Vaya Semanita…

Ya os he comentado varias veces en el blog que para intentar descubrir el sentido de la Vida, para conseguir detectar los patrones sencillos que subyacen tras la aparente complejidad de lo que nos rodea, es necesario tener la mente abierta, ser interdisciplinar y aprender un poco de todo. Esta Libertad total a la hora de elegir qué tipo de cosas se quieren aprender da lugar muchas veces a combinaciones de aficiones que la mayoría de la gente tildaría de excéntricas; y yo, en mi afán de preservar mi Autenticidad y de ser sobre todo y ante todo fiel a mí mismo, me ajusto también a ese perfil. Esta última semana ha sido un buen ejemplo de lo ecléctico de mis gustos y de lo variopinto de mi agenda cultural, así que he pensado que sería una buena idea haceros un resumen.

Podemos empezar por el sábado 24 de enero: ese día empezaba en el local de la Plataforma per Russafa un ciclo de proyecciones de películas y documentales sobre Movimientos Sociales y Territorio, con el correspondiente coloquio posterior. El primero ha sido “A Tornallom”, un documental muy recomendable de hace casi quince años (¡cómo pasa el tiempo!) sobre la Zona de Actividades Logísticas del Puerto de Valencia y los abusos que se cometieron por parte del Ayuntamiento, con la expropiación y demolición de decenas de casas de labranza en La Punta. Actualmente la ZAL se ha convertido en otro monumento más a la estupidez humana, una especie de gigantesco parking desierto que no se usa para nada, y nosotros nos hemos quedado sin otro trocito de nuestra fabulosa y cada vez más amenazada huerta. Como da a entender el título del documental, ante este tipo de injusticias tenemos que hacer piña y ayudarnos unos a otros: si nos quedamos cruzados de brazos hoy, el día de mañana la casa amenazada por las excavadoras podría ser la nuestra… La próxima proyección, sobre El Cabanyal.

El lunes 26 me pasé por el edificio de La Nau, de la Universitat, para la proyección de “Video From Hell”, una delirante recopilación de vídeos musicales de Frank Zappa, personaje excéntrico, provocador, auténtico e inclasificable donde los haya. Después tuvo lugar una interesante mesa redonda, coordinada por Manuel de la Fuente y con la participación entre otros de Julián Hernández de Siniestro Total, en la que se habló de Zappa y de otros provocadores natos del mundo de la Música en el último siglo, de la relación entre Música y política, de la borrosa frontera entre la libertad de expresión y la ofensa, y por supuesto también de la reciente masacre en la sede de la revista Charlie Hebdo en París.

El martes asistí en la sede de la Fundación Bancaja a otra mesa redonda, esta vez sobre la relación entre Música Pop y Literatura, con la participación de varios músicos escritores (y algún que otro escritor músico) entre los que estaban Néstor Mir de Malatesta Records, Xavi Sarrià de Obrint Pas o mi amiga Carolina Otero, fabulosa como siempre a pesar de llevar varios días un poco pachucha de la garganta. Se habló de las diferencias y semejanzas entre el proceso creativo de componer una canción, de construir un poema o de escribir una novela; de los referentes y las influencias (voluntarias e involuntarias) a la hora de crear, de las distintas formas de contacto con el público y de lo difícil que es conseguir que alguien te financie o te edite en cualquiera de estos campos hoy en día… Al final el público participó también en una ronda de preguntas y respuestas.

