lunes, 29 de abril de 2019

Elogio de la Tristeza


Hace tiempo que no escribo acerca de los misterios del Cerebro, así que he decidido poner en negro sobre blanco mis ideas acerca de la película Inside Out (en español se llamó Del Revés) y lo que de ella podemos aprender sobre la Tristeza. Tengo que avisar de que habrá algún que otro spoiler, aunque es más que probable que la hayáis visto ya, siendo de 2015… Pixar nos tiene acostumbrados (y esta no es una excepción) a películas de animación de gran calidad que destacan no solo por lo divertido de sus gags y su presentación visual sino también por su contenido, tratando temas importantes de manera magistral, y siendo por tanto interesantes no solo para los pequeños de la casa sino también para los adultos. En cuanto al origen de la idea, Pete Docter, co-director y co-guionista del film, tenía una hija pequeña siempre alegre y feliz que sin embargo en 2009, al cumplir once años, se volvió reservada y a ratos algo triste y taciturna, lo que le impulsó a investigar el porqué y empezar un largo proceso de documentación que culminó en la realización de esta peli.

La protagonista de la historia es otra niña de once años llamada Riley y lo novedoso del asunto es que podemos ver lo que pasa dentro de su cabeza. Cinco emociones principales antropomorfizadas se encargan de dirigir su comportamiento desde la sala de control de su mente: Alegría, Tristeza, Asco, Ira y Miedo. Al principio de la película se nos muestran algunos momentos de los primeros años de Riley, y resulta muy gracioso comprobar que cuando era un bebé el panel de control constaba simplemente de un solo botón muy gordo que iban pulsando por turnos las distintas emociones, dando lugar a los rápidos cambios de humor típicos de los bebés. El día a día en esta sala de control consiste en la creación de recuerdos a corto plazo, esferas teñidas del color de alguna de las cinco emociones (amarillos los alegres, azules los tristes, etc), que durante la noche se envían al archivo de recuerdos a largo plazo, un área enorme llena de pasillos con estanterías. A veces se generan recuerdos esenciales tan importantes que pasan a determinar los distintos rasgos de la personalidad de la niña, representados por islas temáticas que se ven en la distancia a través de las ventanas.




El conflicto empieza cuando un hecho traumático (en este caso mudarse a otra ciudad dejando atrás amigos, casa, escuela y otros lugares asociados a bonitos recuerdos) desencadena un episodio de confusión y depresión del que la protagonista tendrá que salir con ayuda de sus padres. Este episodio se traduce en la mente de la niña en una mayor influencia de Tristeza en su comportamiento, el deterioro de algunos aspectos (o islas) de su antigua personalidad y un accidente en el que Alegría y Tristeza son expulsadas accidentalmente de la sala de control por el sistema de transmisión de recuerdos, y recorren, en busca de algunos recuerdos esenciales perdidos, varias “zonas” del cerebro: la imaginación, los sueños, el pensamiento abstracto, el subconsciente, el olvido…

En las primeras etapas del conflicto Alegría trata de mantener alejada a Tristeza de las palancas de control y de los recuerdos que Riley tiene de su antiguo hogar, que se van volviendo azules, pero la conclusión que sacamos al final de la historia es que ni Alegría tiene siempre la razón ni las acciones de Tristeza son siempre negativas, y que lo mejor para Riley es que ambas trabajen en equipo. En las últimas escenas de la película la consola de control es más grande y con más mandos, para que quepan varias emociones simultáneamente en lugar de pelearse por dirigir el comportamiento de Riley; y los recuerdos están teñidos simultáneamente de varios colores, reflejando la mayor complejidad de la forma en que la joven experimenta el Mundo a su alrededor… Es una buena manera de explicar de forma sencilla lo que supone crecer, madurar. Este y otros hallazgos igual de ingeniosos le valieron a la película las buenas críticas que recibió.




El film está muy bien documentado aunque tiene, como es lógico, algunas incorrecciones; al fin y al cabo es una película para niños y son necesarias ciertas simplificaciones. El argumento se basa en la teoría de las emociones universales del psicólogo Paul Ekman, que hizo de asesor durante la escritura del guión; de hecho, según esta teoría hay dos emociones más que están presentes en casi todas las sociedades humanas, Sorpresa y Desprecio, que se eliminaron para no complicar la trama ya que eran similares a Miedo y Asco respectivamente (dependiendo de los especialistas consultados se pueden catalogar hasta veintisiete emociones distintas). Otro de los asesores del director fue el profesor Dacher Keltner.

