lunes, 31 de agosto de 2020

Rebajas

Aquí unas fotos que tomé hace tiempo al pasar frente a un escaparate en la zona del Parterre. Es curioso lo que ocurre cuando le das la vuelta a ciertas palabras y quitas un par de letras…








lunes, 24 de agosto de 2020

Postales desde Roma (II)

He estado ojeando mis entradas antiguas de Postales y me he dado cuenta de que los primeros años mis selecciones eran muy exigentes y reducidas, de solo diez imágenes, dejando fuera muchas fotos de gran calidad, así que hoy me he propuesto hacer una repesca de las descartadas de mi viaje a Roma… Espero que os guste volver a pasear por sus calles una vez más.


Foro di Traiano

Foro di Traiano

Pantheon

Pantheon

Basilica di San Pietro

Basilica di San Pietro

Piazza Navona

Piazza Navona

El Gesù

El Gesù

Santa Maria in Trastevere

Santa Maria in Trastevere

Cupola di San Pietro

Cupola di San Pietro

Boca della Verità

Boca della Verità

Foro di Nerva

Foro di Nerva

Trastevere

Trastevere


lunes, 17 de agosto de 2020

Cambio de Ritmo

A cuatro días escasos del octavo aniversario de La Belleza y el Tiempo he decidido realizar un cambio de ritmo en el blog… A la vuelta de las vacaciones la situación en mi trabajo será complicada y voy a necesitar más tiempo no solo para cumplir plazos sino para poder descansar un poco los fines de semana, así que seguiré publicando cada lunes o martes pero durante una temporada me dedicaré a subir selecciones de mis fotos con distintas temáticas… Supongo que más adelante podré volver a colgar entradas más elaboradas, aunque sea de vez en cuando. Las fotografías de hoy son del Jardín Botánico de Valencia, espero que os gusten.


Copas de los árboles en el Jardín Botánico de Valencia

Gato bebiendo en el Jardín Botánico de Valencia

Estanque del Jardín Botánico de Valencia

Hojas caídas en el Jardín Botánico de Valencia

La luz del sol entre las ramas del Jardín Botánico de Valencia


lunes, 10 de agosto de 2020

Palimpsestos (II)

La semana pasada hablamos de palimpsestos en la escritura y la pintura, y hoy me voy a centrar más en los palimpsestos arquitectónicos y arqueológicos que podemos encontrar paseando por la parte antigua de Valencia: en ellos se advierte una superposición de distintas capas, de distintas épocas, en la que las claramente visibles son las más recientes pero haciendo un poco de esfuerzo se pueden distinguir las trazas de las capas más antiguas. Un ejemplo obvio de esto es el Centro Arqueológico de l’Almoina, en el que los expertos debieron tener auténticos quebraderos de cabeza para decidir hasta qué profundidad excavar en cada punto, qué hallazgos documentar, retirar y almacenar y cuáles dejar expuestos in situ, aun a riesgo de no encontrar algo más antiguo que pudiera haber debajo.

Los restos cristianos medievales se retiraron casi por completo para dejar a la vista una mezcla de elementos islámicos, visigóticos, imperiales y republicanos. Así, el Alcázar islámico se solapa con el Ninfeo romano, y las tumbas y ábside visigóticos aparecen alrededor de las dependencias romanas en las que supuestamente se encarceló a San Vicente Mártir a principios del S.IV… Incluso la casa del Punt de Ganxo, edificio modernista de 1906 contiguo al centro arqueológico, utiliza como cimientos parte de los gruesos muros de la desaparecida catedral visigoda.


Restos arqueológicos romanos y visigóticos en el Centro de l’Almoina de Valencia


El edificio de la Catedral también es un palimpsesto en sí mismo, con diversas etapas constructivas que se han ido sucediendo desde el edificio original del S.XIII. En el XIV se añadieron la Sala Capitular y el Micalet, por entonces exentos ambos, aunque quedarían unidos al edificio principal con la Arcada Nova del S.XV. Del S.XVI es la Obra Nova recayente a la Plaza de la Virgen, y del XVIII la Reforma Neoclásica. Tenemos en la Seu incluso elementos romanos reciclados: en la Arcada Nova destaca, en la base de una columna que hay del lado de la epístola, la presencia de un bloque de piedra con la inscripción lapidaria "CENS ET VIRIA A"… Este sillar debió formar parte de algún monumento funerario de época romana y se aprovechó como elemento constructivo al ser hallado en las cercanías del templo.

