Hoy quiero hablaros de Sigue Soñando
(o Dream On, en su título
original), serie de HBO creada por Marta Kauffman y David Crane (posteriormente
responsables de Friends) que se emitió de 1990 a 1996. La sit-com trata sobre
las conquistas, aventuras y desventuras tanto sentimentales como profesionales de
un editor neoyorquino treintañero divorciado; y si en Friends se hablaba bastante
de sexo, en Sigue Soñando realmente se veía: fue una de las primeras comedias
de situación con tacos, escenas subidas de tono
y hasta alguna teta de vez en cuando
(al ser un canal de pago se podían permitir un poco de erotismo light sin
censura).
En España la pasaron en abierto por Canal Plus, pero tampoco creáis que la
veía habitualmente, o que tengo muchos recuerdos de ella… De lo que sí me
acuerdo y lo que más me gustaba era que, debido a que la madre del protagonista
lo había aparcado todo el día frente a la tele
desde muy pequeño, se intercalaban a menudo en los episodios escenas cortas de series y películas de los 50 y 60 que
ayudaban a describir sus emociones y reacciones en cada momento. Ya sabéis que
soy una persona muy audiovisual y que el Cine es una parte importante de mi
Vida… Pues bien: al igual que el protagonista de la serie, a veces intercalo en
mi hilo de pensamientos frases de películas
(entonación y timbre del doblador incluidos) que le aportan algo más de chispa
a mi vida interior, y hoy voy a enumerarlas en el blog. No es que sean muchas,
pero puedo aseguraros que las aquí mencionadas las utilizo bastante; de hecho,
algunos de los enlaces de vídeo correspondientes ya los he usado antes en La
Belleza y el Tiempo porque forman parte de mis propios códigos narrativos
internos.
Por ejemplo, cuando estoy con algún conocido pesado que no para de hablarme
de sus cosas, creyendo ser el centro del Universo y buscando que le hagan
casito, me viene a la cabeza, mientras asiento sin prestar mucha atención, la
frase de Martin Prince en aquel episodio de Los Simpsons en que está haciendo
su presentación en la escuela y todos están entretenidos con el perro de Bart: ¡Mi geoda debiera ser admirada! En
otras ocasiones, si alguien me está explicando algo complicado o utiliza una
jerga incomprensible, de forma que no me entero de nada, recuerdo el famoso
diálogo entre Groucho y Chico Marx en Una Noche en la Ópera, el de La parte contratante de la primera parte…
Yo soy bastante cuidadoso y no suele ocurrirme, pero si se me derrama algún líquido en la cocina, se sale
el agua de la ducha mojando el suelo del baño, se me cae algún objeto de forma
aparatosa o en general se monta algún pequeño desastre en mi casa o en el
trabajo, trato de quitarle hierro al asunto pensando en la frase del Doctor
Venkman tras tirar del mantel de la mesa, mientras los Cazafantasmas ponen
patas arriba el salón del Hotel Sedgewick en cumplimiento de su misión: ¡Las flores no se han caído!
Tampoco me ocurre a menudo, pero cuando una mujer me impresiona de verdad,
ya sea por cantar como los ángeles en un karaoke, por su agudo sentido del
humor, por su adorable forma de ser o por una combinación de distintos factores, me
acuerdo de esas escenas de Wayne’s World en las que el personaje de Mike Myers queda hechizado tras ver a
Cassandra en el escenario (la vista se le llena de estrellitas y escucha en su cabeza una canción romántica) y poco después, al oírla hablar
en la tienda de música sobre la Fender Stratocaster, rompe la cuarta pared y confiesa
al público: ¡Esta titi me psicotiza!