Uno de los detalles que no queda del todo claro en la peli es que nuestras acciones no se rigen solo por las emociones sino también por el pensamiento racional. La sala de control, más que la consciencia de la niña, sería el equivalente a la zona límbica (que contiene la amígdala y el hipocampo, donde residen las emociones y la formación y recuperación de recuerdos), y sería razonable pensar que no es el cuartel general sino uno de los distintos centros de control que determinan el comportamiento de Riley. En lo referente a la memoria, sí es verdad que recordamos mejor los episodios de nuestra Vida que tienen un componente más emocional, pero los pasillos en los que se lleva a cabo el almacenaje de recuerdos a largo plazo equivaldrían al neocórtex, una región distinta y evolutivamente más moderna que la límbica.

Siguiendo con las imprecisiones, por ejemplo, los recuerdos reales son mucho más maleables que las grabaciones de las esferas que se nos presentan en la peli (tienen que ver más bien con la activación simultánea de determinados patrones de neuronas en distintas áreas cerebrales), y cada vez que los recuperamos de nuevo podemos estar cambiando detalles concretos de los mismos, no solo las emociones de las que están teñidos… De todos modos, si no intentamos hilar muy fino, el film nos proporciona muchas metáforas visuales que pueden ayudarnos a entender y verbalizar nuestras propias emociones, lo cual siempre es útil tanto para los espectadores adultos como para los niños.




Una de las conclusiones más importantes que se puede sacar de la película es que la Tristeza, al igual que el Miedo y las demás emociones, puede resultarnos útil en determinados momentos. Por una parte, mostrar abiertamente que estamos tristes envía señales a los que nos rodean para que sientan empatía y compasión e intenten animarnos y ayudarnos: por tanto la Tristeza favorece la conexión de unos con otros y el trabajo en equipo. Cuando un amigo está triste a veces la solución no radica en intentar alegrarlo, sino en sentarse a su lado, abrazarle y dejar que llore a gusto y se desahogue; compartir experiencias con los demás y darte cuenta de que no eres el único que ha pasado por malos momentos, y de que podrás salir del bache igual que otros lo hicieron antes, ayuda bastante a sobreponerse.

Otra lectura que se puede hacer de la peli es que la Tristeza que sentimos hoy por las cosas buenas de nuestro Pasado nos ayuda a ser más conscientes de lo importantes que eran en nuestra Vida, a darnos cuenta de lo felices que fuimos con ellas y a afianzar en la memoria el recuerdo de aquella Alegría, de aquella Belleza, recuerdo que nos acompañará siempre. Son precisamente el paso del Tiempo y la nostalgia del Pasado los que convierten nuestra Vida en una experiencia agridulce, mezcla de Alegría y Tristeza no como opuestas sino como complementarias, tal y como se refleja en los recuerdos esenciales multicolores que aparecen al final de la película.




Intentar sentir siempre Alegría, ignorando los conflictos o cerrándolos en falso, es básicamente fingir, y hay mucha gente que no se da cuenta de ello en ciertos sectores de la sociedad actual, obsesionados por la continua apariencia de diversión y Felicidad, por la tendencia a instagramizarlo todo; gente aparentemente perfecta por fuera pero infeliz por dentro, luciendo sonrisas forzadas que más que sonrisas son muecas. Creo que ya hemos hablado antes en el blog del enorme contraste entre las fotografías antiguas, en las que los sujetos aparecían muy serios, conscientes del carácter de perdurabilidad de las mismas, y los selfies actuales en los que demasiado a menudo salimos forzando una sonrisa de oreja a oreja o haciendo el payaso, aparentando ser lo que no somos… Todos tenemos problemas y conflictos en nuestra Vida, y el que diga que no los tiene está mintiendo, simple y llanamente. Por tanto, hay un punto de Verdad inherente a la exteriorización de la Tristeza que le aporta cierta Belleza, que la hace buena en dosis moderadas y en su justo equilibrio.

En resumen, no deberíamos empeñarnos en ocultar nuestras emociones, sean estas cuales sean; a veces es bueno expresarlas abiertamente y experimentar una catarsis que nos permita aceptar las cosas tal y como son y sentirnos mejor. Los problemas no hay que barrerlos bajo la alfombra; hay que reflexionar acerca de ellos, racionalizarlos, articularlos en palabras, compartirlos con otras personas si es necesario, superar la fase de duelo y sacar conclusiones para poder madurar, pasar página, adaptarse a los cambios y seguir adelante. Nuestra condición de seres mortales, la constatación de que nada dura para siempre, hace que la Tristeza sea imprescindible para poder aceptar nuestra propia realidad y tener así una Vida fructífera y completa, una Vida verdadera. La idea de que la melancolía por lo que hemos perdido nos hace valorar, por contraste, las cosas buenas que todavía tenemos no nos resulta en absoluto novedosa; vamos así a parar de nuevo a uno de los temas principales del blog: otros términos posibles para referirnos al binomio de Alegría y Tristeza son sin duda los de Belleza y Tiempo.



