martes, 19 de noviembre de 2019

Humanos (II)


Seguimos en esta segunda entrega con la historia de la evolución humana… Hace unos 2 Ma va surgiendo Homo Ergaster, más adaptado a caminatas largas; los huesos de su cadera indican claramente que ya no suele trepar a los árboles. Presenta un aparato digestivo más corto, y por tanto los recursos se destinan a formar un cerebro y un cuerpo más grandes. Al ser más alto y esbelto que sus ancestros está adaptado para disipar mejor el calor, y tiene menos pelo en la piel. Sus herramientas son algo más sofisticadas. Ergaster es el eslabón que lleva desde Habilis a Erectus.

Homo Erectus (“Hombre Erguido”) es nuestro siguiente ancestro más probable, y el primer Homo en salir de África. A él pertenece el cráneo de Homínido más antiguo fuera del continente, encontrado en Georgia y de 1,8 Ma de antigüedad. Acabará ocupando casi toda África y diversas zonas de Oriente Próximo, Europa y Asia; los restos más antiguos encontrados en China tienen 1,7 Ma. Incluyendo a Ergaster, esta especie caminó sobre la Tierra entre hace 1,9 Ma y 140.000 años; casi dos millones de años, diez veces más que nosotros por ahora, lo que la convierte en una superviviente nata. Hace 1,2 Ma los cambios en el clima y la vegetación hacen que su piel se oscurezca con melanina para defenderse del exceso de rayos ultravioleta, siendo como la de los actuales subsaharianos (en otras palabras: que por entonces éramos todos negros).


Pareja de Homo Erectus desollando un antílope, en el Museo de Historia Natural de Nueva York


Por centrarnos en un momento concreto, el Homo Erectus europeo de hace 500.000 años tenía 1,60 metros de altura y era robusto, ancho de caderas y hombros, de frente retraída y cejas abultadas. Ya no tiene tanto pelo y ha aprendido a sudar para regular su temperatura corporal cuando corre largas distancias. Ha dejado de ser carroñero, caza en equipo y presenta algo más de especialización en las tareas. Su lenguaje es algo más complejo, y el concepto de familia ha adquirido más importancia para él: cuida de los ancianos y de los débiles de su grupo (se han encontrado cráneos de aquella época cuyos dientes cayeron mucho tiempo antes de la muerte, siendo por tanto individuos que necesitaron ayuda para alimentarse). Por entonces se descubre el percutor blando de madera o cuero, para crear herramientas con más precisión. Los utensilios tienen usos muy específicos: raspadores, percutores, cuchillos, bifaces… Hace entre 1,8 y 1,5 Ma aparecen herramientas hechas de hueso. Las hachas de piedra de mano del periodo entre hace 1,6 Ma y 250.000 años corresponden a la llamada tecnología achelense, más sofisticada que la olduvayense.

Pero una de las contribuciones más importantes de Erectus al desarrollo humano será sin duda el control del fuego. Debe haber sido una experiencia muy extraña para estos Homínidos primitivos encontrarse con un incendio forestal: para ellos la llama es una especie de animal amarillo que te muerde si acercas demasiado la mano, y es de suponer que la mayoría huyen asustados… Pero unos pocos, los más curiosos y valientes del clan, hacen más pruebas teniendo cuidado y descubren que puedes acorralar al animal amarillo en la punta de una lanza, porque se mueve hacia arriba. Si acercas la mano pero no demasiado, se nota un calorcito muy agradable. Y si le das de comer más madera, el animal amarillo crece de tamaño… Igual que debió ocurrir con las herramientas de piedra, es gracias a estos pioneros, estos curiosos, los primeros científicos e inventores de la Prehistoria, que la Civilización actual existe tal y como la conocemos.


Fuego en una hoguera en medio de la oscuridad


Hace en torno a 1,5 Ma hay evidencias arqueológicas del uso de fuegos generados de manera fortuita por relámpagos o incendios, tratando de conservarlos encendidos todo lo posible y proteger las ascuas a toda costa. Hace alrededor de 1 Ma los Erectus africanos son los primeros en crear fuego desde cero por fricción y utilizarlo de forma sistemática (se han encontrado en el subsuelo huesos y plantas quemados de esta época). Es difícil datar la transición de forma más precisa porque los restos fósiles son escasos, al llevarse casi siempre el viento y el agua las cenizas de las hogueras; todavía queda mucha investigación que hacer, pero sabemos con seguridad que hace 500.000 años ya cocinamos regularmente y se domina el fuego en múltiples rincones de Eurasia y África (Es curioso: muchas veces los avances se producen de forma independiente y simultánea en distintas zonas del Planeta, si bien tal vez a ritmos distintos).

