En la primera
entrega de este repaso a las características de mi pareja ideal nos centramos
en el ámbito de lo lógico, analítico e intelectual, y vimos que debía ser inteligente, culta, curiosa intelectualmente
hablando, con buen dominio del lenguaje y con gustos y aficiones en común
conmigo (¡Casi ná!). En la segunda entrega nos centraremos más en lo creativo, intuitivo y emocional (aunque ya os advertí que esta
división en partes puede ser algo laxa)… Por ejemplo, me encanta en una mujer
que sea divertida e ingeniosa
y que tenga sentido del humor, que capte al vuelo mis comentarios irónicos y que
sepa seguirme las bromas. Incluso, si tiene gracia para ello, me gusta que haga un poco el payaso en
algunas ocasiones, imitando voces y montando un poco de espectáculo, aunque eso
pueda avergonzarme en presencia de desconocidos; tengo un par de amigas que lo
hacen muy bien y que saben cuándo es el momento para hacerlo y hasta dónde
pueden llegar, cosa que les da muchos puntos a mis ojos… En esta misma línea, ya
os comenté una vez que Kristen Wiig
me parece muy sexy precisamente porque es una de las mejores humoristas que
conozco; se nota que lo lleva en la sangre, que ha nacido para ello.
También me gustan las mujeres sensibles, que expresan abiertamente sus
sentimientos y que no han perdido la capacidad de
emocionarse con los pequeños detalles de la Vida…
Sé que más adelante en esta misma entrega diré que me gustan las mujeres de
carácter fuerte, lo cual podría parecer incompatible con tener una sensibilidad
especial, pero no lo es: se trata de alcanzar el equilibrio adecuado entre
ambas cosas, y además no debemos confundir sensibilidad con sensiblería… Sin
duda me parece otro punto a favor de una mujer el que sepa canalizar esta
sensibilidad por la vía artística, que sea creativa por ejemplo en el campo de
la Literatura y la Poesía, o en el de la Música, o mejor aún, en ambos… Ya
os he comentado en alguna ocasión que tanto mi pareja más duradera como varias
de las mujeres que me han marcado a fuego
en mi historia sentimental tocaban un instrumento musical o cantaban muy bien.
Reflexionemos
un poco: si una mujer es divertida lo es porque no ha perdido las ganas de
jugar y bromear de la infancia, y si es sensible lo es porque conserva parte de
la inocencia e ilusión de su juventud… Por tanto, creo que lo que me gusta (a
mí y seguro que a muchos otros hombres) es una mujer que no se haya dejado anular
por los convencionalismos de la sociedad actual…
Tal vez esta libertad, espontaneidad y alegría de vivir son las razones por las
que a muchos nos atraen las mujeres más jóvenes,
y no solo el hecho de que sean físicamente más atractivas a primera vista… Las chicas
jóvenes también tienen sus desventajas una vez las conoces mejor, pero de esto
seguramente hablaremos la semana que viene.
Espero que mi
pareja sea una persona amable, empática
y comprensiva, que encuentre siempre las palabras adecuadas para animarme
cuando lo necesite; que sepa escuchar y a la que pueda confesarle hasta mis detalles más íntimos de manera
natural, sin sentirme avergonzado por ello… Que sea alguien que me ayude a ver
las cosas bajo un ángulo diferente, y que en las ocasiones en las que no
comparta mis puntos de vista al menos los entienda, y esté abierta a un diálogo
razonado en el que tanto ella como yo podamos ceder si es necesario, cambiando
de opinión y acercándonos a la postura del otro… A un nivel más físico, me
encantaría que fuese una persona cariñosa, no solo en cuanto a los besos,
caricias y abrazos en pareja, sino también con pequeños detalles como el de
tocar con la mano el brazo de sus amigos,
como para reforzar así el vínculo de amistad… De la lista de ocho
que vimos en su día, todo esto tiene relación con la inteligencia interpersonal
de Howard Gardner.
Mi pareja
ideal tendrá un sentido de la Justicia similar al mío, y preferirá el
“Todos-Mejor-Siempre” antes que el “Yo-Más-Ahora”. Será una persona honesta,
con principios,
sin contradicción entre sus pensamientos, sus palabras y sus actos, y coherente
consigo misma a cada uno de estos tres niveles, sin dejarse afectar por la
presión social. Me viene a la cabeza una buena definición de lo que es una
persona íntegra, que ya hemos usado antes en el blog: se comportará en público
como si estuviera sola y en solitario como si la estuvieran viendo todos… Y no
solo valorará la Coherencia, sino también la Verdad, con lo que será una
persona sincera, que evitará mentir a menos que sea por el bien común.
También están
relacionadas con la Coherencia las virtudes de ser responsable y organizada. Para
mí es vital saber que puedo confiar en su palabra,
y que cuando se comprometa a algo se esforzará en hacerlo lo mejor posible. A
veces este margen de confianza se refleja en detalles tan triviales como el de poder
o no concretar una cita con esa persona con más de dos días de antelación, o el
hecho de que llegue o no puntual a la cita: esto puede darte algunas pistas acerca
de su forma de ser a nivel general, e incluso acerca de cómo responderá ante
una situación de emergencia, que será cuando más necesites confiar en ella.