La incorporación de lápidas romanas a edificios posteriores es algo que también podemos apreciar en la fachada de la vecina Basílica, como ya comentamos en su día en el blog. En algunos casos la reutilización de materiales no se lleva a cabo por razones estéticas sino meramente prácticas: un ejemplo de esto es el reciclaje de varios fragmentos de una estatua, incluida la cabeza, como relleno para cegar un arco en la parte trasera de la iglesia de Santa Catalina… También tendríamos una superposición clara de varias capas en el Palau de Benicarló, actual edificio de Les Corts en la calle Navellos, con tres juegos distintos de ventanas: las de época moderna están en posiciones muy similares a las que ocupaban las originales, y además se advierten las trazas de las ventanas góticas, intermedias cronológicamente, y que hoy en día están cegadas.


Reciclaje de varios fragmentos de una estatua como relleno para cegar un arco en la iglesia de Santa Catalina


Pero sin duda uno de los ejemplos de palimpsesto arquitectónico más interesantes y curiosos en los que puedo pensar es el Hotel Caro, antiguo palacio del Marqués de Caro, situado en la misma manzana del Temple, en la calle Almirante, así que me voy a detener más en él. Se trata de un palacete de corte neoclásico del S.XIX, residencia del que fuera alcalde de Valencia, Nicolás García Caro, renovado a partir de otro palacio en estilo gótico del S.XIII-XIV. Reconvertido a su vez en un hotel que lleva en funcionamiento desde 2012, en las obras de restauración y rehabilitación, que duraron años, se descubrieron fragmentos de la muralla árabe del S.XII, visibles ahora en el restaurante del semisótano, y también han aparecido en los alrededores otros restos que se remontan a la época romana de la ciudad.


Distribuidor y Bar del Caro Hotel con diversos restos arqueológicos expuestos o integrados en la estructura


Uno de los elementos expuestos en el vestíbulo de entrada es una porción de suelo con un mosaico primitivo que data de la misma fundación de la colonia valentina en el S.II a.C., con la cornucopia del escudo de la ciudad. Sobre la barra del bar aparecen suspendidas (posiblemente colocadas del revés) tres de las metas que en el circo romano del S.II de nuestra era marcaban el punto de salida y llegada para las carreras de caballos; tal vez en el lugar que ocupa ahora el hotel se encontraba antiguamente algún edificio auxiliar cercano al circo. Si seguimos avanzando en el tiempo, un par de habitaciones del hotel están dentro de una torre de la muralla islámica, torre en la que también se descubrió un acceso a la ciudad de aquella época.

De estilo gótico tenemos un precioso arco en el vestíbulo y unos azulejos del S.XV, y del S.XIX tenemos algunos techos decorados, una puerta de hierro forjado o la escalera protomodernista de mármol… Es increíble cómo la rehabilitación del palacete ha conseguido la integración de los elementos arqueológicos en la estructura actual con una gran armonía, convirtiendo tanto zonas comunes como habitaciones privadas en una mezcla de hotel y museo. Si entráis a la recepción del Caro y lo pedís con educación, os dejarán echar un vistazo a los elementos del vestíbulo aunque no seáis clientes… Os recomiendo que hagáis este curioso viaje en el Tiempo, de verdad vale la pena.


Detalle de una instalación del IVAM con la inscripción “Solum Constans Est Mutatio”


martes, 4 de agosto de 2020

Palimpsestos (I)

La primera vez que oí la palabra palimpsesto fue en la película Contact de Robert Zemeckis, basada en la novela homónima de Carl Sagan sobre el programa de búsqueda de vida inteligente fuera de la Tierra. En el capítulo 6 de la primera parte de la novela se nos habla de este mensaje oculto dentro de otro mensaje: inicialmente se trata de pulsos de ondas de radio que representan una secuencia de números primos repetida una y otra vez, pero tras un análisis más cuidadoso se descubre que codificada debajo está la reproducción de la primera retransmisión humana de radio suficientemente potente como para atravesar la ionosfera, que corresponde a un vídeo de las Olimpiadas de la Alemania Nazi en 1936. Aunque en la película los detalles son algo distintos, en el libro son las modulaciones de la polarización y de la fase de las ondas de radio las que permiten descubrir todavía más capas del mensaje, incluyendo las instrucciones para construir un dispositivo de transporte interestelar.


