Hoy toca subir la segunda entrega de mi selección de fotos tomadas en abril
del año pasado en la Torre de la Lonja.
Este edificio, auténtica joya del gótico civil construida en la segunda mitad
del siglo XV, se articula en torno a tres ejes perpendiculares: el Salón
Columnario, el Consulado del Mar y el eje vertical de la Torre. Esta última sirvió
en su día como calabozo donde meter a los comerciantes deshonestos o morosos, y
se accede a ella desde la Sala de las Columnas, por una pequeña pero historiada
puerta rodeada de una verja metálica.
La subida se hace por una preciosa escalera de caracol que carece de eje
central y que lleva a dos salas situadas por encima de la antigua Capilla. Los
suelos presentan azulejos de la época que están protegidos por una lámina
plástica, y a través de una puerta en uno de estos espacios se puede acceder a
la parte alta de la Sala Dorada, en el ala del Consulado, y contemplar más de
cerca el fantástico techo procedente de la Casa de la Ciudad (el antiguo Ayuntamiento en la
Plaza de la Virgen), instalado en la Lonja a principios del siglo XX.
La azotea de la Torre nos permite observar con detalle las almenas en forma
de corona, y desde ella hay unas maravillosas vistas del Mercado Central, los
Santos Juanes, la Compañía y en general los tejados, torres y cúpulas de la
ciudad. También se puede ver desde allí la curiosa forma del tejado de la
propia Lonja, que no se aprecia desde la calle… En definitiva, una muy
recomendable visita a la parte más desconocida de un edificio tan hermoso que
hasta duele mirarlo.
2 comentarios:
Comparto contigo esa expresión...puro síndrome de Stendhal!!
¡Me alegro de que te gusten! :-)
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