A veces me pregunto si habrá gente que al entrar en mi blog y ojear un par
de entradas pensará que no hablo más que de chorradas y que estoy totalmente
alejado de la vida real, con la cabeza en las nubes…
Seguro que los hay, y seguramente esta diferencia de apreciación entre ambos no
es culpa de nadie, más bien de las cartas que le han tocado en suerte en la
Vida a cada uno: su realidad no es la misma que la mía, sus circunstancias tal
vez no se parecen en nada a mis circunstancias actuales. Me pregunto si
escribiría sobre las mismas cosas, o si tendría un blog en absoluto, si mis
circunstancias vitales fueran distintas. Tal vez no me apetecería hablar de
estos temas si hubiera tenido una educación mediocre y no les viera el más
mínimo interés, o si fuese más guapo y me salieran las novias de debajo de las
piedras; o quizás, aun pareciéndome temas interesantes, no encontraría tiempo
para filosofar si tuviera que criar y mantener a dos o tres hijos, o cuidar a
un familiar muy enfermo, o si sufriese yo mismo una dolencia grave, o tuviese un
puesto de trabajo con horarios abusivos… Cuando pienso en todo esto me doy
cuenta de que tengo bastante suerte, de que soy un privilegiado.
Recuerdo que una vez, en el colegio, nuestra profesora de Filosofía nos
habló del psicólogo Abraham Maslow, que en 1943 empezó a desarrollar su teoría
acerca de qué necesidades son las que motivan nuestros actos para buscar la Felicidad.
Maslow pensaba que estas necesidades podían agruparse en varios bloques,
estableciéndose una jerarquía entre ellos, de modo que a medida que se
satisfacen las necesidades básicas van surgiendo otras más elevadas. Es más
probable por tanto que un individuo se preocupe por las necesidades de un
determinado nivel si las de los niveles inferiores están ya cubiertas; no tiene
sentido empezar la casa por el tejado,
hay que poner primero unos buenos cimientos… El esquema que parecía resumir
bien estos conceptos tenía forma de pirámide, así que esta teoría empezó a
recibir al poco tiempo el nombre de Pirámide de Maslow.
En el nivel más bajo encontramos las necesidades más básicas, de
supervivencia, de carácter puramente fisiológico: respirar, beber, comer,
excretar, practicar sexo, dormir, evitar el dolor y el calor o el frío excesivo…
En mi caso particular, excepto lo del sexo
(al menos en pareja), éstas las tengo cubiertas.
En el segundo nivel están las necesidades de seguridad y protección:
integridad física, salud, vivienda, trabajo y/o dinero… Éstas también las tengo
satisfechas. Últimamente he tenido un par de pequeños contratiempos en lo
referente a la salud, pero nada importante; a mí me han preocupado más de lo
normal porque estaba acostumbrado a no tener absolutamente ningún problema en
este aspecto, salvo los ocasionales resfriados… En general no puedo quejarme,
estoy mejor de salud que la mayoría de gente de mi edad.
El tercer nivel incluye las necesidades sociales o de afiliación:
relaciones de familia, de amistad, en el trabajo o de pareja… El objetivo en
este nivel consiste en evitar la soledad en sus distintas manifestaciones, sentirse
parte de un grupo, y en el caso de las relaciones sentimentales disfrutar
además de un cierto nivel de intimidad. Aquí me falla lo de la pareja,
pero por lo demás, todo correcto.
El cuarto nivel es el de las necesidades de estima o reconocimiento,
divididas en dos grupos: de los demás y de uno mismo. Por una parte está el
objetivo de sentirse no sólo parte de un grupo, sino además valorado, apreciado,
útil e importante dentro del mismo (aquí entraría el éxito, el estatus, la
reputación…). Y por otra parte está la búsqueda de la autoestima, la confianza
en uno mismo, la independencia y la libertad como individuo. En cuanto a
autoestima yo voy bien servido, y en lo que respecta al reconocimiento por
parte de los demás tampoco me quejo, aunque ya sabéis que soy aprendiz de
muchas cosas y maestro de muy pocas…
Se puede decir que una admiración moderada en varios círculos sociales
proporciona una satisfacción equivalente a una gran admiración en un solo
círculo, así que estoy contento. El blog me ayuda en parte a la consecución de
los objetivos de este cuarto nivel, dándome seguridad en mí mismo y poniéndome
en contacto con personas que tienen inquietudes similares a las mías.
El quinto y último nivel, el más sofisticado, es el de la autorrealización
o crecimiento personal. Consistiría en encontrar un sentido a tu Vida a través
de lo que haces; vivir como piensas y no al revés, conseguir que lo que eres coincida
con lo que quieres ser. Los objetivos a este nivel son: un sistema de principios coherente y sólido,
creatividad, falta de prejuicios, resolución de los problemas que te van
saliendo al paso, aceptación de los problemas sin solución… Al tratarse de algo
más sutil y complicado, la consecución de estos objetivos requiere, como es
lógico, periodos de tiempo más largos. Como decía antes, es difícil alcanzar este nivel si los cuatro
inferiores no están más o menos cubiertos; hay individuos que no llegan a
experimentar nunca esta necesidad de autorrealización porque están demasiado ocupados
intentando satisfacer las necesidades de menor nivel. Pero aun no siendo
urgente ni imprescindible, este tipo de satisfacción es sin duda muy importante,
es lo que marca la diferencia
entre el Homo Sapiens y las demás especies animales… Yo en particular sigo
teniendo en mi cabeza muchas preguntas sin respuesta, pero sí me considero actualmente
en proceso de crecimiento personal, y el blog me ayuda bastante a seguir
avanzando.
