que menos, pero también bastante), y que la Nube ya supera en
emisiones a toda la red aeronáutica mundial… Por tanto aplicaciones como AlphaFold me parecen muy bien pero, como
con cualquier otra herramienta, hay que aprender a usar las IAs con sentido
común… En definitiva, habría que esforzarse por entrenar mejor a las
inteligencias naturales antes de ponerse manos a la obra con las artificiales.
Todo esto nos lleva a una conclusión a la que hemos llegado otras veces en
La Belleza y el Tiempo: los países desarrollados están llenos de gente egoísta
que lloriquea continuamente con sus problemas del Primer Mundo,
gente que malgasta recursos, tiempo y energía en estupideces en lugar de ayudar
a la gente de otros países con problemas de verdad.
Muchos no se dan cuenta de que todos estamos conectados unos con otros y de que nuestras acciones de hoy tendrán consecuencias mañana;
muchos se rinden enseguida ante la complejidad de la Vida, prefiriendo lo fácil (pero equivocado o anecdótico) a lo difícil (pero correcto o importante). La pereza
intelectual es la raíz de muchos problemas actuales: estas personas que no se
paran a pensar antes de actuar quieren tener todos los derechos pero ninguna
obligación, quieren disfrutar de todas las comodidades modernas sin aceptar que
un gran poder conlleva una gran responsabilidad y que los problemas no desaparecen solo con negarlos o mirar hacia otro lado.
En definitiva, he llegado al convencimiento de que nuestra especie avanza a
mejor gracias al 10% de la gente y a pesar del 90% restante. Dentro de este 90%
lógicamente hay una gradación, desde los que simplemente no hacen gran cosa por
ayudar hasta los claramente responsables de graves retrocesos… Varias veces durante
los últimos meses he pensado lo mucho que me gustaría disponer de una versión
modificada del Chasquido de Thanos por la que la mitad de mi elección entre las personas que me rodean a diario no
se desintegraran como en la película (estoy en contra de la violencia),
pero sí fuesen trasladados mágicamente a una réplica del planeta Tierra en la
que no dispusieran de ninguno de los avances facilitados por la mitad más eficiente y tuvieran que apañárselas
solos… Me gustaría ver qué tal les iba.
Esta conjura de los necios se extiende también al campo de la política.
Francamente no entiendo a todos esos ciudadanos que votaron al PP o a Vox el
pasado 28 de mayo, dando a la expresión “vergüenza torera” un nuevo significado en el caso de Valencia… Es verdad que nadie tiene el monopolio de la ignorancia,
y que en la Izquierda también se hacen tonterías: yo mismo he acabado a veces
un poco harto de la excesiva insistencia en problemas del Primer Mundo como el lenguaje inclusivo, los micromachismos, la
apropiación cultural, los triggers, los ofendiditos,
las cancelaciones sin pruebas o por tweets de hace dos décadas…
La diferencia está en que en la Derecha las estupideces son más la regla que la
excepción, son más frecuentes y más peligrosas,
y proceden más a menudo de los que están en posiciones de poder.
En el pasado reciente ha quedado claro que el objetivo de gran parte del PP
no es el bienestar de todos sino la acumulación de dinero y privilegios por
parte de unos pocos;
y si no, a los Juzgados me remito… Con todos sus trapicheos dejaron en la
ciudad de Valencia 964 millones de euros de deuda que se han ido pagando casi en su totalidad estos pasados años con el Ayuntamiento
del Botànic. Y ahora, con los exaltados de Vox con partido propio y
determinantes en los pactos, es todavía peor, y ya se han visto desde las
últimas elecciones municipales y autonómicas casos de censura y de pérdida de
libertades, incluso teniendo en cuenta que se estarán esforzando por disimular
un poco hasta las elecciones nacionales… El avance de la ultraderecha en todo el Mundo puede tener consecuencias terribles y no es algo para
tomárselo a broma, así que ya sabéis, ¡todos a votar este 23 de julio!
Llegados a este punto quiero haceros partícipes de un dato lingüístico que
tal vez desconozcáis y que a mí me sorprendió mucho en su día… Se trata de la etimología
de la palabra “idiota”: proviene
del término griego “idiotes”, que sirve para designar a aquel que no se ocupa
de los asuntos públicos, sino solamente de sus intereses privados… Como muchas
otras veces, la sabiduría antigua entretejida en nuestras propias raíces nos
permite recordar algo que parece de sentido común pero que habíamos olvidado
por el camino.
A pesar de todo lo que he comentado hasta ahora, soy optimista:
los idiotas pueden empeorar la situación a corto plazo, pero a largo plazo se acaba
imponiendo el sentido común (que es precisamente el que intenta procurar el
bien común) y los avances en el Conocimiento facilitados para todos por el 10% de la Humanidad que piensa las cosas antes de
hacerlas. Creo que la Historia avanza en forma de dientes de sierra, con
pequeñas subidas y bajadas en la gráfica del nivel de bienestar, pero en
promedio a mejor, en una curva ascendente;
por tanto lo que me fastidia de lo que veo a mi alrededor no es que
retrocedamos, sino que avancemos más despacio de lo que podríamos hacerlo si la
gente se esforzase solo un poco más… Lo único que espero es que después de unos
cuarenta años relativamente tranquilos en la Historia de Occidente no me toque vivir
una bajada temporal demasiado brusca de la gráfica.
En cualquier
caso y por si sirve de algo, termino con un mensaje bien claro dirigido a esa
mitad de la población a la que me gustaría mandar a otro planeta, esa mitad de
personas que no solo son ignorantes sino que se sienten orgullosas, reafirmándose
en ello cuando con muy buenos modales y con argumentos de peso se lo tratas de
hacer ver: ¡Espabilad un poco, que sois mmmu’ tonnntos! Hala, ya lo he dicho. Ya me he quedado a gusto.
4 comentarios:
Como siempre he aprendido mucho leyendo tu blog. Sólo añadir que me causa tristeza y decepción que nuestra especie no aprenda de la Historia ya vívida y sea tan manejable y predecible...
Tal vez tengamos una expectativa un poco desatinada respecto a quienes somos.
A todos nos gusta pensar que estamos en el lado correcto de la historia, pero me temo que la sociedad avanza gracias a “La sabiduría del grupo”. Sin dejar de reconocer que las aportaciones significativas quedan restringidas a un pequeñito número de individuos.
Puede ser, que a veces, solo necesitemos tomar distancia.
Un placer leerte.
Que sea un buen verano, si es posible que no sea “Cara al sol”.
Me alegro de que te haya resultado útil la lectura, Susana. Y gracias por comentar, como siempre. ¡Eres de lo más bonico que hay!
¡Un abrazo!
Gracias por comentar, Juanjo. Me uno a tu deseo de no pasar un agosto "Cara al Sol", que ya bastante quemados estamos con el Cambio Climático que algunos se empeñan en negar...
¡Un abrazo y buen verano!
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