Chris Cornell, uno de los mejores vocalistas de la historia del rock, cantante
de grupos como Soundgarden, Audioslave
o Temple of the Dog, se quitó la vida tras un concierto con Soundgarden en el
Fox Theatre de Detroit el pasado 17 de mayo. Su guardaespaldas lo encontró en
el cuarto de baño de su habitación de hotel con una cinta de ejercicio roja
alrededor del cuello. Tenía cincuenta y dos años y, al menos físicamente,
estaba en plena forma. Deja huérfanos a tres hijos adolescentes de dos mujeres
distintas, con lo cual la suya parece una decisión bastante irresponsable, pero
es muy difícil entender lo que pasa por la mente de una persona con un caso
agudo de depresión. Cornell había estado batallando toda su vida con este tipo
de problemas, y parece que la noche en cuestión había tomado más ansiolíticos de la cuenta,
estaba muy aturdido y no sabía bien lo que hacía.
Desde el mismo día de su muerte numerosos artistas conocidos y anónimos
empezaron a rendir homenaje al vocalista de Seattle, en sus conciertos en
directo o a través de la Red, con distintas versiones de sus canciones.
Entre los temas escogidos destaca con diferencia Black Hole Sun,
canción de 1994 que antes de este suceso ya era muy conocida pero ahora es prácticamente
un himno. Hemos hablado de ella y de sus complejas armonías
previamente en el blog, y en otra de las entradas utilizamos una versión más tranquila,
interpretada por Nouela Johnston,
que formaba parte de la banda sonora de la película Caminando Entre las Tumbas.
El propio Chris Cornell interpretó muchas veces una versión acústica del tema que aun sonando diferente a la
original era también endiabladamente buena… El objetivo de la entrada de hoy es
por tanto mostraros una selección de las diez mejores versiones de Black Hole
Sun en tributo a Cornell.
Tenemos por ejemplo la versión de Chloe Boleti,
cantante de ascendencia griega afincada en Londres, aunque esta ya llevaba unos
años colgada en YouTube; o la interpretación del conjunto de violoncellos Break of Reality; o el tributo desde el
mundo del country con Cody Jinks y Paul Cauthen.
Después está la versión de 8 Bits, al estilo de la música de los videojuegos antiguos: en principio podría
parecer algo irrespetuosa, pero francamente es bastante fiel a los pequeños
detalles de la original (el solo de guitarra de Kim Thayil prácticamente lo
clavan) y además le aporta mayor variedad a la selección.
Está también la versión del coro de Toronto Choir! Choir! Choir!; o la del músico y productor Leo Moracchioli, desde Noruega, con
un sonido bastante hardcore; o una segunda reinterpretación, anterior al
trágico suceso, del dúo londinense SWANN
con la voz de Nouela Johnston. Los Postmodern Jukebox
y la cantante Haley Reinhart le dieron hace cosa de un año un aire totalmente vintage,
y el brasileño Guty Rodrigues la
interpretó en solitario con su guitarra eléctrica el mismo día en que se
conoció la noticia.
Pero la versión que más me ha emocionado y que más he oído estos últimos
días es sin duda la de Norah Jones al piano. En su
momento mencionamos brevemente en el blog que es la hija de Ravi Shankar, y en
cierto modo la relacionamos indirectamente con el guitarra de Soundgarden
cuando hablamos de los ritmos de la tradición musical hindú…
La casualidad quiso que fuera precisamente ella la siguiente en tocar en el
Detroit Fox Theatre tras el último concierto de Soundgarden, una semana después
de la muerte de Chris Cornell; y en solo unos pocos días, en paralelo con la
preparación de su nueva gira, se las apañó para componer y ensayar este
precioso y delicado arreglo del tema. Especialmente hermosa es la parte final,
con las notas del piano que se elevan como el suave aleteo de una mariposa;
como el espíritu de Cornell, por fin en paz, sobrevolando las azoteas de Detroit y alejándose hacia el
horizonte.
Después de Kurt Cobain de Nirvana, Layne Staley de Alice in Chains o Scott
Weiland de Stone Temple Pilots (aunque estos últimos eran de Los Ángeles, no de
Seattle), Chris Cornell se suma a la lista de cantantes del movimiento Grunge
de los noventa que se han quitado la vida o han fallecido de sobredosis;
de aquellos grandes vocalistas queda solo Eddie Vedder de Pearl Jam.
Cornell comentó en alguna entrevista que compuso la música y la letra de Black
Hole Sun en muy poco tiempo, y que la letra en realidad no tenía ningún significado: al componerla
simplemente se dejó llevar y fue escogiendo las palabras que pegaban bien con las
imágenes mentales que le sugería la melodía. La letra parece
cobrar algo más de sentido ahora que nos ha dejado, y resulta bastante inquietante escuchar algunos de
los versos: “camino medio dormido, rezo por conservar mi juventud, cuelga mi
cabeza y ahoga mis miedos…” ¿Es acaso el Agujero Negro Solar de la canción el
equivalente a la Muerte?
Aunque siempre he disfrutado y sigo disfrutando de la música de
Soundgarden, nunca he acabado de comulgar con ese pesimismo (casi nihilismo)
que supuran sus letras, y desde luego nunca se me ha pasado ni remotamente por
la cabeza la idea de acabar con todo; como ya sabéis, este Mundo me parece
demasiado bonito e interesante como para marcharme antes de tiempo. Supongo que
tanto a las letras de las canciones como a la Vida en general les encuentra
sentido el que quiere… o el que puede. De todos modos una cosa está clara: ya nadie cantará como tú, Chris.
2 comentarios:
Gracias por el artículo!!!! <3
Qué casualidad, Susana: justo antes de ver tu comentario me estaba quejando en la entrada de hoy de que el blog llevaba dos meses totalmente muerto... ¿Sabes que la última que comentó, hace dos meses, fuiste precisamente tú? Y eso que me consta que vas hasta arriba de trabajo, pero siempre consigues sacar un minuto para escribir aquí y darme ánimos... ¡Eres de lo más bonico que hay! ¡Si te tuviera a tiro te comía a besos! :-)
¡Gracias de nuevo! ¡Nos vemos pronto!
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