lunes, 22 de abril de 2019

Novedades de Moda (Cara B)


Seguimos hablando del grupo de música electrónica Depeche Mode, cuyo nombre podría traducirse del francés, teniendo en cuenta que “depeche” significa “despacho” en el sentido de “informe”, como “Noticias sobre Moda” o “Novedades de Moda” (de hecho, hay una revista que se llama así). La semana pasada describimos muy brevemente la trayectoria de los ingleses hasta su época de mayor éxito. El descontento de Alan Wilder por no ver suficientemente reconocido su trabajo y las discusiones durante la grabación de Songs of Faith and Devotion hicieron que finalmente este abandonara el grupo en 1995, siendo el trío de Dave Gahan, Martin Gore y Andrew Fletcher la formación oficial desde entonces… A esto se añadieron los problemas de Gahan con las drogas, que le llevaron en 1996 a una sobredosis tras la que estuvo dos minutos clínicamente muerto.

Tras el proceso de rehabilitación del vocalista se publica el álbum Ultra (1997), que sigue teniendo muy buenas canciones (compuestas como de costumbre por Gore) aunque ya no es redondo al 100% como los anteriores. Y lo mismo se puede decir del Exciter (2001), también bueno pero no perfecto; más o menos hasta esta época les seguí la pista de cerca, e incluso pegué en la pared de mi cuarto un poster con la portada del disco. Comparando los directos del Exciter Tour con los del Devotional Tour de 1993 se puede notar claramente que los excesos de Gahan durante esos años hicieron mella en la calidad de su voz. A partir de este momento mi pasión por el grupo se enfrió un poco.




Con los siguientes discos, Playing the Angel (2005) y Sounds of the Universe (2009), me ocurre que repaso los nombres de las canciones y ya no soy capaz de recordar la música, salvo en un par de excepciones. Cuando salió Delta Machine (2013) compré el CD (o tal vez me lo regalaron, no recuerdo) y quería encontrar el momento adecuado para escucharlo con calma y dedicarle toda mi atención, pero entre pitos y flautas al final lo tuve prácticamente un año sin abrir encima de mi mesa, lo cual es bastante sintomático. Tanto este disco como los dos anteriores me parecen demasiado fríos, sin alma, como una vuelta a su excesiva sencillez de principios de los ochenta, pero no por falta de medios, sino de ganas; con un sonido algo más sofisticado, sí, pero demasiado mecánicos y rutinarios al fin y al cabo. Su último trabajo, Spirit (2017), ya no lo he comprado y ni siquiera lo he escuchado aún (me puse el single en YouTube un par de veces cuando salió, pero se me olvidó seguirle la pista a la salida del álbum al mercado); ya que estoy escribiendo esta entrada aprovecharé para oirlo en cuanto tenga un rato (parece que tiene buenas críticas), y ya de paso darle otra oportunidad a los tres anteriores.

Respecto a esta falta de conexión con sus últimos discos, no sé si es su estilo musical el que ha cambiado tanto o si en realidad soy yo el que ya no tengo suficiente tiempo para dedicarlo a su escucha, o simplemente mi vida ya no tiene tantas emociones intensas que poder asociar a su música como cuando era más joven… Tal vez se trate de una combinación de todo ello. En cualquier caso, volvamos a su época dorada y sigamos con la segunda cara de mi selección de canciones favoritas de su discografía. En ocasiones os he dicho que gran parte de la música que oigo me gusta independientemente de lo que se cante, pero en el caso de los Depeche las letras me parecen también muy interesantes; incluyo por tanto, igual que la semana pasada, enlaces con los subtítulos en castellano.




Fly on the Windscreen: Esta es del Black Celebration, pero para incluir los subtítulos os enlazo a la versión en directo del Devotional Tour, que también es muy buena. El mensaje es desasosegante: Somos como moscas que chocan contra el parabrisas de un coche, podemos morir en cualquier momento y sin previo aviso. Aparece de nuevo la combinación, tan típica en Depeche Mode, de desesperanza y sexo, con mi parte favorita de la canción: “Ven aquí, bésame, tócame, ahora…”. En otras palabras, la Vida es corta y por tanto hay que aprovecharla mientras se pueda; es como una versión más elegante del conocido dicho valenciano “Folleu, folleu, que el Món s’acaba”… Es irónico, porque nos abandonamos al sexo para olvidarnos de que todos desapareceremos tarde o temprano, y a veces al orgasmo femenino se le llama precisamente “la pequeña muerte”.