El día 29 fui, como otros muchos jueves, al Palau de Cerveró, muy cerca de las Torres de Serranos, para una de las dos proyecciones semanales del Aula de Cine de la Universitat, a la cual pertenezco. Ese día concluía el ciclo “Llámalo X” sobre Cine y Matemáticas con la proyección de “Pi, Fe en el Caos”, de Darren Aronofsky, estando a cargo de la presentación y de moderar el coloquio mi buen amigo Héctor Gómez. El debate, como de costumbre en este foro, fue del más alto nivel; estaba presente (y participó mucho) hasta el mismísimo Decano de la Facultad de Matemáticas, no os digo más… Se tocaron varios temas muy interesantes, algunos de los cuales traté yo mismo hace poco en el blog: se habló de cómo las Matemáticas y la Ciencia nos ayudan a simplificar y entender el Mundo, de la obsesión por el Conocimiento y de si alguna vez llegaremos a comprenderlo todo, y de si Dios es incompatible o no con la Ciencia. Tratamos de dilucidar si las Matemáticas se crean o sólo se descubren, de comprender la diferencia entre los distintos tipos de infinitos y de imaginarnos un hipercubo de cuatro dimensiones… ¡Una locura! A pesar de que a esas alturas de la semana, entre el trabajo y todo lo que os estoy relatando, mis neuronas ya no estaban para muchos trotes, la verdad es que me lo pasé muy bien dándole al coco.

Y llegamos al viernes 30, última parada de este vertiginoso recorrido cultural: se celebraba en el Ben’s Inn, en la zona de la Plaza de Honduras, una nueva entrega de Escépticos en el Pub, con la charla “Los Caras de Bélmez” de Javier Cavanilles, ex periodista de El Mundo y experto en fraudes y conspiranoias varias. Javier, que resultó ser un cachondo mental y un tío muy simpático, nos explicó con todo detalle la historia de las caras de Bélmez, desde los primeros artículos sobre el asunto allá por los 70, pasando por la caída del tema en el olvido durante años y la posterior resurrección mediática del supuesto enigma en 1997 por parte de Lorenzo Fernández e Íker Jiménez, llegando hasta el día de hoy con los recientes especiales de Cuarto Milenio. Con mucho sentido del humor (pero a la vez con mucho sentido común) nos fue enumerando una por una las razones por las que el misterio no se sostiene y no pasa de ser una simple broma que se gastaron algunos vecinos del pueblo hace cuarenta y cinco años con un pincel y un poco de nitrato de plata, del que se usa para revelar fotografías.

Como veis, en Valencia no le da tiempo a uno de aburrirse; todos los días hay actividades interesantes y basta con estar un poco atento a la agenda cultural de la ciudad… Pero ojo: yo, cuando asisto a todos estos eventos, no me limito simplemente a escuchar y aplaudir. Por experiencia propia (la escasez de comentarios en La Belleza y el Tiempo es una espinita que tengo clavada) sé que es muy frustrante el silencio del auditorio al terminar tu intervención y empezar el turno de preguntas, así que siempre intento ayudar a los ponentes animando el debate. De hecho, esta semana he participado en todos los coloquios, y en tres de los cinco casos fui yo el que rompió el hielo, el primero en hacer una pregunta o un comentario después de unos embarazosos segundos sin manos alzadas… Es lo menos que se puede hacer en agradecimiento a los que están allí para compartir su Conocimiento y su pasión contigo. Durante el debate sobre las Matemáticas hice algo más que eso e intervine en repetidas ocasiones, no sólo porque me apeteciera, sino por estar un poco al quite, que el bueno de Héctor a lo mejor no sabe (ni tiene por qué saber) lo que es un número irracional, un hipercubo o una variedad de Riemann, y más de una vez a lo largo de la velada le metieron en un jardín los asistentes y le tuve que echar un capote…

La semana que viene os seguiré hablando del Aula de Cine de la Universitat, de la Plataforma per Russafa y de Escépticos en el Pub, pero ya a un nivel más general, y trataré de describiros la extraña sensación que tengo en mi día a día con estas asociaciones, como si estuviera a medio camino entre un asistente y un organizador (o, siguiendo con el paralelismo taurino, al quite pero desde la barrera). Os explicaré por qué prefiero seguir pendiente de todas estas movidas (lo cual da lugar a veces a semanitas tan trepidantes como la última) antes que implicarme más en una sola y descolgarme de las otras, y enumeraré algunas ventajas y desventajas de estar en todas las salsas sin estar del todo en ninguna.