En las películas el chico y la chica terminan siempre juntos, pero la Vida
real es bastante más cruel y suele ocurrir que la mujer que me gusta acaba
saliendo con otro tío menos inteligente, sensible y gracioso que yo, pero más joven, más guapo y mejor trajeado…
Cuando soy testigo directo o me entero por otras personas de una de estas derrotas
sentimentales me pongo por un segundo en la piel del afortunado ganador, acordándome
de aquella escena de La Loca Historia del Mundo que transcurría en la corte de
Versalles, en la que quedaba claro que Es bueno ser Rey…
Y ya que hablamos de las películas de Mel Brooks… Si la Vida me da alguna pequeña alegría sensorial,
aunque no sea necesariamente de carácter sexual,
como por ejemplo una agradable ducha caliente en una fría noche de invierno, o
una ducha de agua fresca en verano, o una cama suave y blandita después de un
día de trabajo especialmente duro, me vienen a la cabeza los versos que cantaba
la prometida del Joven Doctor Frankenstein tras ser asaltada por el monstruo: Oooh, dulce misterio de la Viiidaaa, al fin te he encontraaadooo…
También del Jovencito Frankenstein es otra frase que me repito a menudo
cuando se me juntan varios problemas y me pregunto cuál será la próxima piedra
que el Destino ponga en mi camino: para recordarme a mí mismo que hay gente con
más derecho a quejarse que yo, recurro a la escena en la que Igor intenta
animar al Doctor alegando que Podría ser peor, podría llover
(tras lo cual se pone a diluviar, por supuesto). Para terminar, y en una nota algo
más optimista, cuando esos problemillas del día a día me dan un respiro y
los sencillos placeres rutinarios me hacen olvidarme por un momento
de mi larga soledad
y de la gente irracional que me rodea, pienso en lo que Boromir le decía a su
hermano Faramir en la versión extendida de Las Dos Torres, tras la reconquista
de Osgiliath: Recuerda este día, porque hoy la Vida es buena.
Puede que se me haya olvidado alguna, pero estas son básicamente las frases
de películas que recuerdo ahora mismo (¿Os pasa a vosotros algo parecido? ¿Cuáles
son vuestros memes mentales
más recurrentes? Me encantaría que lo compartieseis conmigo en los comentarios…).
Viéndolas todas juntas llego a la conclusión de que las uso sobre todo cuando
me ocurren cosas negativas, como para añadir un toque de humor y así poder desdramatizar
un poco el asunto… Ser capaz de bromear sobre tus problemas es un indicador de
que aún te quedan esperanzas de resolverlos, o al menos minimizarlos y acostumbrarte
a vivir con ellos… Y el uso de frases sacadas de la ficción me parece,
pensándolo a posteriori, una herramienta excelente: ya una vez vimos en el blog
que la ficción y las historias nos animan a ver las cosas como deberían ser
frente a como son en la realidad, una realidad que no tenemos por qué aceptar y
que a veces puede y debe cambiarse a mejor. Por mi parte, yo sigo intentando
mantenerme en ese difícil punto de equilibrio que combina el inconformismo
respecto al Presente con el optimismo de cara al Futuro… Al fin y al cabo,
soñar es gratis.
3 comentarios:
Te han faltado citas de Amanece que no es poco! Es película citable como ninguna. Yo siempre que tengo que compartir cama con alguien no puedo evitar preguntar: "Hijo, me respetarás como hombre?" seguido de un "Que un hombre en la cama es un hombre en la cama!" 😂
¡Gran película con muchas grandes frases! La de "me respetarás" la he usado muchas veces con los amigos (en plan broma, que últimamente no suelo compartir cama muy a menudo, no sé si por suerte o por desgracia). Otras que he usado alguna vez son la de la "devoción por Faulkner" o la de "¡Esto es un sindiós!" de Sazatornil del final.
Si nos ceñimos a frases que pienso para mí mismo en determinadas circunstancias, ahora que lo dices, sí tengo una de Amanece... Cuando al sentarme me pego con la pata de una mesa un trastazo en la rodilla, de esos que te dejan amargo un rato, me sale del alma pensar: "¡Hala, cojito pa toda la vida!". 😁
¡Un saludo, Dani, y gracias por comentar!
Jajja, la de cojito también la uso mucho. Un abrazo!
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