Hace poco os hablé de mi viaje a Praga en verano de 2019, y del buen sabor de boca que me dejó la ciudad. Ya sabéis
que dondequiera que voy me gusta informarme con antelación y explorar los
cementerios con encanto, y Praga no fue una excepción. El cementerio del Barrio Judío era muy interesante y visualmente impactante, pero hubo otro que incluso lo
superó: se trata del Cementerio de Olsany, cuyas fotos voy a publicar en dos
entregas de quince cada una. Ocupa una superficie enorme, fuera de la zona
turística pero no muy lejos de ella, a diez minutos en metro: la entrada
principal está en la parte sur, junto a la parada de Zelivskeho.
El cementerio actual tiene una zona ortodoxa y otra para víctimas de
guerra, y junto a él está el Nuevo Cementerio Judío, también bastante grande, en
el que se halla la tumba de Franz Kafka.
Otra lápida de visita obligada es la de Jan Palach,
tristemente famoso por haberse quemado a lo bonzo en 1969, en señal de protesta por la ocupación soviética. En la zona central de
Olsany hay tumbas con esculturas muy bonitas (aunque no muy monumentales), pero
la parte que más me impactó, a la que pertenece esta selección de imágenes, fue
la sección más antigua del cementerio, en la zona noroeste, cerca de la Capilla
de San Roque: según la información disponible sus primeras tumbas datan de
1670, año en que se produjo una epidemia de peste en la ciudad.
En la zona más reciente se nota que los familiares adecentan las lápidas y les
quitan las malas hierbas, y hasta instalan banquitos individuales enfrentados a
las mismas para poder pasar ahí el rato, conversando con la persona amada…
Sin embargo en la zona antigua, con las tumbas de las que ya ningún descendiente
se acuerda, es frecuente ver cómo el paso del Tiempo ha oxidado las cruces de
metal y ha rajado o torcido los bloques de piedra, con ángeles, Vírgenes y
Cristos también rotos y cubiertos por el musgo y las plantas trepadoras,
camuflados con el verde de su entorno… La semana que viene colgaré el resto de
mis fotos y os describiré con detalle las impresiones que me causó pasear entre
las tumbas centenarias.
2 comentarios:
Gran reportaje de esa sección del cementerio tan tan especial. El tanatoturismo me atrae irremediablemente. Gracias por compartirlo!!
Pues hace muy poco he estado en otro cementerio con encanto y me han salido fotos bastante chulas... no tanto como las de Olsany, he de reconocerlo, pero muy bonitas. Ya lo comentaremos la próxima vez que nos veamos. ¡Gracias por visitar el blog! :-)
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