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lunes, 17 de julio de 2023

Idiotas

 

La teoría del 90-9-1 propone que en Internet el 1% de usuarios de una comunidad online promedio hacen la mayoría de contribuciones en cuanto a generación de contenido útil, el 9% participan en un segundo plano respondiendo a dicho contenido o editándolo, y el 90% simplemente pasan por ahí y leen pero no participan. Últimamente se ha revisado esta teoría y se ha visto que el porcentaje de generadores de contenido es ahora algo más alto, pero en cualquier caso no suele superar el 10 o 20% del total.

Esto está relacionado con una serie de conclusiones a las que he llegado en los últimos meses, que tienen que ver con las cosas que más me molestan al cabo del día de la gente que me rodea. No entremos a comentar las cosas horribles que hacen algunos protagonistas de las noticias, centrémonos simplemente en las pequeñas cosas vividas en primera persona. Por ejemplo está el abuso del aire acondicionado en mi lugar de trabajo a pesar de su evidente relación con el cambio climático que estamos sufriendo. Y no se trata solo de la potencia o la temperatura exageradas a las que se pone durante el entretiempo, estoy hablando de esa gente cargante que cada vez que entra en una habitación sin aire tiene que recalcar a gritos el calor que hace ahí, o gente que viene de la solana de la calle y no espera ni cinco minutos a ver si su temperatura corporal se regula sola, o gente que se cree que aquí todos atamos los perros con longanizas y que no es normal sudar un poco en trabajos que implican esfuerzo físico… También hay muchos que son incapaces no solo de predecir las consecuencias futuras de sus actos, sino de algo tan obvio como recordar lo ocurrido en el pasado más reciente, y que siguen estornudándose en la mano a pesar de haber pasado una pandemia con millones de muertos hace un par de años.



Por las mañanas, mientras desayuno antes de ir a trabajar, me pongo a veces Aruser@s en La Sexta diez o quince minutos porque a esa hora no suelen hacer nada mejor, pero cada vez le estoy cogiendo más manía: parece que lo único de lo que se preocupan las contertulias de Arús es de comer, estar guapas, ligar, bailar y rezar para que llegue el finde, y francamente me recuerdan bastante a algunos de mis conocidos, o a actitudes de gente que me cruzo por la calle. Me da la impresión de que cada vez más el programa se hace eco sobre todo de las mayores chorradas que aparecen en Redes Sociales: la profusión de móviles con cámara y la falta de ética de los medios de comunicación hacen que los comportamientos estúpidos se hagan virales, induciendo a la imitación y contribuyendo a complicar aún más los problemas a los que nos enfrentamos como especie.

Ya hemos hablado en el blog de la excesiva dependencia de los móviles y de su uso para tonterías, desperdiciando su auténtico potencial, pero durante las últimas semanas he sido testigo de varios hechos que tal vez indiquen el comienzo de una nueva y alarmante tendencia… Primero vi a una chica en la calle usar su móvil para llamar a la persiana metálica de un comercio cerrado… y no eran unos toquecitos, no, eran golpes bastante fuertes. Un par de días después comprobé, tomando unas copas en una terraza, que un compañero (que no amigo) del trabajo dejaba su móvil en la mesa cada vez que lo consultaba tirándolo desde una altura de unos quince centímetros. Y para colmo he visto en la tele dos noticias distintas sobre espectadores que lanzaban sus móviles a los cantantes en mitad de un concierto… Espero que sea solo casualidad y que no estemos asistiendo a una nueva forma (bastante estúpida) de desprecio hacia los científicos e ingenieros cuyo arduo trabajo de décadas permitió a esta gente tener en las manos una tecnología más avanzada que la que coordinó el viaje del Apolo 11 a la Luna hace medio siglo.



Otra tendencia reciente que me molesta un poco es la obsesión por las inteligencias artificiales y en concreto por ChatGPT, la nueva moda tecnológica tras los drones y las impresoras 3D… ChatGPT y sus variantes mejoradas pueden ser muy útiles para ciertas tareas pero no van a solucionar todos nuestros problemas, sobre todo si las usamos a lo loco. Parece que son buenas memorizando pero no comprendiendo, redactan textos aparentemente correctos pero pueden cometer muchos errores, y son muy malas para las Matemáticas… Son como un becario algo tonto pero con mucho tiempo libre y acceso a una amplia biblioteca: te pueden ahorrar faena pero siempre hay que revisar su trabajo después.

De todos modos esto no es lo que me fastidia: es más bien que la gente utiliza las IAs porque están de moda, no porque entienda para qué sirven realmente ni qué buenos usos se les puedan dar, y las utiliza principalmente para cosas triviales o para hacer trampa. Lo que apenas se comenta en los artículos que he leído y los vídeos y noticias que he visto es que entrenar una IA promedio emite tanto CO2 como cinco coches en toda su vida útil (y usarla supongo que menos, pero también bastante), y que la Nube ya supera en emisiones a toda la red aeronáutica mundial… Por tanto aplicaciones como AlphaFold me parecen muy bien pero, como con cualquier otra herramienta, hay que aprender a usar las IAs con sentido común… En definitiva, habría que esforzarse por entrenar mejor a las inteligencias naturales antes de ponerse manos a la obra con las artificiales.



Todo esto nos lleva a una conclusión a la que hemos llegado otras veces en La Belleza y el Tiempo: los países desarrollados están llenos de gente egoísta que lloriquea continuamente con sus problemas del Primer Mundo, gente que malgasta recursos, tiempo y energía en estupideces en lugar de ayudar a la gente de otros países con problemas de verdad. Muchos no se dan cuenta de que todos estamos conectados unos con otros y de que nuestras acciones de hoy tendrán consecuencias mañana; muchos se rinden enseguida ante la complejidad de la Vida, prefiriendo lo fácil (pero equivocado o anecdótico) a lo difícil (pero correcto o importante). La pereza intelectual es la raíz de muchos problemas actuales: estas personas que no se paran a pensar antes de actuar quieren tener todos los derechos pero ninguna obligación, quieren disfrutar de todas las comodidades modernas sin aceptar que un gran poder conlleva una gran responsabilidad y que los problemas no desaparecen solo con negarlos o mirar hacia otro lado.