Y ya que hablamos de cocinar… En todos estos lugares llega un momento en el que un pedazo de carne se cae por primera vez en el fuego, quizá por un accidente afortunado, y hay un miembro curioso del grupo que lo recupera y lo prueba, descubriendo que sabe, se mastica y se digiere mejor. El fuego contribuye a romper las proteínas, es como si cocinar la carne ayudase a empezar a digerirla aún fuera de nuestro cuerpo. Con el uso de herramientas más afiladas y del fuego para la comida, las muelas del juicio dejan de salirnos (aunque hoy en día hay bastantes Sapiens que todavía las tienen) y los músculos de la mandíbula se nos aflojan de nuevo, creciendo aún más el cerebro hasta un tamaño de 1100 cm3. Esto nos viene muy bien, porque hace 800.000 años las fluctuaciones en el clima empiezan a ser más pronunciadas, y un cerebro grande nos ayuda a adaptarnos a los cambios rápidos para sobrevivir. En definitiva, las ventajas del fuego son innumerables: mata a los parásitos de la comida, nos quita el frío en las noches de invierno, permite que nuestras jornadas sean más largas gracias a la luz, mantiene alejados a los depredadores, sirve para cazar presas, nos permite endurecer las puntas de las lanzas, favorece la socialización (y tal vez, más adelante, incluso la narración de las primeras historias) alrededor de la hoguera…


Fotograma de la película En Busca del Fuego, con una Sapiens enseñando a un Neanderthal a hacer fuego


Del Homo Erectus descienden los Neanderthales en Europa, los Pithecanthropus en Java y los Sapiens en África, pero cómo exactamente aún no está muy claro… Hacia el final del periodo correspondiente a los hallazgos de Erectus aparecen otras posibles especies cuyo encaje en nuestro árbol de familia evolutivo aún presenta muchas incógnitas, como el Homo Heidelbergensis o el Homo Antecessor. A menudo la Naturaleza es complicada por mucho que te empeñes en simplificarla: el Árbol de la Vida no solo se va ramificando a medida que pasa el Tiempo, sino que a veces dos ramas separadas genéticamente se vuelven a encontrar geográficamente y a recombinar, haciendo muy difícil describir todo lo que ha pasado tan solo a partir de un puñado de hallazgos aleatorios realizados aquí y allá…

En el yacimiento arqueológico de Atapuerca, cerca de Burgos, han trabajado los mejores paleoantropólogos españoles y se han encontrado en los últimos cuarenta años algunos de los restos humanos más antiguos de Europa. Los de la Sima del Elefante, de una especie aún por determinar, tienen una edad de 1,2 Ma; y en la Gran Dolina los había de Homo Antecessor, de hace 800.000 años, que en ocasiones practicaba el canibalismo. Está además la Sima de los Huesos, con restos posiblemente de Homo Heidelbergensis, aunque no está del todo claro (este es el ADN más antiguo que se ha conseguido analizar nunca, de hace 430.000 años). Por último, se han encontrado también restos de Neanderthal y Homo Sapiens, y todo esto en una zona relativamente pequeña.

Según ciertas teorías los Heidelbergensis (entre hace 700.000 y 200.000 años) fueron los primeros en llegar a las latitudes más frías de Europa, construyendo cabañas rudimentarias (en Francia se han encontrado estructuras hechas con postes de madera de 400.000 años de edad) y cazando mamuts en equipo con lanzas arrojadizas (en Inglaterra se ha encontrado un omoplato de caballo de 500.000 años con un agujero perfectamente circular). En Europa podrían ser el eslabón entre Erectus y Neanderthal, aunque también podría serlo el Antecessor; y en África podrían haber derivado en los Sapiens, es decir, en nosotros, aunque hay descubrimientos de Atapuerca de 2016 que apuntan de nuevo al Antecessor… Como digo, esta parte de nuestra Prehistoria está ahora mismo algo confusa, a falta de nuevos hallazgos y estudios.


Trabajadores en una sima del yacimiento de Atapuerca, con los distintos estratos visibles


Hace medio millón de años llega un periodo de glaciaciones y en Europa los Erectus están geográficamente aislados, ya sea por los glaciares o por la subida del nivel de las aguas en las épocas menos frías: para adaptarse a las bajas temperaturas de las tundras y las estepas evolucionan poco a poco a Neanderthales. Esta especie habitó en Europa y el sudoeste y centro de Asia, y su cronología va desde hace 400.000 años hasta hace 40.000 años, aunque según algunos estudiosos los últimos Neanderthales podrían haber vivido en Gibraltar hace 30.000 o incluso 25.000 años. No son nuestros ancestros, sino nuestros primos evolutivamente hablando: Sapiens no desciende de ellos. Muy robustos y fuertes, presentan una osamenta maciza y unas paredes del cráneo gruesas, la frente hacia atrás, la nariz grande y los pómulos prominentes. De 1,65 metros, con cuerpos anchos y miembros cortos para adaptarse al frío, tienen la piel más clara que Erectus y usan por primera vez pieles de otros animales para abrigarse.