Casi más
importante que ser responsable y trabajadora es ser una mujer atenta y generosa,
siempre pendiente de ayudar a los demás, y por lo general sin pedir nada a
cambio. Se trata de personas muy modestas, a las que no les gusta ser el centro
de atención; hacen las cosas no por el reconocimiento, sino sencillamente
porque es lo correcto… Responsable, generosa y modesta son, curiosamente, tres rasgos
que no abundan por ahí, pero que cuando aparecen lo suelen hacer juntos en una
misma mujer, y cuando eso ocurre estamos ante alguien al que hay que cuidar muy
bien, porque gente como ellas hay muy poca. Hasta donde yo recuerdo, tengo
cuatro amigas con estas características, cada una de un entorno social
distinto, y a las cuatro las adoro y haría lo que fuese por ellas. María José,
Esperanza, Blanca y Violeta: supongo que si leéis esto os va a dar bastante
vergüenza, pero me apetece mencionar vuestros nombres precisamente porque sé
que vosotras, por humildad, nunca os pondríais las medallas que os merecéis… Os
mando un abrazo muy fuerte a las cuatro y quiero que sepáis que este Mundo es
un lugar más hermoso porque vosotras lo ilumináis con vuestra luz interior.
Antes decía que me gustan las mujeres con cierta sensibilidad, que no se
hayan vuelto egoístas, aburridas y superficiales con el paso de los años… Tampoco
me gustan las que van excesivamente estresadas, las
que creen que darán sentido a su Vida realizando frenéticamente mil actividades
cada día sin pararse a saborearlas, aburriéndose de todas sus aficiones al poco
de haberlas adoptado y siempre planificando futuros viajes y excursiones…
A algunas de estas mujeres, que hablan más que piensan
y que creen huir de la rutina cuando realmente están huyendo de ellas mismas,
se las puede reconocer a veces en un primer vistazo porque se muerden mucho las
uñas, o porque fuman para combatir el estrés… Yo entiendo que cada cual tiene
sus propios traumas del Pasado, y que en algunos casos esa vocecita de tu
subconsciente que te dice cosas que no te gustan es más difícil de acallar que
en otros, pero a ser posible me gustaría evitar que mi compañera sentimental
fuera uno de estos casos.
Del mismo modo
que intento evitar a las mujeres superficiales y a las hiperactivas, tampoco me
gustan las miedosas que necesitan
echar tres cerrojos a la puerta antes de irse a dormir, o que prefieren dar un largo rodeo antes que cruzar una calle cuya
pinta no acaba de gustarles (esto me ha ocurrido un par de veces con amigas en
el túnel de la Gran Vía Germanías, que llevo cruzando años sin que me haya
pasado nunca nada). Para mí es importante que mi pareja no tenga miedos ni complejos, que sea una persona segura
de sí misma y refuerce así mi propia sensación de seguridad (aunque ya voy bien
servido); alguien con las ideas claras que tenga el control de su propia Vida y
que haga siempre que las cosas parezcan fáciles… Este tipo de Belleza interior, esta estabilidad emocional, se manifiesta a veces en el exterior
a través de la cara, con una expresión tranquila y relajada y ausencia total de
tensión en los músculos de los ojos y la boca; y también a través de la postura
corporal, la manera de andar, el tono de voz al hablar y otros muchos detalles
imperceptibles a no ser que hagas un esfuerzo consciente por detectarlos… Creo
que ya lo he comentado alguna vez antes: esto es lo que César Millán, el
Encantador de Perros, llama “Energía firme y tranquila” (pero aplicado a las
personas, no me entendáis mal).
Una de las facetas en las que no tengo tan claro lo que quiero es en lo
relativo al nivel de independencia en la pareja… Recuerdo
que con mi ex tuve muchos momentos, viviendo separados, en los que la echaba de
menos y pensaba que sus estudios y su trabajo monopolizaban gran parte de su
tiempo; y sin embargo cuando empezamos a compartir piso me ocurrió al revés, a
veces tenía la impresión de que me ahogaba, de que necesitaba más espacio
(posiblemente porque en lo referente a las rutinas diarias no éramos muy
compatibles)… Supongo que con mi pareja ideal sería cuestión de alcanzar el
punto justo de equilibrio entre ambos extremos, aunque tengo claro que no me
gustaría una persona excesivamente dependiente de mí ni tampoco excesivamente
dominante (ni una que necesitara tener
un perro o un gato para no sentirse sola). Prefiero
una mujer independiente, a la que le guste estar conmigo pero que también
necesite momentos para ella misma… Hay que aprender a estar solo
y quererse a uno mismo para poder estar bien después en pareja. En este
sentido, soy partidario de vivir inicialmente en pisos separados e ir tanteando
de manera gradual si somos realmente compatibles para vivir juntos.
Y lo dejo aquí
por hoy… Nos falta enumerar algunas características más y desarrollar las
conclusiones, tratando de responder a varias preguntas: ¿Qué relación hay entre
la Belleza física y la Belleza interior, y cuál es la importancia relativa de
ambas? ¿Estaré buscando en realidad a una versión de mí mismo con cuerpo de
mujer, o hay algún rasgo mío que no quiero que tenga mi pareja? De todas las características
de la lista, ¿con cuántas me conformaría y cuáles son más importantes a la hora
de escoger compañera? Y por último, y más importante: ¿A estas alturas, y tal y
como está el patio, estoy realmente en situación de escoger, o debería
simplemente conformarme con alguien a quien le guste yo, aunque no sea la mujer perfecta? La semana
que viene seguimos hablando de ello.
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