En definitiva, he llegado al convencimiento de que nuestra especie avanza a mejor gracias al 10% de la gente y a pesar del 90% restante. Dentro de este 90% lógicamente hay una gradación, desde los que simplemente no hacen gran cosa por ayudar hasta los claramente responsables de graves retrocesos… Varias veces durante los últimos meses he pensado lo mucho que me gustaría disponer de una versión modificada del Chasquido de Thanos por la que la mitad de mi elección entre las personas que me rodean a diario no se desintegraran como en la película (estoy en contra de la violencia), pero sí fuesen trasladados mágicamente a una réplica del planeta Tierra en la que no dispusieran de ninguno de los avances facilitados por la mitad más eficiente y tuvieran que apañárselas solos… Me gustaría ver qué tal les iba.



Esta conjura de los necios se extiende también al campo de la política. Francamente no entiendo a todos esos ciudadanos que votaron al PP o a Vox el pasado 28 de mayo, dando a la expresión “vergüenza torera” un nuevo significado en el caso de Valencia… Es verdad que nadie tiene el monopolio de la ignorancia, y que en la Izquierda también se hacen tonterías: yo mismo he acabado a veces un poco harto de la excesiva insistencia en problemas del Primer Mundo como el lenguaje inclusivo, los micromachismos, la apropiación cultural, los triggers, los ofendiditos, las cancelaciones sin pruebas o por tweets de hace dos décadas… La diferencia está en que en la Derecha las estupideces son más la regla que la excepción, son más frecuentes y más peligrosas, y proceden más a menudo de los que están en posiciones de poder.



En el pasado reciente ha quedado claro que el objetivo de gran parte del PP no es el bienestar de todos sino la acumulación de dinero y privilegios por parte de unos pocos; y si no, a los Juzgados me remito… Con todos sus trapicheos dejaron en la ciudad de Valencia 964 millones de euros de deuda que se han ido pagando casi en su totalidad estos pasados años con el Ayuntamiento del Botànic. Y ahora, con los exaltados de Vox con partido propio y determinantes en los pactos, es todavía peor, y ya se han visto desde las últimas elecciones municipales y autonómicas casos de censura y de pérdida de libertades, incluso teniendo en cuenta que se estarán esforzando por disimular un poco hasta las elecciones nacionales… El avance de la ultraderecha en todo el Mundo puede tener consecuencias terribles y no es algo para tomárselo a broma, así que ya sabéis, ¡todos a votar este 23 de julio!



Llegados a este punto quiero haceros partícipes de un dato lingüístico que tal vez desconozcáis y que a mí me sorprendió mucho en su día… Se trata de la etimología de la palabra “idiota”: proviene del término griego “idiotes”, que sirve para designar a aquel que no se ocupa de los asuntos públicos, sino solamente de sus intereses privados… Como muchas otras veces, la sabiduría antigua entretejida en nuestras propias raíces nos permite recordar algo que parece de sentido común pero que habíamos olvidado por el camino.

A pesar de todo lo que he comentado hasta ahora, soy optimista: los idiotas pueden empeorar la situación a corto plazo, pero a largo plazo se acaba imponiendo el sentido común (que es precisamente el que intenta procurar el bien común) y los avances en el Conocimiento facilitados para todos por el 10% de la Humanidad que piensa las cosas antes de hacerlas. Creo que la Historia avanza en forma de dientes de sierra, con pequeñas subidas y bajadas en la gráfica del nivel de bienestar, pero en promedio a mejor, en una curva ascendente; por tanto lo que me fastidia de lo que veo a mi alrededor no es que retrocedamos, sino que avancemos más despacio de lo que podríamos hacerlo si la gente se esforzase solo un poco más… Lo único que espero es que después de unos cuarenta años relativamente tranquilos en la Historia de Occidente no me toque vivir una bajada temporal demasiado brusca de la gráfica.



En cualquier caso y por si sirve de algo, termino con un mensaje bien claro dirigido a esa mitad de la población a la que me gustaría mandar a otro planeta, esa mitad de personas que no solo son ignorantes sino que se sienten orgullosas, reafirmándose en ello cuando con muy buenos modales y con argumentos de peso se lo tratas de hacer ver: ¡Espabilad un poco, que sois mmmu’ tonnntos! Hala, ya lo he dicho. Ya me he quedado a gusto.



lunes, 4 de julio de 2022

A la Perfección por la Práctica

 

Hace un tiempo, cuando todavía vivía en el antiguo piso de mis abuelos, os hablé de mis vecinos del patio interior de manzana y de las escenas sueltas de las que era testigo a veces desde mi ventana. Hace ya cinco años de mi mudanza y mi nuevo patio interior alberga también personajes interesantes, pero no os voy a hablar de eso hoy… Me voy a centrar en un pequeño deslunado al que da la ventana de mi lavadero y en un vecino al que nunca he visto pero al que oigo muy a menudo… Siempre entre las seis y media y las siete y media de la tarde, sin excepción, se le oye practicar con un instrumento musical que parece ser un clarinete soprano de registro grave, o algún tipo de saxo de timbre suave y meloso.

Cuando llegué al nuevo piso lo único que se oía eran escalas sencillas ascendentes y descendentes que se repetían mecánicamente una y otra vez. Con el paso de los meses y de manera muy gradual las escalas dieron paso a arpegios algo más elaborados, y hoy en día se escuchan ejercicios más rápidos y complejos, con más virguerías, modulaciones y vibratos, e incluso alguna melodía completa, no muy complicada en su ejecución pero sin duda un claro progreso con respecto al punto de partida.

