Hace cosa de un mes David Estal me mandó la información relativa a un curso
de la UPV sobre el Área Metropolitana de Valencia
titulado On Va la Corda Va el Poal, que se compone de dos rutas guiadas de cinco horas cada una más
cuatro podcasts que irán saliendo a lo largo del mes de octubre (empezando hoy mismo). La primera de las visitas era a la
zona de Loriguilla, el pasado sábado 4, y junto a David figuraba también como
guía José María Azkárraga, del que hablé precisamente en la entrada anterior
del blog. A ambos los conozco desde hace más de una década, y ambos tienen en
común el ser unos profesionales como la copa de un pino y a la vez ser muy
buena gente. Ambos tocan distintos palos en la escena cultural valenciana y he
coincidido con ellos en distintos tipos de actividad, aunque a David lo conocí
con Desayuno con Viandantes y a José María con las visitas de la Valencia Republicana…
Lo que me resultaba emocionante en este caso era tenerlos a los dos colaborando
en la misma propuesta: tal y como les dije, era un extraño crossover,
como ver a los Vengadores y los X-Men juntos en la misma película de Marvel.
Por supuesto,
en cuanto pude, después del trabajo, intenté realizar la inscripción, pero para
mi desilusión me quedé el primero de la lista de espera… Afortunadamente, hace
dos semanas me comunicaron que había habido una baja y que podía asistir a las
visitas guiadas, que se realizarían con un autobús contratado, con inicio y
finalización junto a la parada de tranvía de La Carrasca, y en un grupo de unas
20-25 personas. La mañana del día 4 salió estupenda, con un sol radiante, y la
visita me pareció fantástica: la gente era majísima, las explicaciones muy
interesantes y los lugares que recorrimos fabulosos. Primero fuimos a
Loriguilla y aprendimos algunas cosas sobre los pueblos de colonización,
y de allí nos trasladamos en el bus a un cerro cercano desde el que se
vislumbraban todos los alrededores, con la ciudad de Valencia a lo lejos, y
donde David nos habló de Vilanova,
un proyecto frustado de 1972 de una gran ciudad de 200.000 habitantes que se
habría construido en esa zona. En el camino de subida al mirador (de dificultad media) visitamos también la Cova
del Colom (cuyo acceso era prácticamente invisible junto al sendero, detrás de unos arbustos) y comimos galletas
de algarroba.
Volvimos a
coger el bus y nos trasladamos al tercer y último punto de la visita, el
polvorín de Ribarroja, complejo militar abandonado cercano a una zona de
canteras en el que Azkárraga nos habló de la Línea de Defensa Inmediata.
Pudimos visitar tanto las estructuras de la superficie, con los aviones de
Manises pasándonos por encima, como los estrechos túneles de las trincheras, y
después exploramos el propio polvorín, un espacio también subterráneo pero
bastante más amplio, con un eco estupendo. Como de costumbre hice fotos, y me
quedó una selección bastante chula, tanto que he tenido que dividirla en dos
partes con veinte imágenes cada una, dejándolas todas en el mismo orden en que
las tomé. Para que no pase demasiado tiempo, voy a hacer de nuevo una excepción
y publicaré la segunda entrega la semana que viene… Espero que os gusten estas
postales enviadas desde una ciudad que nunca existió.
1 comentario:
Que interesante
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