La semana pasada pudisteis leer la primera de las dos entregas en las que
trato de evidenciar las conexiones ocultas a simple vista entre Pasado y
Presente, en aquel caso a nivel histórico. A modo de última observación en este
plano se podría decir que no solo nuestra forma de
vivir, sino también nuestra forma de gestionar y transmitir el Conocimiento
humano viene de muy atrás, si bien es verdad que ha evolucionado con el paso
del Tiempo, desde la transmisión oral hasta Internet, pasando por la escritura, los libros, las bibliotecas o la imprenta.
Y hablando de Conocimiento humano: en esta segunda entrega veremos que no son
solo la Historia o la Arqueología las que nos permiten aprender sobre nuestro
Pasado; hay otras muchas disciplinas científicas que nos facilitan el formular
hipótesis acerca de cómo hemos llegado hasta donde estamos, retrocediendo no
solo a la Prehistoria sino a tiempos en los que ni siquiera existía nuestra
especie o nuestro planeta, lo que en una ocasión llamamos Gran Historia…
Hoy nos encargaremos, por tanto, de buscar las conexiones a nivel evolutivo, geológico y cosmológico.
La Genética y
la Paleontología,
por ejemplo, nos permiten remontarnos más allá de las primeras generaciones de
nuestros ancestros para descubrir
cuáles son las distintas etapas evolutivas
que unen al Homo Sapiens con el primer ser vivo microscópico, aparecido en la
Tierra hace unos 3.500 millones de años. Cuando los periodos de Tiempo son tan
grandes que implican órdenes de magnitud distintos a los de la duración de
nuestras vidas se hace necesario cambiar de escala
y usar cronologías logarítmicas para no perdernos, pero de esto ya hemos
hablado anteriormente en el blog, así que no me extenderé en ello.
Gracias a la
Ciencia hemos aprendido que gran parte del carbón disponible hoy en día se
formó hace unos trescientos millones de años,
en la era Carbonífera, durante un periodo de Tiempo relativamente corto en
términos geológicos. La aparición de árboles con una nueva proteína en su
corteza, la lignina, que no podía ser digerida por los microorganismos,
favoreció la acumulación durante este periodo de un gran número de árboles
muertos apilados que no se descomponían y que posteriormente, por la presión
ejercida por las capas superiores, se convirtieron en carbón, un material con
una alta concentración de energía lista para usar. Más adelante algunas
especies de microorganismos aprendieron a descomponer la lignina y esto ha
hecho que la cantidad de carbón disponible en la actualidad sea limitada. De
forma similar, el petróleo y el gas natural
proceden principalmente de la acumulación de grandes cantidades de plancton
marino hace unos setenta y cinco millones de años, y son también recursos
limitados, no renovables, y mucho menos al ritmo al que los estamos usando
actualmente. Es importante tener esto muy en cuenta para aprender a no
malgastar las reservas de combustibles fósiles que nos quedan: en este caso ser
bien conscientes de las claras diferencias entre el Pasado y el Presente nos
ayudará a evitar problemas en el Futuro.
Otros estudios
científicos apuntan a una relación entre momentos de la Historia terrestre en
los que se produjo un incremento de nuevas formas de Vida y el paso del Sol por
la cercanía de restos de supernovas; por ejemplo, la aparente correlación entre una explosión en las
Pléyades y un aumento en la diversidad de criaturas marinas como los ammonites.
Existe también la hipótesis de que la extinción de los dinosaurios
no fue solo culpa del famoso asteroide de Yucatán, sino que pudo coincidir con
el paso del Sistema Solar por una nube de polvo provocada por el estallido de
una supernova, lo que favoreció los cambios climáticos extremos que cubrieron
de hielo todo el planeta.
Y eso no es todo, estos lazos invisibles que nos unen con el Pasado se
remontan incluso a antes de la aparición de nuestro Sistema Solar. Recuerdo
cómo se me quedó grabada en la memoria la reflexión de Carl Sagan en la serie
Cosmos acerca de que estamos hechos de polvo de estrellas:
los elementos de la tabla periódica que permitieron la química orgánica y la
aparición de la Vida, y por tanto los átomos que forman mi cuerpo y el tuyo
ahora mismo, han sido formados en el corazón de estrellas de generaciones
anteriores a nuestro Sol, y dispersados por esta zona de la galaxia gracias a
las explosiones de supernovas. Eso sin mencionar que nuestros átomos de
Hidrógeno en concreto se remontan a un Pasado todavía más remoto, casi al Big
Bang… Por tanto, se puede decir que no solo formamos parte del Universo: el Universo forma parte de nosotros. ¿Puede haber una conexión más primaria y más ancestral que esa? Rózate
la palma de la mano con un dedo de la otra y mientras sientes el cosquilleo piensa
detenidamente en que se trata de los mismos átomos… ¡Los mismos! ¡Alucinante!
