Me he dado
cuenta de que hace mucho tiempo que no os mando ninguna postal… Los que hayáis
seguido el blog desde el principio ya sabréis que en mi lista de grandes
capitales para las vacaciones de verano, después de Roma,
París
y Londres,
le llegó el turno a Berlín. En su día os estuve hablando de su interesante arte urbano
pero quedaba pendiente mostraros la selección de mis diez mejores fotos de sus
monumentos y edificios más emblemáticos. Debido a los bombardeos sufridos en el
pasado, no quedan allí muchas construcciones centenarias, pero aun así la
ciudad es hermosísima y rebosa por los cuatro costados de Historia del siglo
XX, en particular de la Segunda Guerra Mundial
y de la Guerra Fría. Esta vez he decidido que los títulos de las fotos
enlacen a las localizaciones de Street View de los correspondientes lugares,
por si queréis explorar un poco más por vuestra cuenta. Es increíble, estos
inventos modernos de Google hacen que te sientas como si estuvieras de nuevo
allí mismo, paseando por la ciudad… ¡Tan lejos, y a la vez tan cerca!
lunes, 27 de febrero de 2017
lunes, 20 de febrero de 2017
Los Ángeles y el Reloj (II)
En junio del
año pasado os propuse el pasatiempo de analizar la foto de portada
de La Belleza y el Tiempo y tratar de averiguar la correspondencia que existe
entre sus distintos elementos y las etiquetas del blog. Mi iniciativa no tuvo
mucho éxito, que digamos, así que me dispongo a daros algunas de las respuestas…
Cuando buscaba entre mis fotos la imagen apropiada lo hacía con el título del
blog en mente, así que me pareció muy acertado incluir por una parte las
estatuas de los Ángeles, que representarían la Belleza, y por otra parte el
Reloj marcando el paso del Tiempo.
También me
pareció interesante el extraño contraste entre los Ángeles y la Locomotora, una
mezcla que al menos a mí me recuerda un poco al eclecticismo de las entradas, a
veces más filosóficas o poéticas, otras veces más rigurosas desde el punto de vista
divulgativo. La Locomotora, con
aspecto del siglo XIX, como del Salvaje Oeste, podría representar el avance imparable de la Ciencia, mientras
que el propio contraste del que hablaba antes entre esta y los Ángeles remite a
la etiqueta de Autenticidad. Por otra parte, las Estatuas y el Reloj están en
lo alto de un conocido edificio de la ciudad, lo que conecta con las etiquetas de
Historia y Valencia.
Dos de los
enigmas que planteaba hace unos meses voy a dejarlos sin resolver, y así os doy
otra oportunidad de hacer suposiciones al respecto en los comentarios.
En primer lugar me gustaría que me dijerais de qué edificio se trata en concreto.
La respuesta es muy fácil para los que seáis de aquí, pero de todos modos ahí va
una ayudita: la función del edificio enlazaría con la etiqueta de Blog, ya que
tiene que ver con la comunicación entre personas, igual que La Belleza y el
Tiempo me sirve para comunicarme con vosotros… Y por último os vuelvo a pedir
que averigüéis cuál es el detalle casi imperceptible que hace de la foto de
portada una imagen realmente especial, y con qué etiqueta estaría relacionado… Os doy un par de pistas: es un elemento que no está
en la foto de aquí abajo, ya que se trataba de captar el momento justo, y además el detalle en cuestión aparece situado precisamente a medio camino entre la Belleza y el Tiempo… A ver quién es el lector de
vista aguda que lo descubre.
lunes, 13 de febrero de 2017
El Murmullo de las Paredes (VIII)
Para hoy, una nueva entrega de cuadros de la exposición al aire libre que se
puede disfrutar paseando por las calles de Valencia.
lunes, 6 de febrero de 2017
Atando Cabos (V)
Seguimos en esta última entrega atando cabos sueltos y hablando de
interrelación o interconexión, como prefiráis. Comentábamos la semana pasada
que descubrir las raíces comunes de todos los Humanos (y, remontándonos aún más
atrás, de toda la Vida sobre el Planeta) favorece la empatía y la cooperación
por encima de la rivalidad y la competencia. A continuación abundaremos en la
misma idea, llevándola un paso más allá: ¿Qué ocurre cuando la certeza
intelectual de que todo está relacionado, certeza verdadera pero al fin y al
cabo reducida al abstracto e inmaterial mundo de la mente, se ve reforzada por
una experiencia sensorial bien concreta y de una realidad aplastante? Me estoy
refiriendo a lo que se ha dado en llamar Efecto Perspectiva.
Este efecto solo lo han experimentado de primera mano un reducido número de
privilegiados que luego han querido compartir sus sensaciones con los demás.