Como decíamos de los Heidelbergensis, Neanderthal caza presas grandes y pone trampas. Conoce el pedernal (piritas para producir chispas) y la yesca (que prende muy bien) para encender fuego, y usa plantas medicinales. El desarrollo craneal llega hasta los 1500 cm3, similar al de Sapiens, aunque la forma de la cabeza es achatada en vez de redondeada como la nuestra. En el clan no hay división del trabajo por sexos, los niños trabajan desde muy jóvenes y la esperanza de vida es de unos cuarenta años. Al poseer la misma variante del gen del habla que nosotros, podrían ser los primeros en haber tenido un lenguaje elaborado, pero no sabemos cómo de complejo era porque las partes blandas, como la laringe, no se conservan en los fósiles… Aunque los expertos no se ponen de acuerdo, algunos les atribuyen pensamiento simbólico, realización de pinturas rupestres, uso de adornos y el tener creencias religiosas, ayudando a sus muertos a “pasar al Otro Mundo”. Los Sapiens convivimos con ellos en Europa durante un tiempo e incluso tuvimos descendencia en algunos casos.


Representación realista del rostro de un Neanderthal con gesto apacible


Más o menos de esta misma época son los Denisovanos, otros primos evolutivos nuestros de Asia. El primer descubrimiento se realizó en 2010 en las cuevas de Denísova en Siberia, y consistía en una pequeña falange, de la que sin embargo se sacó bastante información mediante un análisis de ADN. Posteriormente hubo otros hallazgos en Siberia y en el Tibet, pero siguen siendo muy pocas muestras, y de pequeño tamaño. Los Denisovanos habitaron el sudeste de Asia, llegando hasta Nueva Guinea. Sabemos por el ADN que la rama común de Neanderthales y Denisovanos se separó de la nuestra hace unos 600.000 años, y estos últimos existieron hasta hace 40.000 años o tal vez menos. La especie no tiene aún nombre oficial porque todavía se está estudiando y porque falta un especimen completo. También tuvieron relación con Sapiens, porque los asiáticos actuales presentan genes en común con ellos.

El último de nuestros primos evolutivos del que hablaremos hoy, y quizá el más sorprendente, es el Homo Floresiensis. Encontrado en la zona de Indonesia, su pequeña estatura, de un metro diez y 25 kilos, y sus grandes pies, junto con la coincidencia de que el hallazgo se realizara en 2003, en plena efervescencia de las películas de Peter Jackson, hicieron que los arqueólogos le pusieran el sobrenombre de “Hobbit”. Tenía poca capacidad craneal, unos 400 cm3, pero utilizaba herramientas, cazaba y controlaba el fuego. Tal vez se hizo pequeño después de llegar a la isla de Flores, igual que los elefantes en ese mismo entorno, debido a la escasez de alimentos. Exisitió entre hace 100.000 años (aunque las herramientas encontradas en la zona son algo más antiguas) y 50.000 años. Su desaparición coincidió más o menos con la llegada de Sapiens a esa parte del Mundo.


Cráneos de distintas especies de Homínidos expuestos en un museo


Al Homo Sapiens se le llamó en Europa Hombre de Cromagnon, refiriéndose sobre todo a los habitantes de las cuevas con pinturas rupestres, pero este es un término actualmente en desuso. El nacimiento de los humanos modernos, más evolucionados, se remonta unos 200.000 años atrás, así que cuando aparecimos había en el Mundo otras tres o cuatro especies humanas que, igual que nosotros, vivían en grupos de cazadores-recolectores, con fuego, herramientas de madera y piedra, enterramiento a los muertos y una Cultura y lenguaje rudimentarios. Puede que alguno de estos grupos no se cruzara en la vida con seres de otra especie, mientras que otros sí tendrían contacto e incluso una convivencia continuada… Más o menos lo que ocurre con las distintas especies ficticias que habitan la Tierra Media de John Ronald Tolkien, aunque con un nivel de desarrollo algo más primitivo.

Otras especies de Homínidos salieron de África antes que nosotros y se adaptaron durante decenas o cientos de miles de años al clima frío de Eurasia. Posteriormente hubo sexo entre especies y cierta mezcla genética, gracias a la cual los Sapiens adquirimos algunas de estas adaptaciones beneficiosas de los Denisovanos y los Neanderthales (Además de los análisis de ADN de los restos encontrados y su comparación con el ADN actual, otra prueba de que hubo mezclas es el hallazgo de cráneos de Sapiens con los pómulos propios de los Neanderthales). Resulta extraño pensar que somos los únicos humanos sobre la Tierra desde hace solo treinta o cuarenta mil años, un suspiro en términos evolutivos… No sabemos si los Neanderthales, Denisovanos y Floresiensis desaparecieron por competencia directa con los Sapiens, por cambios climáticos o por una combinación de ambos factores, pero sabemos que al menos una parte de ellos sigue viva en nuestros genes… ¿Y cómo pudimos nosotros sobrevivir a las adversidades y ellos no? La próxima semana continuaremos narrando la odisea de la especie y responderemos a esa pregunta.


Fotograma de La Comunidad del Anillo con los miembros de distintas razas de la Compañía

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