The Love Thieves: Una de mis canciones favoritas del Ultra. Todavía se notaba aquí la influencia de la época de Alan Wilder en la producción, con un sonido atmosférico, muy rico y lleno de pequeños detalles aquí y allá. Me encanta la selección de instrumentos y timbres y la sensación de paz y melancolía que transmite el tema, y cada vez que escucho los últimos compases se me ponen los pelos de punta. Recuerdo escuchar hace veinte años este disco entero con los cascos en la cama, antes de dormirme, y entrar en una especie de trance, de éxtasis estético potenciado por la sensación de duermevela… Una obra maestra, sin duda.




Halo: Un temazo del Violator, aunque no de los más conocidos. Os pongo el enlace al vídeo musical, bastante original y artístico, como suele ser habitual en el caso de este grupo: trata sobre un triángulo amoroso en un circo y cuenta la historia de la payasa que vivía con el hombre forzudo pero en realidad estaba enamorada del payaso… Musicalmente es una canción impecable, fascinante, arrebatadora. El inteligente uso de los sintetizadores y los samplings de violines es muy original, y la transición de 1:44 es fantástica. Como anécdota aparte, comentar que la traducción al español de “violator” no es “violador” sino “infractor” o “transgresor”, pero aun así de joven me daba vergüenza dejar este CD muy a la vista, por si mis padres veían el título y se pensaban algo raro…

Never Let Me Down Again: Abría el Music for the Masses, y fue uno de los hits más grandes de la banda a finales de los ochenta. El enlace es del directo del Exciter Tour de 2001: no es mi versión favorita, pero tampoco está nada mal y además tiene subtítulos. Ya en otra entrada, al poco tiempo de empezar con el blog, dije que esta canción me trae muy buenos recuerdos de la adolescencia, cuando en un Mundo lleno de confusión los amigos eran algo tan importante, algo seguro a lo que aferrarse: estando solo te sentías perdido pero junto con ellos eras el rey del Universo… Y aun así el mismo título de la canción, “No Vuelvas a Fallarme”, deja la puerta abierta a la parte negativa, a la cruda realidad que a veces se abre paso y desbarata nuestros castillos en el aire: algunas de estas amistades que parecían indestructibles no nos duran el resto de nuestras vidas… Por cierto, es impresionante la imagen de miles de brazos en el público moviéndose a izquierda y derecha al unísono, en una especie de comunión musical, hacia el final del tema.




Stripped: Otro corte del Black Celebration. Parece ser que, según palabras de Martin Gore, la letra no trata sobre sexo, sino sobre la vuelta a la Naturaleza y a la sencillez, huyendo del ruido y el caos de la ciudad; se trata de una desnudez metafórica más que literal. Es un tema sobre la verdadera comunicación entre dos personas y sobre pensar por uno mismo, olvidando los mensajes alienantes de la televisión y la publicidad. Este mensaje sigue muy vigente hoy en día, ampliado a Internet y a las redes sociales digitales: con los móviles estamos más conectados que nunca pero también más aislados, en un continuo zapping vertiginoso pero superficial y sin sustancia alguna.

Here is the House: Igual que Stripped, esta también es del Black Celebration. En mi selección las puse seguidas tal y como aparecían en el disco original porque este álbum tenía transiciones entre una canción y la siguiente, en las que distintos ritmos y efectos sonoros (como el tic-tac de un reloj, en este caso) se solapaban unos con otros para fundir los temas, y no quería que el corte fuese brusco para no estropear la experiencia estética. El vídeo del enlace incluye una sencilla animación que el grupo utilizó en una de las giras. En cuanto a la canción, las armonías vocales son preciosas y la temática es básicamente positiva: la letra habla de la conexión, la confianza y la complicidad entre dos personas que están muy a gusto juntas, tanto en lo físico como en lo intelectual y espiritual.




Waiting for the Night: Tema perteneciente al Violator cantado prácticamente a dos voces, con Martin Gore constantemente doblando las frases de Dave Gahan. Habla de la búsqueda de la paz y la tranquilidad por la vía de la soledad y el aislamiento voluntario; el protagonista celebra la llegada de la oscuridad porque le permite olvidar sus problemas del día a día. En cuanto a la música, destaca el uso casi exclusivo de sintetizadores, con pocos arreglos acústicos. Muy interesantes los efectos de sonido que juegan con la propia voz, enfatizando ciertos fonemas en los comienzos y finales de palabras, como la t que enlaza “descend” con “to my surprise”, o la k de “everything’s dark” y “from the stark”… La Belleza está en los pequeños detalles.