Los primeros fueron los astronautas de los años sesenta, en sus misiones para
orbitar la Luna o para bajar a su superficie, que al mirar hacia atrás quedaron
sobrecogidos por la visión de la Tierra; si bien el objetivo de estos viajes
era inicialmente la exploración de nuestro satélite, otra consecuencia
inesperada de los mismos fue la de ver nuestro hogar de una manera completamente
distinta a partir de ese momento… El contemplar con tus propios ojos el Planeta
en su conjunto, como una sola unidad, sin fronteras, con una atmósfera tan
fina, algo tan bello y a la vez tan frágil, te hace tomar consciencia de forma
brutal de que todos vamos en el mismo barco, de que es necesario dejar de intentar matarnos unos a otros, olvidar
nuestras diferencias y trabajar en equipo para resolver los conflictos que tenemos
ahora mismo aquí abajo.
Un buen ejemplo de cooperación a nivel planetario es la Estación Espacial Internacional, en
la que han participado y colaboran estrechamente quince naciones distintas: sin
duda un buen comienzo y un ejemplo para los actores en otros campos como el
político o el económico. Los ocupantes de la Estación Internacional también
experimentan el Efecto Perspectiva: la contemplación de la superficie terrestre
desde los ventanales es una vivencia que te hace sentirte más conectado que
nunca al Planeta, y parece que todo cobra más sentido y es más coherente, y que
puedes distinguir claramente aquello que importa de lo que no.
Algunos han comparado esta sensación con un éxtasis místico (espiritual, no
necesariamente religioso), como la meditación trascendental, o con una
revelación filosófica de gran importancia; se tiene una sensación de euforia,
de asombro y maravilla. Los astronautas de la Estación pasan gran parte de su
tiempo libre simplemente mirando por las ventanas; el espectáculo siempre
cambiante de los días y las noches (se pueden ver unos quince o dieciséis amaneceres y atardeceres
cada veinticuatro horas), los rayos de las tormentas, la luz de las ciudades y las auroras
boreales debe ser sin duda hermosísimo… Me gustaría poder estar un rato allí
arriba para disfrutar de las vistas.
Decíamos en la primera entrega que tener una visión global e informada de
las cosas, ser conscientes de todas estas relaciones relevantes a través del
Tiempo y del Espacio que hemos descrito, es la clave para tener una Vida plena
y una buena Muerte; desarrollemos un poco esta idea, y empecemos hablando de la
Vida. En muchas ocasiones he comentado en el blog que la búsqueda de la
verdadera Felicidad pasa por desechar la filosofía egoísta y corta de miras del
“Yo-Más-Ahora” y guiarse en todo momento por el lema del “Todos-Mejor-Siempre”…
Precisamente hace tres meses publiqué una entrada sobre funciones de mérito
en la que explicaba por qué Más no significa necesariamente Mejor: cuando se
dedica el suficiente tiempo a reflexionar sobre ello se llega a comprender que
algunas cosas en esta Vida no se pueden simplificar de forma excesiva y
dependen de más de un factor, de forma que el truco está en no pasarse ni
quedarse corto… En el término medio, en la sencillez y la moderación, está la
virtud.
Las anteriores entregas de la presente entrada ayudan a comprender mejor el
porqué de los otros dos elementos de la tríada: por un lado las dos primeras
nos explicaban que todo está relacionado en el Tiempo, y que por tanto una
solución a un problema solo a corto plazo no es tal solución, tenemos que
pensar (aunque nos cueste un mayor esfuerzo) en algo más permanente, sostenible
a la larga, y no solo en parches para el Ahora. La tercera y cuarta entregas dejaban claro que todos estamos
conectados en el Espacio, en el Planeta, de una u otra forma, y que si hago
algo que me beneficia a corto plazo perjudicando a los demás en el proceso, entonces
también estoy perjudicándome a mí mismo a largo plazo. Hay que intentar siempre
que Todos, y no solamente Yo, estén Mejor, y hay que hacerlo no solo por el
romanticismo que la idea de las conexiones comporta, sino también bajo un punto
de vista práctico, porque la experiencia nos dice que más tarde o más temprano
nuestro egoísmo acabará estallándonos en la cara,
a nosotros o a nuestros descendientes… Supongo que de ahí viene el significado
original de la expresión “tener sentido común”: tomar
decisiones y actuar pensando un poco en Todos, y no sólo en uno mismo… También
me viene a la cabeza esa aguda y acertada observación de que a veces el sentido común es el menos común de los sentidos.
Personalmente creo que la Belleza del Cosmos radica en la esperanza de que
es posible organizar y resumir todas estas relaciones de las que estamos
hablando, comprenderlo todo mejor y sintetizar el Conocimiento con mayúsculas,
transformando lo aparentemente complejo en algo mucho más sencillo, coherente y hermoso:
esa es la meta hacia la que hay que dirigirse en el terreno intelectual, y es
lo que yo intento en La Belleza y el Tiempo. Prueba evidente de ello es el Mapa Conceptual
que colgué desde el principio, en el que aparecen las distintas etiquetas del blog conectadas y relacionadas entre sí. De hecho, y
valga la redundancia, ya os dije que Interrelación podría ser una etiqueta más del Mapa, y que si decidiera
añadirla estaría sobre todo conectada con las de Conocimiento y Coherencia.