Ya he comentado alguna vez en el blog que me suelen fastidiar bastante los ruidos de los vecinos, pero esta música sin embargo es agradable y muy relajante. A favor de esta persona juega el hecho de que la hora a la que lo hace es la menos intempestiva posible, que nunca se sale de esa franja de tiempo y que el volumen no llega a ser molesto. A veces hasta abro la ventana para tener esta melodía de fondo mientras trabajo, y de hecho la estoy escuchando ahora mismo, lunes por la tarde, usándola como inspiración mientras escribo estas líneas. En alguna ocasión me he asomado disimuladamente tratando de identificar el origen de los sonidos, pero sin éxito. Me asaltan varias preguntas acerca de este intérprete misterioso: ¿Será hombre o mujer, joven o adulto? ¿Tocará en una banda, irá al conservatorio? ¿Ensaya todos los días o simplemente no me doy cuenta si de vez en cuando se salta alguno? ¿Podría haber, a pesar de todo lo dicho, algún otro vecino al que sí le molestase su música?

En mi caso, en este mundo tan cambiante y vertiginoso (y en ocasiones directamente feo), me transmite una gran paz esa sensación de tener en mi día a día ese oasis de Belleza en medio del desierto del caos; una constante, algo en lo que se puede confiar, algo que siempre está ahí pase lo que pase, pero que al mismo tiempo nunca es exactamente lo mismo y va evolucionando imperceptiblemente a mejor. Por lo que a mí respecta, el músico del patio de luces puede seguir tocando otros cinco años, u otros cincuenta.



lunes, 15 de junio de 2020

Mantenimiento


La semana pasada os comenté que el primer enlace musical de La Belleza y el Tiempo (ya sabéis que incluyo al menos uno en cada entrega) fue al tema Message in a Bottle, de The Police, y que si clicas en él ahora mismo te llevará a un mensaje de error. Las cuentas de YouTube se abren y se cierran con el paso de los años, y hay vídeos concretos que se eliminan por motivos de copyright, así que desde agosto de 2012 es normal que haya bastantes enlaces de vídeo rotos, y supongo que de los otros también. Por eso ahora recurro siempre que puedo a los canales oficiales de YouTube del artista o grupo en cuestión, que son más fiables y duraderos, algo que hace años no siempre era posible… Y no solo YouTube muta con el paso del tiempo, también el interfaz de Blogger cambia de vez en cuando, y precisamente por eso no he reparado (todavía) el enlace a Message in a Bottle, por miedo a que se me descuadre la maquetación al estar la primera entrada en el formato antiguo.

Pensar en todo esto me llevó a decidir que el post de hoy lo dedicaría a explicar los cambios y mejoras que he ido añadiendo en los entresijos de La Belleza y el Tiempo, y los que están aún pendientes, para optimizar su posicionamiento en motores de búsqueda de Internet. Para ello me he basado en las notas que voy tomando en un documento de Word llamado “Tareas blog”, una especie de complemento del otro archivo del que sí os he hablado alguna vez, en el que voy anotando las ideas para el contenido de las entradas. Os pido perdón si algunos encontráis esto un poco auto-referencial y aburrido, pero es que quiero que os hagáis una idea de lo costoso que es el correcto mantenimiento de un blog. Pasemos pues sin más dilación a hablar de las distintas actualizaciones en el diseño, por orden cronológico.


Ilustración de un gráfico ascendente de visitas en Google con las siglas SEO en primer plano


El 21 de agosto de 2012 publiqué la entrada inaugural, y este formato se mantuvo hasta el 25 de agosto de 2014. Indeleble (I) es la primera entrega con el formato nuevo de Blogger (se diferencia claramente por el tipo de fuente para el texto), y por tanto a partir de aquí se pueden abrir los posts para editarlos sin peligro de que se desmaqueten; si se abren y modifican las entradas de formato antiguo, para actualizarlas sin que cambien mucho de aspecto hay que añadir un salto de línea antes y después de las imágenes, aparte de otros pequeños detalles imprevistos. El 27 de agosto de 2015 añadí en la barra lateral derecha la imagen de Nacho Gómez del simpático monstruo que se alimenta de letras, para animar a los lectores a que escribiesen más comentarios.

El 28 de junio de 2016 (como veis, suelo tener más tiempo para este tipo de cosas en los meses de verano) incluí al pie de cada entrada un botón de “Me gusta” y un gadget para compartir en Facebook, Twitter, Google+… Me da la impresión de que estos cambios no han sido de mucha utilidad. El 21 de julio de 2016, después de documentarme bastante sobre posicionamiento SEO (o cómo conseguir que tu página aparezca más arriba en las búsquedas de Google sobre un tema determinado), decidí incluir en cada entrada una descripción de búsqueda, que es lo que aparece debajo de la dirección en los resultados de Google, o al enviar el enlace a alguien por WhatsApp; y aún más importante, tomé la decisión de usar a partir de ese momento enlaces permanentes personalizados para cada entrada que incluían las palabras clave de la misma. Mis títulos son la mayoría de las veces algo crípticos y misteriosos, más poéticos que descriptivos, y por tanto si se usan por defecto para la URL del post no serán muy útiles si alguien está buscando en la Red contenidos sobre ese tema; en ese sentido es mejor usar una URL más directa y con menos metáforas… Creo que estos dos cambios funcionaron bien, ya que si se mira la gráfica de visitas por mes desde la creación del blog se aprecia (fluctuaciones aparte) un claro aumento a partir de julio de 2016, pasando de las 750 a las 1000 mensuales.