Home: Corte del Ultra, cantado por Martin Gore. Lo incluí también en mi selección de canciones melancólicas, de la que ya os hablé en su día. Tiene un aire optimista pero a la vez agridulce, y de hecho Gore ha comentado alguna vez que, aunque la letra es bastante críptica, trata sobre arreglar cuentas con uno mismo y sentirse en paz en el momento de la Muerte, al atravesar la puerta hacia el Otro Lado… Tiene una excelente producción y una gran densidad de capas sonoras; a destacar los preciosos arreglos de cuerdas, con momentos concretos realmente estremecedores, como el de 4:13.




World Full of Nothing: Este es el último tema de la selección sacado del excelente Black Celebration. Se trata de nuevo de una letra cruda y brutalmente sincera, con una vision nada romántica y nada idealizada de la realidad. Nos habla del descubrimiento del sexo en combinación con la confusión de la adolescencia y la sensación de vacío ante el Mundo; de la necesidad de aferrarse a alguien para no hundirse en la depresión. La protagonista nos describe su soledad y la urgencia que tiene de sentirse querida y deseada, de poder ver el Mundo a través de los ojos de otra persona. Como hemos visto ya en otras canciones de la selección, la letra es dura pero deja un pequeño resquicio a la Esperanza: “Aunque no es Amor, significa algo…”. La melodía y los acordes también reflejan esta dicotomía entre lo positivo y lo negativo, con fragmentos más alegres y otros (como en 1:21) algo más tétricos.

World in My Eyes: Precisamente en el anterior hablábamos de ver el Mundo a través de otros ojos… Este es el primer corte del Violator, aunque aquí he enlazado a la estupenda versión en directo del Devotional Tour. Es de nuevo un tema sobre el sexo como algo bueno y placentero, sobre abandonarse a la sensualidad, al imperio de los sentidos, y olvidarse de todo lo demás por un momento. El Mundo (entendido como “todo lo que necesitas”) está ahí, en esa habitación (paralelismo evidente con In Your Room), con esa persona… Musicalmente es una canción estupenda, con detalles como el alucinante efecto, reproducido hacia atrás, de 2:48, o la repetición de la misma melodía cambiando los acordes (y por tanto el efecto a nivel emocional) a partir del 4:20, algo que ya habíamos visto en otros temas del grupo… Os vuelvo a recomendar que, una vez leídos los subtítulos, escuchéis una versión de mejor calidad con los auriculares puestos para percibir la potencia de los graves y cómo se entrelazan las distintas capas sonoras… En el disco se acaba con un fade out, pero los Depeche siempre se han caracterizado por currarse mucho las versiones para los directos, y la de este enlace no es una excepción, con un final a la altura de las circunstancias.




Como suele ser costumbre, voy a tratar de terminar la entrada sacando algunas conclusiones más generales. En el momento en que hice la selección de canciones, hace años, pensé más en la música que en lo cantado, y lo mismo ocurrió hace poco cuando decidí escribir esto para el blog… Sin embargo, a posteriori me he dado cuenta (y vosotros os habréis fijado también) de que en las letras hay varios temas clave que se repiten continuamente. Además me he dado cuenta de que muchas de las etiquetas del blog (que os presenté de nuevo en el Mapa hace un par de semanas) pueden asociarse de una u otra forma con la música o las letras del grupo, o con su trayectoria artística y su manera de entender su oficio; de hecho, me costó mucho decidir cuáles asignar a la primera parte de la entrada porque me salían demasiadas… Así que tratemos de ver cuántas etiquetas podemos llegar a contar (me ayudaré de las mayúsculas para que os sea más fácil seguir la enumeración).




A lo largo de su carrera los Depeche Mode siempre han sido muy Coherentes con ellos mismos y han tenido un sonido propio, la Libertad y la Autenticidad han sido sus señas de identidad. Sus letras nos dibujan unas imágenes mentales Sencillas pero a la vez muy potentes, muy poéticas. Han sido Inconformistas y en lugar de pintar las cosas de color de rosa, como hacen muchos artistas del montón para vender discos más fácilmente, han mostrado la realidad tal y como es, con sus contradicciones, sus conflictos y su parte más oscura… En sus letras hay por tanto mucha Verdad con mayúsculas; supongo que por eso conectaron tan bien con tantos jóvenes y adolescentes en los ochenta y principios de los noventa. Y no solo han cuidado su Música y sus textos sino también su imagen a nivel de Fotografía, Vídeos, presentación de los discos físicos y conciertos en directo. Su música rezuma Belleza por los cuatro costados y sus canciones hablan de la búsqueda de Afecto y de nuestra indefensión ante el paso inexorable del Tiempo.