Fotografía de Adolf Hitler en el Estadio Olímpico de Berlín en 1936


La definición más habitual de palimpsesto tiene que ver con los distintos soportes para la escritura. La palabra viene del griego antiguo y significa “raspado y listo para usar de nuevo”; sirve para hacer referencia a un manuscrito que conserva en su soporte trazas a veces imperceptibles de una escritura original que se ha borrado expresamente para dar lugar a la actual. Esta práctica de reutilizar un determinado soporte es bastante antigua, pero se hizo más frecuente entre los siglos VII y XII a causa de la dificultad para importar papiro de Egipto, y sobre todo de lo costoso y escaso que era el pergamino (recordemos que el papel se empezó a usar habitualmente como soporte después de los otros dos tipos). En la Alta Edad Media el texto original se borraba con una mezcla de leche y avena, apareciendo de nuevo tenuemente con el paso de los años. Posteriormente la tinta del texto original pasó a rasparse con piedra pómez, cual si de una goma de borrar se tratase, aunque a veces quedaban algunos restos por eliminar.

A partir del S.XIX algunos eruditos y filólogos empezaron a idear métodos para hacer visibles y poder transcribir los textos ocultos debajo de otros que frecuentemente eran de menor interés. Al principio esto se hacía mediante la aplicación con un pincel de tinturas o reactivos químicos, y en la actualidad tenemos medios menos agresivos de conseguirlo, con el uso de distintas variedades de luz especial (ultravioleta, rayos-X) que permiten ver los trazos que no se aprecian bajo la luz visible. Gracias a estos métodos se han redescubierto fragmentos de textos de los grandes autores clásicos griegos o romanos, como Homero o Cicerón, que se habían perdido debajo de otros textos medievales de temática religiosa. Habitualmente las obras originales no suelen estar enteras, al haberse mezclado hojas sueltas de varias de ellas para dar lugar al nuevo libro, pero en contadas ocasiones sí se consigue rescatar la obra completa, como es el caso del Palimpsesto de Arquímedes.


Hoja de pergamino con un palimpsesto, en la que se aprecian simultáneamente dos textos de épocas distintas


Algo similar ocurre en la pintura: igual que algunos novelistas reescriben partes de sus obras, también los pintores cambian detalles en sus cuadros, siendo detectables estos cambios a posteriori por distintos métodos. Este fenómeno se conoce con el nombre de pentimento, que significa “arrepentimiento” en italiano. A veces la corrección se ejecuta por voluntad propia y a veces son el mecenas o la opinión pública los que hacen al artista cambiar el cuadro. Puede tratarse de un elemento de la obra (por ejemplo una cabeza, una pierna o una mano) en una posición ligeramente diferente, o de un elemento completamente eliminado después de haberse pintado. Algunos pentimenti pueden notarse a simple vista analizando el cuadro de cerca y con atención, y otros se hacen visibles con el paso de los años al adquirir cierta transparencia las capas más superficiales de pintura. Un tercer tipo de arrepentimientos solo pueden ser vistos mediante métodos modernos tales como las radiografías (que hacen visible el plomo de ciertos pigmentos blancos ocultos) y la reflectografía infrarroja (que afecta a pigmentos negros basados en el carbón).

En algunas ocasiones puede que no se trate de detalles sueltos, y que una obra oculte otra completamente nueva para reaprovechar el soporte, como ocurre en los palimpsestos escritos: Picasso, por ejemplo, reutilizaba los lienzos porque pintaba compulsivamente, y Van Gogh porque no tenía dinero para comprar otros nuevos… Hablando de artistas consagrados, Velázquez hizo también multitud de correcciones a sus obras, a veces mucho tiempo después de pintarlas (tengamos en cuenta que convivía con ellas, ya que era pintor de cámara del rey Felipe IV)… Hasta Las Meninas tiene algún que otro pentimento: en la posición en la que aparece el autorretrato del pintor había antes una figura femenina (lo que ha dado lugar a algunas interesantes teorías para explicarlo), y además la cruz de la Orden de Santiago que luce su pecho en el cuadro fue añadida a posteriori… Con esto lo dejamos por hoy; la semana que viene, en la segunda entrega, me centraré en los palimpsestos arquitectónicos y arqueológicos que podemos encontrar paseando por las calles de Valencia.


Pentimento de Madame X, del pintor John Singer Sargent, comparando la versión final con la del tirante caído