Cuando escribo en La Belleza y el Tiempo doy por sentado que la gente que
me lee ya tiene cubiertas las necesidades más básicas. La lectura de las entradas puede servir de
ayuda a los que quieran subir, como yo, los escalones más altos, pero no para
los que todavía están en la parte de abajo de la pirámide, por mala suerte en
la Vida o por causas ajenas a su voluntad; a estos últimos les pido
sinceramente disculpas si alguna vez mis textos, por falta de tiempo para
dejarlo claro, han dado la errónea impresión de que todo el mundo está en la
parte de arriba, o de que si alguien no está arriba es porque no quiere… Espero
que la suerte les sonría en el año que empieza más que en el 2016,
y que pronto puedan subir peldaños y sacar más partido de los consejos que aquí
doy desde mi humilde experiencia, e incluso filosofar conmigo en los
comentarios si les apetece.
¿Podría ocurrir en mi caso precisamente lo contrario? ¿Podrían producirse a
medio o largo plazo cambios a peor en mi vida que me obligaran a bajar un par
de peldaños y abandonar La Belleza y el Tiempo? Claro que sí. El número de
horas disponible al cabo del día no es ilimitado,
y tal vez llegue un momento en el que tenga que ponerme a tapar agujeros en la
base de mi pirámide y dedicar mi tiempo a cosas más urgentes que escribir entradas
para el blog. Podría deberse a una carga excesiva de trabajo en mi empleo
actual (como ya he dicho otras veces, no descarto un cambio de periodicidad si
la cosa se pone muy fea) o a una falta de empleo estable que me obligara a
pluriemplearme y a buscarme la vida como fuese. Podría surgir la necesidad de
cuidar a un familiar cercano que estuviese enfermo, o incluso yo mismo podría tener
un accidente o enfermar gravemente en el futuro… Esperemos que no pase nada de
esto, pero nunca se sabe.
Podría ser también que los motivos para dejar de escribir estuvieran en la
parte alta de la pirámide. En la primera entrada del blog,
hace casi cinco años, explicaba que uno de sus objetivos era encontrar un alma
gemela compatible conmigo a nivel tanto físico como intelectual. Esto está
resultando ser bastante difícil, tal y como está el patio,
pero aún no pierdo la esperanza. A este respecto, el hipotético cierre del blog
podría producirse por dos razones diametralmente opuestas: podría ser que
encontrase a la mujer de mi Vida o podría ser que un día decidiera darme por
vencido y dejar de buscar…
En cualquiera de estos dos casos sería poco probable que cerrase la
paraeta, porque La Belleza y el Tiempo tiene un segundo objetivo, el de
encontrar personas de ambos sexos que conecten conmigo a un nivel puramente
intelectual e intercambiar ideas con ellos. En caso de que este objetivo se
cumpliera con creces sería absurdo dejar de postear, ya que precisamente el
blog es una forma estupenda de mantener el contacto con los amigos y conocidos,
y tratar con ellos temas que me parezcan relevantes, lejos de las prisas, la
superficialidad y el continuo zapping de la sociedad actual… E incluso si el
número de comentarios siguiera bajando más y más
y yo perdiese toda esperanza en la raza humana (espero que no ocurra), no sería
razón suficiente para dejar de escribir, porque hacerlo me facilita también
entenderme a mí mismo y poner mis ideas en orden, aun sin tener a nadie con quien compartirlas. El blog me
permite afianzarme en mis creencias y principios (en lo que respecta al fondo),
y además dar rienda suelta a mi creatividad (en lo que respecta a la forma),
factores ambos que según Maslow facilitan el camino de la autorrealización y el
crecimiento interior.
¿Llegará el momento en que, además de sin pareja y sin comentarios, me
quede sin ganas de seguir aprendiendo cosas nuevas y pierda la esperanza
incluso en mí mismo? Ese día, os lo aseguro, no está cercano. Y yéndonos al
otro extremo, ¿llegará el momento en que comprenda todo acerca de todo
y alcance el Nirvana haciéndome uno con el Universo, desvaneciéndome en el aire y dejando, como es lógico, el
blog sin actualizar? Lo dudo mucho también. Descubrir el sentido último de la
Vida parece una tarea bastante difícil, pero eso no debe quitarnos las ganas de
seguir buscando. Ya en su día os hablé de la flecha y la diana,
y de que sentir la caricia del aire mientras volamos hacia nuestro objetivo
también forma parte de la experiencia… En lo que a mí respecta, sigo aspirando
a rellenar los pocos huecos que quedan en la base de mi pirámide, y espero que
no se me abran por ahora agujeros nuevos, para así seguir disfrutando del viaje
hacia la cúspide… y cuanto más acompañado, mejor.
2 comentarios:
¡Feliz año kalonauta!!
No dudes de que tus post son leidos cuando la pirámide personal lo permite.
Son disfrutados y aportan. En mi caso si no hay muchas veces comentarios es porque tus reflexiones resultan más bien cerradas y se ingieren, digieren y nutren pero desde algo muy interno que da para asentir aunque quizás no para responder. Pero ahí entra y queda, dentro de otro Universo.
¡Me alegro mucho de leerte, Julia, hacía tiempo que no tenía noticias tuyas! :-D
Muchas gracias por hacerme saber que sigues el blog, y muy feliz año nuevo para ti también... A ver si quedamos un día de estos y nos ponemos al día de nuestras cosas.
¡Un abrazo! :-)
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