En total son doce de las veinte etiquetas del Mapa, lo cual no está nada mal… Y podrían ser trece porque vuelvo a recalcar, como hice la semana pasada, que el contraste entre Belleza y Tiempo, que es uno de los temas principales del Blog, lo es también del trabajo de Gore, Gahan, Fletcher y Wilder, aunque nunca antes había sido tan consciente de ello como ahora que he escrito esto… Seguramente esa es la razón por la que me ha gustado siempre (tanto antes como después de empezar con el blog y poner las etiquetas en negro sobre blanco) la música de Depeche Mode: porque está íntimamente relacionada con muchas de las cosas que me parecen importantes en la Vida… Con esto yo creo que ya está todo dicho. Más adelante volveremos a escuchar por aquí a los Depeche; pero no ya los temas de los álbumes oficiales, sino las remezclas de sus maxi-singles, que exploran las distintas combinaciones de las capas sonoras generando a partir de cada original varias canciones completamente diferentes y en muchos casos todas igualmente buenas.



martes, 16 de abril de 2019

Novedades de Moda (Cara A)


Hace algún tiempo os dije que un día dedicaríamos una entrada del blog exclusivamente a la música de Depeche Mode, y ese día ha llegado. Ya he comentado antes aquí que el cuarteto (actualmente trío) de Basildon ha sido siempre uno de mis grupos favoritos, así que comienzo con un breve repaso a su discografía hasta llegar al momento más álgido de su carrera. Su disco de debut es Speak & Spell (1981); como suele ser típico de los inicios, sus temas no son demasiado buenos, ni siquiera el conocido hit Just Can’t Get Enough. El segundo disco, A Broken Frame (1982), también es flojo, y el siguiente, Construction Time Again (1983), empieza a tener buenas canciones pero es también algo irregular.

Some Great Reward (1984) es para mi gusto un trabajo más sólido, marcando el inicio de la madurez del grupo. Pero en mi opinión Black Celebration (1986) es su primer álbum redondo, que se puede escuchar de principio a fin sin que baje la calidad en ningún momento; sin embargo, cuando se publicó yo era aún demasiado joven para apreciar este tipo de música y lo descubrí a toro pasado, así que no me ha dejado el mismo impacto emocional que los tres discos siguientes, sin duda obras maestras… Estamos hablando de la que fue su época de mayor popularidad, con Music for the Masses (1987), Violator (1990) y Songs of Faith and Devotion (1993), de cuyos temas hablaré luego con más detalle.




El objetivo de esta entrada doble es repasar la selección de las mejores canciones pertenecientes a los álbumes de estudio de Depeche Mode, que grabé en uno de mis famosos cassettes (precisamente el número 101 de mi colección) en algún momento entre el final del siglo pasado y el principio de este, ya que contiene temas del Ultra (1997) pero no del Exciter (2001). Esta recopilación de temas escuchada hoy en día sigue teniendo para mí tanta vigencia y tanta fuerza como hace dos décadas. De manera consciente decidí dejar fuera de la selección algunos de los mayores hits del grupo para dar cabida (en los noventa minutos de la cinta TDK) a otras canciones más desconocidas que me gustaban tanto como los himnos más mainstream.

No suelo repetir canciones en los enlaces de audio del blog, y varias de estas ya han aparecido en entradas anteriores, pero aun así quiero dedicar una breve reflexión a cada una de ellas con las sensaciones que me despierta o los recuerdos que tengo asociados. Uno de los puntos fuertes de Depeche Mode son sus letras, muy sinceras y directas, y basadas a veces en los instintos más primarios del ser humano, pero a la vez hermosas y poéticas. Por esta razón, en los enlaces de audio incluyo los subtítulos en castellano para que podáis sacarles a las canciones todo su jugo. Dado este condicionante, en una o dos ocasiones puede que la calidad de sonido del enlace no sea perfecta, pero no os preocupéis, que en YouTube podéis disfrutarlas en todo su esplendor sonoro sin necesidad de rebuscar mucho. Pasemos sin más a la lista.