Tres de las ilustraciones de Héctor Gómez con monstruos comiendo letras para animar a los lectores a comentar en blogs


El 17 de abril de 2017, coincidiendo con la entrada doble sobre los mejores enlaces musicales de La Belleza y el Tiempo, me dediqué a reparar muchos de los enlaces rotos de YouTube, incluso algunos en las entradas de formato antiguo. Publiqué la segunda entrega al día siguiente, y a partir de ese momento empecé a nombrar los archivos jpg de las imágenes sin mayúsculas y con guiones en vez de espacios, para que no diesen problemas en otras plataformas distintas de Windows, como Linux, etc. De aquí saltamos al 8 de abril de 2019: con la desaparición de Google+ tuve que hacer un apaño con la imagen del diagrama de las etiquetas del blog, y publiqué la entrada Mapa de Etiquetas para que el vínculo de la columna derecha enlazase directamente a ella.

A partir del 30 de septiembre de 2019, y a raíz de un aviso que me dieron desde el blog Hoy Valencia, donde me habían hecho una entrevista, empecé a añadir los enlaces al texto sin activar el atributo “nofollow”. Si lo seleccionas básicamente estás especificando que la página de destino no te merece demasiada confianza, y yo lo estaba poniendo de forma sistemática tanto en los enlaces externos como en las referencias a otras entradas de La Belleza y el Tiempo… No me preguntéis por qué, no tengo ni idea de qué me hizo tomar esa decisión técnica en 2012. De todos modos, no se aprecia que este cambio haya supuesto una diferencia sustancial de visitas desde septiembre. También a partir del verano de 2019 empecé a recomendar entradas a mis amigos a través de WhatsApp, y me di cuenta de que escoger una buena primera foto para cada entrada es importante, ya que es la que se añade por defecto como thumbnail junto al título y descripción en el enlace: si algo entra más por los ojos es más probable que la gente acabe leyéndolo.


Imagen de mi tabla de doble entrada con las tareas de mantenimiento del blog, tanto realizadas como pendientes


Entre el 17 y el 18 de abril de 2020, aprovechando un fin de semana largo por las vacaciones de Pascua, le pegué un repaso importante a la lista de tareas del blog, y me confeccioné una tabla de doble entrada bastante chula para organizarme las tareas usando un código de colores, cambiando a gris las que iban quedando resueltas, marcando en amarillo las pendientes a más corto plazo, en cuanto tuviera un poco de tiempo, y en naranja o rojo las que me dejaba para más adelante… Y hablando de dejar cosas pendientes: lo primero que hice estos días fue dedicarme pacientemente a buscar en las entradas expresiones como “más adelante”, “otro día”, “pendiente” u “otra historia” y añadir lo que podríamos llamar hipervínculos al futuro, es decir, enlaces a entradas posteriores relacionadas con el tema en cuestión, prometidas en ese momento, y que en abril de 2020 ya habían sido escritas… Esto lo hice sin entrar en el bloque del formato antiguo de Blogger porque no tenía tiempo de corregir además el cambio de maquetación.

También a partir de estos días incluí en mi lista de tareas para la redacción y maquetación de cada entrada el añadir el Título y el Alt Text (una breve descripción) de cada una de las imágenes insertadas, ya que al parecer los algoritmos de posicionamiento de los buscadores valoran positivamente este tipo de detalles, y además si una persona invidente está traduciendo a sonidos el texto de la entrada también podrá tener una descripción auditiva de lo que contienen las imágenes. Mirando la gráfica de las estadísticas del blog no está claro si con estos cambios en las imágenes ha habido un aumento significativo de visitas, ya que aún es muy pronto y las fluctuaciones de mes a mes son grandes, pero tengo la impresión de que sí ha habido una cierta mejoría… Hace cosa de año y medio hubo varios picos extraños de visitas, todas muy de golpe y desde el mismo país, que no parecían deberse a lectores reales, pero ahora las estadísticas diarias sí muestran un goteo continuo más natural, desde distintos países, que no es típico de un bot. Sin haber llegado aún a mediados de mes, las visitas de junio superan holgadamente el millar, lo cual no está nada mal… Siempre digo que me tendría que instalar un software para disponer de unas estadísticas más detalladas y activar filtros anti-bots (abriendo una cuenta en Google Analytics, o Universal Analytics, o lo que sea que haya que hacer), pero nunca tengo tiempo para ponerme a ello.


Ejemplo de una página de gráficas y estadísticas sacada de Google Analytics


El 22 de mayo de 2020 me planteé la posibilidad de añadir un título más informativo en hipervínculos dentro del texto con una URL poco descriptiva, por un doble motivo: por un lado, para que los lectores supieran rápidamente de qué van solo poniendo el ratón encima del enlace, sin necesidad de clicar; y por otro para mí, por tener algo de información si a la larga se elimina el video o se rompe el hipervínculo y tengo que restaurarlo con un contenido similar. Hice algunas pruebas con enlaces de la entrada 405, La Hora de las Brujas, y parece que los de YouTube siguen funcionando bien cuando se escribe simplemente un título después del código alfanumérico de la URL, dejando un espacio en blanco en medio… Sin embargo, es posible que a la larga haya algún cambio en la programación de YouTube y esto deje de funcionar, al no ser un método muy estándar. En cuanto a otras URL’s con códigos numéricos poco informativos, unas pocas funcionan añadiendo un espacio y el título a continuación, pero el resto dan Error 404 al añadirlo e intentar acceder… Como era un poco arriesgado, por ahora he aplazado la decisión de si empezar a hacerlo o no, aunque tres o cuatro de las pruebas que funcionaron se han quedado tal cual.

¿Qué otras tareas pendientes quedan? Hay bastante faena que hacer en cuanto a corregir detalles en las entradas antiguas… Por ejemplo, habría que ir añadiendo el Título y el Alt Text a las imágenes; esto es un trabajazo, pero por ahora sí quiero hacerlo al menos con las entradas de selecciones de fotos mías especialmente buenas, en la onda de las colecciones de “Postales” de distintos países tomadas en mis vacaciones, por ejemplo. También debería deseleccionar el atributo “nofollow” de los enlaces del texto, o al menos por ahora de los enlaces internos, los que llevan a otros posts del blog, ya que ahí sí me estoy tirando piedras sobre mi propio tejado. Y es imprescindible, más tarde o más temprano, ya que no supone mucha pérdida de tiempo, añadir una descripción de búsqueda para las entradas que no la tienen, empezando desde julio de 2016 hacia el pasado, e incluso yendo más allá de septiembre de 2014, con los posts del formato antiguo de Blogger… Las URL’s de las entradas más antiguas que hayan quedado poco informativas desgraciadamente ya no se pueden cambiar.