Podríamos terminar
hablando del gran número de afortunadas casualidades
que se han ido encadenando desde el amanecer de los tiempos para dar lugar a la
aparición de la Vida en nuestro planeta… En los segundos iniciales del Big Bang
había un poco más de materia que de antimateria, de modo que no se aniquilaron
por completo, y de esa poca materia extra surge nuestro Universo. Las nubes de
Hidrógeno gaseoso recién formadas tenían pequeñas irregularidades, arrugas que
permitieron actuar a la gravedad dando lugar a largo plazo a la primera
generación de estrellas. Nuestro sistema estelar es de una generación posterior,
lo que explica, como decíamos antes, que contenga átomos de carbono, oxígeno o nitrógeno,
imprescindibles para la Vida; además orbita alrededor del centro de la Vía
Láctea lejos de sus brazos espirales, en un área con menos radiactividad dañina
para nosotros.
La colisión de la Tierra con Tea
hace 4.500 millones de años dio lugar a la formación de la Luna y produjo la
inclinación del eje de rotación, factores ambos que han sido favorables para la
aparición de los seres vivos. Nos encontramos en la mejor zona del Sistema
Solar, con agua en estado líquido, y además la cantidad de agua es la justa
para dejar bastantes regiones de tierra firme, nuestro hábitat actual. Nuestro
campo magnético y nuestra atmósfera nos protegen de la radiación procedente del
Sol, y el cercano Júpiter actúa como atractor gravitatorio, reduciendo el
número de objetos que impactan contra nuestro planeta. Todos estos eventos
afortunados de antaño conectan directamente con nuestro apacible Presente: a
nivel cosmológico se puede decir que tenemos mucha suerte, ya que vivimos en la mejor de las épocas y en el lugar
más adecuado.
Solo una puntualización más: las predicciones que la Ciencia nos permite
hacer con el Conocimiento adquirido no solo nos permiten mejorar nuestra vida hoy,
sino que también nos advierten de que nuestras acciones presentes conllevan una
gran responsabilidad a largo plazo incluso en términos geológicos… Baste
recordar aquella ocasión en la que hablamos de los residuos de las centrales
nucleares, que siguen siendo peligrosos para animales y plantas durante cien mil años…
Y con esto lo dejamos por hoy. Si hasta aquí nos hemos centrado en el Tiempo,
nos falta hablar de cómo casi todo está relacionado también en el Espacio… ¿Os
acordáis de Kevin Bacon? Dentro de siete días volveremos a hablar de grados de separación y de la Teoría
de Redes.
3 comentarios:
Hola de nuevo! A mi esto me parece increíble y fascinante. Cuando comento a los chicos y chicas que las motos y los coches funcionan gracias a unos seres vivos microscópicos (de los cuales nadie se acuerda) que vivieron hace unos 300 millones de años (mucho antes de la Gran Era de los dinosaurios),.....o que la Revolución Industrial fue gracias a la muerte de bosques enteros cuyos árboles datan del Carbonífero....poco es el que no se asombra....
Yo ya sabía hace tiempo que el carbón procedía del Periodo Carbonífero, pero hasta hace relativamente poco desconocía la historia de la lignina, que me pareció muy interesante, ya que mete a la Biología en la ecuación, junto con la Evolución, la Física, la Historia, la Economía... Es un relato que tiene un poco de todo, te hace darte cuenta de cuan relacionadas están las distintas disciplinas del Saber, de que las fronteras entre unas y otras las ponemos nosotros arbitrariamente para simplificar su comprensión pero en realidad son mucho más borrosas de lo que creemos... Por eso los documentales científicos que mezclan distintos enfoques y te dan una visión global, como el Cosmos de Sagan o el de DeGrasse Tyson (en este último descubrí la historia de la lignina), resultan tan frescos, amenos e interesantes...
¡Gracias por seguir comentando, Rubén! ¡Espero que volvamos a hablar en la tercera entrega!
El enfoque holistico es algo importante en este mundo de especialidades dentro de especialidades.
Intentaré seguir leyendo. Si es que necesito un par de Deloreans
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