Everything Counts: Desde el punto de vista estrictamente musical esta canción queda bastante lejos de la perfección, pero está entre mis favoritas por motivos sentimentales. Seguramente debe ser el primer tema de Depeche Mode que escuché en mi vida, durante mi preadolescencia a mediados de los ochenta, en el Jukebox de los salones recreativos Gölo, cerca de mi casa. Supongo que sería la versión original del Construction Time Again, aunque posteriormente me marcó también la versión en directo del 101, disco grabado en 1988, con los asistentes al concierto en el Pasadena Rose Bowl coreando el estribillo mientras el vocalista Dave Gahan los escucha durante lo que parece una maravillosa eternidad… Por cierto, ya en 1983 los Depeche apuntaban maneras en lo que sería uno de sus puntos fuertes más adelante: cambiar las notas del bajo (es decir, los acordes) sin alterar la melodía de la voz para dar un significado totalmente distinto al conjunto… En este caso lo podéis comprobar comparando el primer estribillo, en 1:02, con el último, en 3:07.

I Want You Now: Esta canción del Music for the Masses interpretada por Martin Gore es un ejemplo perfecto de otra de las buenas cualidades del grupo, su capacidad para tratar en las letras temas delicados como el sexo sin hipocresía ni dobles sentidos estúpidos y a la vez de forma elegante y hermosa. En este caso los jadeos y las respiraciones profundas ponen ritmo a una exploración de la pulsión sexual como parte integrante de la angustia existencial inherente al ser humano, como forma de huida ante la insoportable levedad del ser.

Sacred: También del Music for the Masses es esta canción que toca el tema del fervor religioso, tratado por el grupo (no sé bien si de forma literal o metafórica) en varios de sus álbumes; baste recordar, sin ir más lejos, que uno de ellos se llama Canciones de Fe y Devoción. Muy chula la intro, con esos coros angelicales, y otro ejemplo más, al final de la canción, de cambio de acordes sobre la misma melodía, siendo el resultado superior a la suma de las partes que se combinan.




Somebody: Este precioso tema abría la cara B del Some Great Reward, con Martin Gore a la voz y un sencillo acompañamiento de piano. La letra es un resumen perfecto de cómo debería ser una relación sentimental; lo es hasta tal punto que ya he utilizado antes este enlace con subtítulos en el blog, en una entrada múltiple sobre los pequeños detalles que me enamoran de una mujer. Hay un pequeño giro al final del tema que pocos habrán notado, incluso entre los fans del grupo: a partir del 4:05, y casi en el fade out, se escuchan muy discretas, al fondo, las notas de Something To Do, primera canción de la cara A del mismo disco, que trata sobre el vacío, el aburrimiento y la depresión de la vida moderna… Es un cruel contrapunto a la ternura de todo lo que hemos escuchado antes, una especie de oscuro presagio: incluso aunque encuentres una compañera perfecta como la de la canción, esa Conexión desaparecerá con los años y la rutina o, lo que es peor, con la llegada de la Muerte, de la que nadie puede escapar… Una reflexión que no podría estar más en la línea de La Belleza y el Tiempo, y uno solo entre la multitud de detalles que convierten a este grupo en uno de los grandes.

One Caress: Extraída del Songs of Faith and Devotion y cantada de nuevo por Martin Gore, trata varios de los temas de los que ya hemos hablado: la búsqueda de la sensualidad como forma de escapar del tedio; el coqueteo con el pecado y con lo prohibido en contraposición a una existencia vacía regida por absurdas convenciones sociales y obsesionada por el “qué dirán”… Me encantan los arreglos de cuerdas, que si no recuerdo mal eran algo novedoso para el grupo por aquel entonces. Otro detalle que me viene ahora a la cabeza, sin relación con este tema en concreto, es que mi tesitura vocal es muy parecida a la de Martin Gore y Dave Gahan, así que se me da muy bien cantar las canciones de Depeche Mode (las de esta selección me las sé prácticamente de memoria); tal vez esa es otra de las muchas razones por las que me gusta este grupo.




The Landscape is Changing: Sacada del Construction Time Again, esta canción transmite un mensaje ecologista bastante más obvio que el de las anteriores de la selección, más típico de sus comienzos en la primera mitad de los 80. Por supuesto, estoy de acuerdo con la idea de que hay que cuidar del Medio Ambiente, pero me parece que la letra es bastante simplona y carece de esa poesía y ese misterio que tienen sus composiciones posteriores… De esta canción me gusta más la música, que ya iba mostrando indicios de lo que serían sus siguientes discos.