Imagen de la lista de tareas que sigo cada vez que publico una nueva entrada en La Belleza y el Tiempo


Por si todo esto fuese poco, hace unas semanas me llegó un aviso diciendo que a finales de julio volverá a cambiar la interfaz de Blogger, y algunos usuarios de la versión beta del nuevo interfaz, que ya se puede probar, han avisado de que por ejemplo hay muchos problemas para subir las imágenes… Veremos si los desarrolladores lo arreglan todo a tiempo. Ante esta nueva situación se me plantean tres preguntas. La primera es: ¿Debería probar la versión beta antes de que sea obligatorio cambiar, para poder reportar cualquier problema que me surja, o sigo utilizando el entorno actual mientras funcione? La segunda es: ¿Llevo a cabo las tareas pendientes de mantenimiento antes del cambio, o me espero a agosto para hacerlo desde el nuevo interfaz? Es difícil decidirlo porque no sé si el cambio va a facilitar o dificultar dichas tareas, o va a resultar irrelevante… Y la tercera pregunta es: ¿Realmente siguen teniendo sentido los blogs en 2020 o estoy haciendo el canelo? Cualquier sugerencia en los comentarios con respecto a estas preguntas o que me permita mejorar el impacto del blog para que llegue a más gente será muy bienvenida… Y si alguna de las mejoras que he hecho a mi dinámica de actualización de La Belleza y el Tiempo os resulta útil como consejo para vuestro propio blog, pues me alegro mucho, oye.


Gráfica con la evolución de las visitas mensuales desde la creación de La Belleza y el Tiempo

lunes, 1 de junio de 2020

Espejismos (III)


Estaba releyendo la anterior entrega y me he dado cuenta de que podría haberla llamado “Haciendo Amigos”… En solo cinco párrafos, hacia el final, he conseguido ponerme en contra a la gente religiosa, los que usan cualquier tipo de medicina alternativa, los que creen en conspiraciones varias o en fenómenos paranormales, los meramente supersticiosos… lo que seguramente debe abarcar un noventa por ciento de la población mundial. Pues a continuación voy a intentar aumentar un poco el porcentaje de gente a la que no le caigo bien, metiéndome con los que piensan que la verdadera magia existe.

No me acaba de gustar cómo algunas personas recurren a la palabra “magia”: “Me encantó la gala final de Operación Triunfo, fue algo mágico”… “Odio usar preservativo cuando practico sexo, se rompe la magia del momento”… Suele ser la gente menos racional la que la usa más. Recuerdo que cuando estaba en la Sociedad Tolkien Española hace diez años había algunos socios más jóvenes que se preocupaban no tanto por la poesía, la lingüística o el verdadero mensaje de la obra de Tolkien, sino por los aspectos más superficiales, como competir por quién llevaba el disfraz más conseguido o la réplica de espada más grande, o emborracharse y hacer el capullo en las cenas de gala que se celebraban en las convenciones anuales… Normalmente estos colaboraban poco en la organización de los eventos, pero luego se les llenaba la boca diciendo que todo había sido “mágico”, como si fuese cosa de un sortilegio y no del esfuerzo y compromiso de los socios más “serios”… Esto hizo que poco a poco me fuese descolgando de la asociación.


Actriz que interpreta a la Reina Malvada de Blancanieves en Disneyland, mirándose en un espejo


Tal vez las personas que abusan de la palabra “magia” son demasiado perezosas para intentar comprender por qué les gusta lo que les gusta (o demasiado cobardes para reconocerlo). Ya decía el escritor de Ciencia Ficción Arthur C. Clarke que cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia, precisamente porque no la entendemos; lo mismo se podría decir a veces de un nivel de compromiso intelectual suficientemente alto para tus estándares… Recurrir a este comodín es muy cómodo (valga la redundancia) para los que no quieren someterse a las reglas de la lógica a la hora de exponer sus razonamientos: cuando no entendemos un fenómeno meteorológico, por ejemplo, simplificamos el asunto en exceso diciendo que “Ha sido un OVNI” y así podemos dejar de pensar en ello. Es como tomar un atajo y declararse incompetente, quedarse fuera de manera voluntaria, darse por vencido y pasarle la patata caliente a otro… Y a veces ni siquiera pasar la patata, intentando imponer tu conclusión precipitada a los demás para impedir que puedan llegar a una explicación racional y te dejen en ridículo… Una de las principales causas de los problemas del Mundo es sin duda la pereza intelectual de la gente.

Pasemos de lo más general a algo un poco más concreto y maticemos la diferencia entre magia e ilusionismo. El ilusionista reconoce que su espectáculo está basado en la habilidad, la práctica y el uso de trucos, aunque estos no se revelen. Algunos embaucadores hacen creer a su público que no hay truco y que realmente tienen poderes sobrehumanos, por lo general para sacar luego tajada económica de ello. El ilusionista sin embargo no quiere engañar a nadie, es un mentiroso honesto porque no tiene reparos en reconocer públicamente que es un mentiroso. Precisamente algunos famosos escépticos desde finales del siglo XIX han sido ilusionistas de profesión, empezando por el mismísimo Harry Houdini.


