Recordaréis
por el blog que hace tres veranos hice un viaje a Manhattan del que quedé muy satisfecho… Una de las citas obligadas allí era el Metropolitan Museum of Art (o Met, para
abreviar), precioso museo enclavado en el lado este del Central Park. Inaugurado
en 1872, el gigantesco edificio está rodeado de vegetación y goza de grandes
espacios abiertos en su interior, con enormes ventanales que les confieren una luminosidad
fantástica, cambiante a medida que el sol baja hacia el horizonte. Es un lugar
muy agradable no solo para disfrutar de las obras expuestas, sino también para
pasear, tomar algo en una de las cafeterías o incluso sentarse en el suelo a
hacer un bosquejo a lápiz de alguna de las esculturas.
Si el contenedor es magnífico, el contenido no se queda atrás en cuanto a
calidad, incluyendo pintura, escultura, arquitectura traída pieza a pieza,
objetos decorativos, vestidos, armaduras y utensilios de todo tipo y de muy
diferentes épocas y culturas, desde la Grecia clásica hasta el siglo XXI.
Planifiqué mi visita para ir un sábado, aprovechando que los fines de semana
amplian el horario y abren hasta las nueve, y me pasé toda la tarde deambulando
por las distintas secciones. Casi antes de la hora de cierre subí a la azotea del
museo y disfruté del skyline nocturno de Nueva York, con los rascacielos
iluminados… He hecho una selección de las mejores treinta fotos que saqué allí y la
publicaré en dos entregas, empezando hoy. Espero que os pique el gusanillo
para visitarlo también, si algún día vais a la Gran Manzana.
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