Hoy y en la próxima entrada subiré al blog la selección de mis fotos
tomadas en el Oceanogràfic de Valencia hace
exactamente un año, en una fría y nublada mañana de febrero. Era la segunda vez
que entraba al sitio, la primera fue hace ya quince o veinte años, tanto que
casi no me acordaba… Se trataba de una visita especial en la que se accedía
también a zonas de mantenimiento y conservación normalmente cerradas al público,
así que me resultó muy interesante. El tiempo no acompañaba mucho, pero
afortunadamente no llegó a llover fuerte, aunque chispeó un par de veces a lo
largo del día. Como me pasa de vez en cuando, estuve tan absorto contemplando
los animales marinos, aves y acuarios,
haciendo fotos y recorriendo todos los rincones que no comí nada hasta bien
entrada la tarde, cuando la luz que conseguía atravesar las nubes ya empezaba a
apagarse… Aquí tenéis las primeras veinte imágenes, espero que las disfrutéis.
2 comentarios:
¡Unas fotos preciosas!. Con estos lugares siempre me invade la pena (por más bonitos y espaciosos que sean) y un sentimiento encontrado...suerte para el humano que puede observar y admirar tranquilamente todas estas especies, pero mala suerte para animalicos y bichitos que les toca vivir en cautividad...
No sé exactamente por qué, pero no ha salido tu nombre en el comentario, Susana.
Tienes toda la razón, los animales salvajes no deberían estar en cautividad... Es lo que defiende continuamente en su canal de YouTube Frank Cuesta, que en ocasiones puede ser un poco bocazas o retrógrado respecto a otros temas, pero de animales sabe mucho. Tiene un refugio y un santuario en Tailandia en los que aloja a los animales rescatados del tráfico internacional ilegal; a los que puede los reintroduce en la selva, y si están demasiado humanizados o son especies de otros países que no pueden soltarse allí, al menos viven en un espacio mucho más grande que el de un zoológico. La verdad es que el contenido de los vídeos es bastante interesante, échales un vistazo si no conoces el canal.
Me acuerdo de cuando era pequeño y visitaba el antiguo zoo de los Viveros; aquello sí que era horroroso, con espacios ínfimos y muchos animales que presentaban estereotipias, movimientos repetitivos y obsesivos que te partían el corazón solo con verlos... La verdad es que en comparación con aquello las condiciones actuales del Bioparc y el Oceanográfic son mucho mejores, pero es cierto que no hay nada como la libertad total para un animal salvaje.
¡Un abrazo y muchas gracias por comentar!
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