Imagen de El Truco Final con Hugh Jackman haciendo un número de magia con una paloma junto a Scarlett Johansson


Quiero detenerme sobre todo en la figura de James Randi, mago canadiense que de joven hacía números de escapismo al estilo de Houdini, bajo el nombre artístico de El Asombroso Randi. Yo escuché su nombre por primera vez porque era el encargado del atrezzo y los trucos en las giras de Alice Cooper en los años 70: Randi interpretaba al verdugo encapuchado que colocaba a Cooper bajo la guillotina, simulando su ejecución y levantando luego del cesto la cabeza ensangrentada del cantante, mostrándola al público enfervorecido… Más tarde me enteré de que había compaginado sus actividades como ilusionista con su empeño por desenmascarar a farsantes y embaucadores de los que se aprovechan de la gente. Ya en los 70 le plantó cara a Uri Geller, desvelando sus trucos para partir cucharas (Hasta mi abuela paterna comentaba en su día que con la visita de Geller al programa de Íñigo ella misma había doblado una cuchara en su casa… Hay que ver lo que hace la sugestión).

En 1996 creó la Fundación Educativa James Randi para intentar analizar fenómenos paranormales de forma sistemática y controlada. Desde hace muchos años mantiene el siguiente desafío: dará un premio de un millón de dólares a cualquiera que pueda demostrar, bajo condiciones controladas de experimentación, ser poseedor de poderes paranormales… Hasta la fecha nadie ha llegado a pasar siquiera las pruebas preliminares. Cuando le preguntan si tiene miedo de que alguien lo gane, el todavía lúcido nonagenario dice que su dinero nunca ha estado más seguro.


Imagen del ilusionista y escéptico canadiense James Randi


También se han dedicado al tema del Escepticismo la pareja de magos Penn & Teller (Penn es siempre el que habla y Teller está permanentemente callado), en un programa de televisión llamado Bullshit!, al que siguió otro llamado Fool Us (Engáñanos) en el que distintos ilusionistas tienen que hacerles un truco de magia que no sepan desenmascarar, y por el que pasó por ejemplo Jandro… En lo que respecta a España, no me he parado a investigar si Juan Tamariz o el Mago Pop son escépticos, pero tenemos por ejemplo a Andrés Carmona, que además de ser ilusionista tiene estudios de Filosofía y colabora activamente con el movimiento escéptico patrio.

Carmona fue uno de los ponentes en el I Congreso Escéptico celebrado en Alfàs del Pi, en Alicante, del 7 al 9 de octubre de 2011, y en el que dieron charlas también J.M. Mulet o Javier Armentia, coordinador de la colección de libros ¡Vaya Timo! de la editorial Laetoli. Este congreso supuso mi primer contacto con el entorno escéptico; fui con unas amigas de la Sociedad Tolkien, una de las cuales estaba también metida en este mundillo. Si mi memoria no me engaña, fue en los meses siguientes a este congreso que tanto ella como yo acudimos a una reunión informal de cuatro o cinco personas en un bar para intentar poner en marcha una serie de charlas sobre Escepticismo en Valencia, aunque ninguno de los dos nos enganchamos, básicamente por falta de tiempo.


Logotipo de la serie de charlas sobre pensamiento racional Escépticos en el Pub Valencia


Este proyecto, auspiciado por la ARP-SAPC (Alternativa Racional a las Pseudociencias - Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico) acabó haciéndose realidad bajo el nombre de Escépticos en el Pub Valencia. La primera charla oficial, sin contar una especie de protoensayo que se había hecho a principios de 2011, fue una de José Blanca en junio de 2012, titulada El Tomate Mecánico. Esta y creo que también la siguiente me las perdí, pero a partir de la tercera he asistido prácticamente a todas las citas, que se han realizado mensualmente (excepto en julio y agosto) hasta sumar alrededor de unas setenta charlas… 
Como ya he comentado alguna vez en el blog, no estoy muy implicado en la organización por tener un horario bastante apretado; me gusta más picotear de aquí y de allá, y ver los toros desde la barrera… La verdad es que por aquel entonces estaba además un poco escarmentado de las tareas organizativas en grupo, por mis últimas experiencias en la Sociedad Tolkien, y prefería centrarme en un proyecto en solitario en el que pudiese controlar todos los detalles: ya le estaba dando vueltas en mi cabeza a la idea de La Belleza y el Tiempo… Afortunadamente, tanto el blog como las charlas en el pub salieron adelante y se mantienen bien vivas ocho años después.


Interior del pub celta Max Max, en la zona de la Plaza Xúquer de Valencia


Este tipo de iniciativas que mezclan divulgación científica y cerveza en un entorno distendido e informal se iniciaron en Inglaterra en los años 90, y se celebran también en otras ciudades españolas. En Valencia las charlas se suelen hacer a las ocho de la tarde un viernes al mes, aunque al principio algunas de ellas caían en jueves. El primer local donde se realizaron fue el Ben’s Inn de la Plaza de Honduras, con una asistencia media de unas noventa personas, y ahora se hacen en el pub celta Max Max de la Plaza Xúquer, donde se suele superar el centenar de asistentes… Tras la epidemia de Coronavirus puede que tengan que cambiar algunos detalles, pero ya iremos viendo.

Cada mes se trata un tema distinto, no solo sobre pseudociencias y Escepticismo, sino sobre Ciencia y Conocimiento en general. Primero un orador experto en la materia da una conferencia de aproximadamente una hora, ayudado de una presentación de PowerPoint, y después hay un turno de preguntas y respuestas de una media hora. La entrada es libre y gratuita, solo se recomienda realizar una consumición en el pub que amablemente se pone a nuestra disposición. Al terminar, algunos de los asistentes nos vamos de cenita por esa misma zona, la mayoría de las veces con el ponente, con el que seguimos conversando un poco más. Las charlas se graban en vídeo y muchas de ellas están colgadas en el canal de YouTube; además estas últimas semanas, aprovechando la cuarentena, se han ido subiendo varios de los vídeos atrasados que estaban por editar… Echadles un vistazo, que valen la pena.