Pero la cosa
no se queda en las relaciones entre etiquetas; muchas de las entradas del blog
no hacen sino describir con detalle y tratar de justificar con argumentos
sólidos las relaciones del Mapa, y por tanto también están relacionadas entre
sí. Ya he comentado alguna vez que son como las cerezas, que coges una y salen
detrás otras cuantas enganchadas por el rabo; con las entradas pasa que la
redacción de una te suele dar ideas para otras dos o tres, más adelante… Estas
conexiones a futuros posts suelen quedar muchas veces a la vista de los
lectores, cuando escribo algo del estilo de “otro día hablaremos de esto” (o
citando a La Historia Interminable: “Esa es otra historia y debe ser contada en
otra ocasión…”).
Y cuando
finalmente esos spin-offs ven la
luz en el blog suelo hacer referencia en ellos a las entradas antiguas con las
que están conectados, incluyendo hipervínculos para que podáis llegar
fácilmente a ellas, leer más acerca del tema y comprobar que todo el armazón es
más o menos coherente entre sí… Solo por curiosidad, echadle un vistazo a la entrada sobre Kevin Bacon
que enlazaba con el post de la semana pasada y comprobaréis que, a pesar de los
tres años de diferencia, acababa con una descripción bastante precisa de lo que
se comentaría después en Atando Cabos… A veces me pregunto si sería factible
editar las entradas antiguas para que contengan también hipervínculos hacia las
entradas relacionadas del “Futuro”, creando así una red bidireccional que
desafiaría las leyes del paso del Tiempo…
Requeriría muchas horas hacerlo, repasando las entradas una por una (y algo
menos a partir de ahora, con la debida organización por mi parte), pero sin duda
sería un auténtico alucine. De momento no lo voy a hacer, pero más adelante ya
veremos…
Pasando ahora al plano de los Afectos, recuerdo aquella entrada sobre la Ecuación de Drake y la Huella Sentimental
en la que me preguntaba por qué me resultaba tan difícil encontrar una pareja
compatible, y si era yo mismo el que me ponía las cosas más difíciles sin darme
cuenta, siendo demasiado exigente… Esta idea se podría reformular en función de
las redes de las que estamos hablando aquí: tal vez tengo miedo de que salir
con alguien que no sea la persona adecuada me quite tiempo para mis
cavilaciones filosóficas, de que establecer unos lazos fuertes con esa persona
haga que se afloje la consciencia de mis lazos con el resto del Universo…
No es la primera vez que hablo de la disyuntiva entre dedicar más tiempo a realizar
avances con alguna de las mujeres que me atraen, o seguir empleando gran parte
de mis horas libres en escribir las entradas del blog.
Recordad que La Belleza y el Tiempo me conecta no solo con el mundo de las
ideas, sino también con mis lectores, otras personas con inquietudes afines a
las mías, y que para mí es una alegría inmensa recibir comentarios y sentirme
así verdaderamente ligado a vosotros.
Quizás en el futuro me sonría la suerte y de una de estas conexiones surja algo
más especial; quizás llegue a sentir, intercambiando ideas en público o en privado
con una de mis lectoras, esa chispa que no siento desde hace muchos años… Pero
ya sé que la mía es una apuesta muy arriesgada, y que a veces el que mucho
abarca, poco aprieta.
Hablando de abarcar más de la cuenta… Como ya decía hace unas semanas, puede
que algún día adquiera tantos conocimientos de campos tan variados que consiga
descubrir el sentido de la Existencia y expandir mi consciencia, desvaneciéndome en el aire y haciéndome uno con
el Cosmos, convertido en un ser omnisciente y omnipresente, como Lucy en la película de Luc Besson… Cabrían
en este caso dos opciones: ¿Sería también omnipotente, una especie de poderoso
semidiós invisible que se revelaría de vez en cuando a fulanito o menganito en todo su esplendor? ¿o por el contrario una entidad
pasiva, totalmente en paz consigo misma, que no volvería a interactuar jamás
con ningún otro ser vivo y sería olvidada como si nunca hubiera existido?
Estas imágenes tan etéreas y poéticas enlazan directamente con el hecho de
que todos moriremos más tarde o más temprano
(algo bien real y bastante inquietante), y con mi convencimiento de que el cómo
hayamos enfocado toda nuestra Vida determinará en parte nuestra experiencia de la Muerte.
Conocer con detalle las muchas maneras en las que estás ligado al resto del
Universo a muy distintos niveles te hace sentir menos tú y más una parte del
Universo, lo que aporta cierto consuelo de cara al momento en el que dejes de
existir en tu forma actual… Si el Cosmos sigue ahí cuando tú te hayas ido pero
previamente has conseguido hacerte uno con el Cosmos a nivel cognitivo,
entonces tú seguirás ahí también, en cierto modo… Más adelante hablaremos con
calma en el blog del último día en Punxsutawney
y de lágrimas que se pierden en la lluvia, y de cómo usar el Conocimiento adquirido
sobre estas redes invisibles que lo relacionan todo a la hora de afrontar
nuestra propia Muerte.
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