Blasphemous Rumours: El tema que cerraba el Some Great Reward tenía una letra durísima sobre lo irónico y cruel que puede ser a veces el Destino. Cuenta la historia de una joven de dieciséis años que, cansada de la Vida, intenta suicidarse pero fracasa. Dos años después ha encontrado por fin la paz de espíritu y recuperado las ganas de vivir refugiándose en la religión, con tan mala suerte que la atropella un coche y acaba conectada a una máquina de soporte vital hasta que muere al poco tiempo… ¡La alegría de la huerta, vamos! En cuanto a la música, ya por la época del Some Great Reward las canciones de Depeche Mode se caracterizaban por una gran densidad de capas sonoras y riqueza de detalles, y este tema es una clara muestra de ello; especialmente escalofriantes son los sonidos escogidos para representar a la cuchilla deslizándose por las muñecas de la joven (en 0:21, con un suave rasgueo de arpa) y a la máquina de respiración artificial (en 2:41, con la melodía infantil de una caja de música, cuyo modo mayor contrasta con el menor del resto del tema para causar más efecto, mezclada con borboteos y sonidos de engranajes). En el enlace tenéis la versión en directo del 101, que es la que he podido encontrar subtitulada en castellano, pero cuya calidad no desmerece mucho de la original.




Higher Love: Último tema del Songs of Faith and Devotion, esta canción bien podría haber quedado fuera de la presente selección, pero supongo que la incluí porque su duración era justo la apropiada para completar los cuarenta y cinco minutos de la primera cara del cassette y así poder dejar la cinta sonando en bucle continuo (mientras hacía los deberes, por ejemplo) sin que quedaran trozos en silencio… Aun así, me gusta bastante. Recuerdo que el vídeo de este tema interpretado en directo (era el que usaban para empezar los conciertos del Devotional Tour, en 1993) tenía una potencia brutal, con Dave Gahan cantando toda la canción oculto tras unas cortinas translúcidas sobre las que se proyectaban las sombras de los componentes, y que caían al suelo con los últimos compases… En cuanto a la temática, es bastante habitual en las canciones del grupo: se describen las sensaciones de un éxtasis casi místico pero no se detalla si es de tipo religioso, sexual, psicotrópico o de algún otro tipo.

And Then…: Otro de los escasos temas de la primera época del grupo que entraron en mi selección; del Construction Time Again, para ser más exactos. Trata sobre los problemas que la Civilización ha traído al Mundo y sobre volver a empezar de nuevo para no cometer los mismos errores. La letra, como en el caso de The Landscape is Changing, es bastante obvia y simple. Aunque está bastante chulo el juego rítmico del principio, por el que se convierte en sincopada una melodía que no lo parecía inicialmente, la música tampoco es como para tirar cohetes; supongo que esta canción está en la selección más que nada porque, vista en su contexto, representa una evolución hacia delante con respecto a las demás de su álbum, un atisbo de lo que vendría después.




In Your Room: Para cerrar la primera cara, este temazo del Songs of Faith and Devotion, una de mis favoritas entre las favoritas, aunque el enlace no es de la versión del álbum sino del estupendo directo del Devotional Tour. Ya he hablado antes de esta canción en el blog destacando su fantástica densidad de capas sonoras y el gran cuidado puesto en la producción, pero es que toda alabanza se queda corta; la fuerza de este sonido está a años luz de sus tímidos comienzos doce años antes. Os recomiendo que la oigáis con unos buenos auriculares y el volumen alto para poder apreciar la potencia de los bajos, la infinidad de pequeños detalles y cómo los distintos sonidos van viajando de un lado a otro de tu cabeza. Por destacar algún momento concreto, la transición del 3:10 me parece de lo mejor que he oído en mi vida, y describe de forma excelente mediante sonidos la espiral de decadencia de la que nos habla la canción.

En cuanto a la letra, de nuevo se trata de unos versos elegantes pero directos que nos hablan sin tapujos de la sensualidad y el erotismo, no de forma romántica, sino desde el punto de vista de la perversión, la dominación, el instinto animal… Tanto letra como música ilustran perfectamente este abandono a la pasión desenfrenada e irracional que experimenta el protagonista. Escuchando este tema me vienen de golpe a la memoria la confusión y la mezcla de emociones a flor de piel (la angustia existencial, el despertar de la carne) de mi adolescencia… No sé si algún día publicaré en el blog una entrada sobre las experiencias sexuales más intensas que he tenido, pero en caso de hacerlo están claras dos cosas: una, que intentaré redactarla de forma elegante y poética y con el máximo respeto hacia mi ex, como harían los Depeche; y dos, que la versión del álbum de In Your Room será la que utilizaré como “banda sonora”… Lo dejamos aquí por ahora; la semana que viene escucharemos la segunda cara de la cinta.