Cartel anunciador de la charla de Elena Pinilla en Escépticos en el Pub Valencia


Pasemos a hablar brevemente de los ponentes más memorables o más habituales. Y empezamos, cómo no, por José Blanca; no sé si le dará vergüenza que lo diga aquí, pero es una de las personas más inteligentes que conozco. Además de trabajar muy duro en la organización, ha dado ya muchas charlas, tanto en Valencia como en otras ciudades, y siempre participa en los coloquios. Además se encargó de dar desde su casa la primera charla de Escépticos en el Salón Valencia, sobre la COVID-19, emitida por streaming el pasado 16 de marzo, recién decretado el estado de alarma. Como ya os dije, ha contribuido a la redacción de la primera entrega de esta entrada pasándome un capítulo de su libro aún no publicado para que resumiese los puntos más importantes.

También en el núcleo duro de la organización está Jesús López, que suele ser el presentador de las charlas y el moderador de los debates posteriores; recuerdo una conferencia muy divertida que dio sobre las distintas religiones actuales. Otro colaborador que aparte de dar algunas charlas ha servido de contacto para traernos a ponentes interesantes es Javier Cavanilles; ya en otra ocasión os hablé en el blog de su charla sobre Los Caras de Bélmez, y recuerdo también otra sobre el asesinato de JFK. Luego está Antonio Monforte, genetista de plantas asiduo a las conferencias y protagonista de un par de ellas; me pareció especialmente interesante una que dio sobre epigenética… Y por supuesto José Miguel Mulet, que ha venido varias veces para presentar sus interesantes libros, y también alguna suelta como público. Mulet ostenta el récord de asistencia de Escépticos en el Pub Valencia, pero no recuerdo si fue en la charla de Medicina Sin Engaños o en la de ¿Qué es la Vida Saludable?


Fotografía del investigador y divulgador escéptico José Miguel Mulet rodeado de plantas


Hablando sobre temas de Física hemos tenido por ejemplo a Miguel Ángel Sanchís, otro asistente habitual, o a David Ibáñez. Rafael Sentandreu, catedrático de Farmacia ya mayor pero muy simpático, ha dado alguna también. Al menos en una ocasión se ha acercado a Valencia como ponente Fernando Frías; este abogado, muy activo a nivel nacional en la ARP-SAPC, es además antiguo amigo mío de la Sociedad Tolkien Española… Otros nombres que podría citar son por ejemplo Francisco Monfort, Fernando Ballesteros, Víctor Guisado o Fernando Cervera. Quiero detenerme un poco más al hablar de Julián Rodríguez, que perdió en 2013 a su hijo Mario cuando enfermó de leucemia y un naturópata le hizo creer que se podía curar sin necesidad de quimioterapia. Julián ha publicado el libro Homicidio de un Enfermo, en el que se narra el proceso de la enfermedad y muerte de Mario y la inacción de la administración ante el problema de las pseudoterapias, y fue durante un tiempo presidente de la Asociación para la Protección del Enfermo de Terapias Pseudocientíficas, viniendo algunas veces a Escépticos en el Pub para hablarnos de su experiencia o simplemente como público.

Es obvio, si se repasa la lista de ponentes, que no se han ofrecido para dar charlas tantas mujeres como sería deseable, pero supongo que este error se irá subsanando con el tiempo. Entre las chicas que han venido tenemos a Paula Tuzón (que nos habló de Ciencia y Educación), Elena Pinilla (Física asidua también entre el público), Esther Samper (colaboradora habitual de varios medios de comunicación y revistas) y Rocío Vidal, La Gata de Schrödinger (youtuber que casi batió el récord de asistencia de Mulet, y que durante la firma de libros estuvo muy amable, atendiendo a todos sus fans un buen rato)… Actualmente Escépticos en el Pub lleva un par de meses parado por culpa de la COVID-19; a la espera de ver si se pueden volver a hacer charlas en directo en julio o septiembre, José Blanca ha decidido hacer un segundo Escépticos en el Salón con una versión actualizada de la ya legendaria conferencia El Tomate Mecánico… En resumen, puedo decir que en este entorno he conocido a gente supermaja, y me atrevería a decir que, si bien por un estrecho margen, es el grupo de amigos con el que más a gusto me siento.


Fotografía de la médica y comunicadora científica Esther Samper en una frutería


Durante la etapa de redacción de la anterior entrega, hace pocos días, me di cuenta de que el tema de los sesgos cognitivos y el Escepticismo se podía relacionar con la Alegoría de la Caverna, desarrollada por Platón en el Libro VII de su obra La República. No os la voy a relatar con detalle, podéis leerla por vuestra cuenta si no la tenéis fresca en la memoria… Las sombras imperfectas que se proyectan sobre la pared de la caverna a la luz del fuego podrían asociarse con la visión distorsionada de la realidad que tiene la gente irracional, y las cadenas de los prisioneros podrían ser los sesgos que les impiden acceder a la Verdad sobre el Mundo. Aquel que hace un esfuerzo intelectual por superar sus propias carencias y guiarse por la Razón es el prisionero que se libera y sale al exterior de la caverna.

Ser completamente racional no es fácil, y por eso este prisionero se ve al principio cegado por la luz del Sol (Usar el cerebro para razonar sobre cuestiones difíciles es como usar los músculos en el gimnasio: el primer día te quieres morir por las agujetas, pero al cabo de unas semanas le coges el tranquillo e incluso el cuerpo te pide más marcha). Al descubrir que es mucho mejor (aunque costoso al principio) llegar a vivir sin mentiras, este hombre decide regresar a la caverna a liberar a sus compañeros, lo que equivaldría a intentar explicar a los que te rodean qué son los sesgos, cómo razonar de forma lógica y cómo tener discusiones productivas y la mente abierta. Hacer divulgación científica o ser escéptico militante es como volver a la caverna para ayudar a los demás a descubrir la Verdad… ¡Parece mentira la de cosas que sabían estos griegos hace ya dos mil cuatrocientos años!


Ilustración de la Alegoría de la Caverna, de Platón, con los prisioneros encadenados viendo sombras proyectadas en la pared


Espero que esas últimas frases no hayan sonado muy arrogantes, en plan “Los escépticos somos seres especiales escogidos por el Universo para traer la luz del Conocimiento a las masas ignorantes”… Soy consciente de que he puesto a caer de un burro al 90% de la población mundial, de que la semana pasada destapé las vergüenzas de mi madre con la homeopatía y de que hoy he puesto en duda los poderes de mi abuela para doblar cucharas, pero eso no quiere decir que aquí el menda esté libre de pecado… Estoy seguro de que yo también tengo sesgos, aunque me resulte más difícil detectarlos precisamente por ser los míos (ya sabéis, lo de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio). Sé que no soy perfecto, que seguramente todavía me dejo confundir por espejismos en algunos aspectos, y que me quedan muchos prejuicios de los que no soy consciente… Pero si alguien me ayuda a detectarlos y a mejorar como persona yo se lo agradeceré, por supuesto.

Os pongo un ejemplo que me viene a la cabeza: cuando hace unos tres años la Real Academia Española de la Lengua propuso dejar de usar la tilde diacrítica en las palabras “solo”, “este”, “ese” y “aquel” yo pensé que se trataba de una blasfemia y que no iban a cambiar mi manera de escribir así como así… hasta que leí un artículo en que se aportaban razones de peso para ello (básicamente, que el contexto de la palabra en la frase nos puede dar su significado sin necesidad de la tilde, como viene ocurriendo en otros muchos casos a los que sí estamos acostumbrados), lo que me hizo cambiar de idea… Ya sé, no es que sea gran cosa el ejemplo, pero mejor esto que nada, ¿no? En resumen: el que seamos conscientes de los sesgos de los demás pero no de los nuestros es lo que hace imprescindible el trabajo en equipo para poder mejorar… Es como tener a alguien que te rasque la espalda cuando tú no llegas. Animo pues a los lectores que me conocen a que señalen en los comentarios alguno de mis defectos, a ver si puedo corregirlo.


Dos caballos, uno blanco y el otro castaño, rascándose mutuamente la espalda con los dientes


Para finalizar quiero extenderme sobre algunas de las observaciones que José Blanca incluía en el texto que me pasó para la primera entrega, añadiendo algunas contribuciones mías… Si los Homo Sapiens, a pesar de tener un cerebro privilegiado capaz de pensamiento abstracto, no somos seres completamente racionales, ¿cómo es posible entonces que la Ciencia que hacemos funcione? A lo largo de estos últimos doscientos mil años hemos ido progresando, aumentando paulatinamente nuestros conocimientos sobre el Universo y la materia, creando herramientas y contruyendo sociedades y civilizaciones de gran complejidad. Desde el punto de vista filosófico no hemos llegado a obtener una seguridad absoluta en el Saber obtenido, pero tampoco nos hace falta porque en la práctica hay muchos aspectos de los que estamos seguros más allá de toda duda razonable.

Este nivel de Conocimiento se ha alcanzado, como decía dos párrafos más arriba, gracias a la cooperación y el trabajo en equipo… Tal vez en los tiempos de Tomás de Aquino, hace ocho siglos, los más sabios pudiesen aspirar a reunir en su cabeza todo el Saber existente, pero hoy en día podemos llegar como mucho a ser expertos en un área muy concreta de una determinada disciplina. La comunidad conoce colectivamente más que lo que puede conocer cualquiera de sus miembros, y por muy inteligente que se sea siempre habrá alguien que sepa más que uno mismo. Estamos subidos a hombros de gigantes: somos herederos de una tradición, del trabajo de incontables pensadores y científicos que fueron abriendo camino antes que nosotros, configurando el conjunto de herramientas y procedimientos necesarios para superar nuestros sesgos y limitaciones, ganando Conocimiento acerca de todo lo que nos rodea. Y también en el momento presente serán nuestros mentores y colegas los que nos ayudarán a mejorar señalándonos nuestros errores de forma constructiva. 


Jardín con flores y árboles reflejado en un ventanal de cristal en la fachada de un edificio


Tal vez algunos podrán tener el espejismo de que el progreso es algo natural que se da por sentado, pero no lo es: requiere un esfuerzo constante por parte de la especie. El Pensamiento Crítico no es algo biológico e innato, no sabemos cómo codificar la racionalidad en el genoma; la solución es necesariamente cultural y por tanto es muy importante dedicar los esfuerzos que sean necesarios para garantizar un sistema educativo de calidad para todos y luchar contra la pereza intelectual. Tanto en los colegios como en la Universidad falta todavía mucho por mejorar: los currículos de las carreras y asignaturas suelen limitarse a una mera enumeración de datos y hechos que hay que memorizar sin terminar de comprenderlos…

Si realmente queremos superar los grandes retos que se nos plantean como Civilización, cada nueva generación debe aprender a pensar crítica y racionalmente, de forma sistemática, identificando y evitando sesgos de cualquier tipo y dominando el uso de herramientas como la Lógica, las Matemáticas y Estadística o los protocolos experimentales más básicos. Cuanto más conozcamos y utilicemos estos procedimientos, mayor será nuestra capacidad de entender el Mundo y de tomar las decisiones correctas a nivel tanto profesional como personal, tanto individual como colectivo; sin una Educación adecuada la especie corre el riesgo de desandar el camino andado y volver a la oscuridad de la caverna, víctima de sus sesgos naturales. Lo que necesitamos es funcionar como una sola Comunidad cuyo objetivo principal sea la búsqueda del Conocimiento, en combinación con una educación ética y en valores igualmente necesaria.


Portada de la revista El Escéptico de la ARP-SAPC sobre pensamiento crítico en las aulas