lunes, 18 de junio de 2018

El Enigma de la Mujer Sin Rostro (I)


La semana pasada os hablaba de la cuota que pago a Oxfam Intermón para ayudar a que haya un poco más de justicia e igualdad entre continentes, y escribiendo sobre la gente que tiene problemas de verdad me vino a la cabeza uno de mis discos favoritos de Sia, artista que descubrí hace tiempo por una interpretación en directo de Chandelier en la que participaba Kristen Wiig, pero a la que he llegado a conocer de verdad en las últimas semanas, escuchando varias de sus canciones de forma casi compulsiva. Hoy hablaremos de su trayectoria musical y de su historia personal, relacionándola la semana que viene con mi propio caso.

Sia Furler es una cantante y compositora australiana, más concretamente de Adelaida. Su madre era profesora de arte y su padre, músico en distintas bandas, estuvo ausente desde que ella tenía unos diez años. En activo desde mediados de los años noventa, grabó su primer disco, OnlySee, en un garaje en 1997, a los veintipocos. Ese mismo año su novio Dan Pontifex murió atropellado por un taxi en Londres, justo una semana antes de que ella se mudara allí con él; animada por otros amigos se mudó de todos modos, pero desde entonces hasta 2003 pasó una fase de depresión, alcohol y drogas. Algunas de las canciones de su disco Healing is Difficult, de 2001, hablan de esta mala época. Durante este tiempo también trabajó cantando para grupos como Jamiroquai o Zero 7. En 2004 se muda a Nueva York y publica el álbum Colour the Small One, uno de cuyos temas, Breathe Me, se utiliza al año siguente para la escena final de la estupenda serie A Dos Metros Bajo Tierra, lo que hace que su nombre resulte cada vez más conocido y que pueda realizar varias giras con éxito.




En 2008 publica el disco del que os hablaba, Some People Have Real Problems, que contiene temazos como The Girl You Lost to Cocaine. Sia tiene una voz maravillosa que controla a la perfección tanto en matices como en potencia, y sus directos (nunca hace playback) suenan alucinantes, a veces mejor que en el disco; recuerdo por ejemplo una actuación suya en El Show de David Letterman interpretando Soon We’ll Be Found (lenguaje de signos incluido) que me pone la piel de gallina cada vez que la oigo. Una de sus características principales es la de ser auténtica, natural, espontánea, la de no ajustarse a los cánones. Con su aspecto desaliñado y algo tosco (ha declarado abiertamente su bisexualidad y entre 2008 y 2011 estuvo saliendo con la también música y compositora JD Samson) no es la típica chica guapa, pero su forma de ser tiene algo especial que a mis ojos la hace muy sexy.

Resulta curioso que, por lo que vemos en los directos disponibles en la Red, en los huecos entre canciones parece una persona frágil, tímida, nerviosa (empezó a beber a los 17 para calmar los nervios antes de sus primeros conciertos), adorable, inocente, casi infantil; y sin embargo en cuanto se concentra para empezar a cantar se pone mucho más seria, como si fuera una persona distinta. Esta espontaneidad y esta inocencia se trasladan también a sus vídeos, que resultan muy originales y divertidos, y a veces también fascinantemente incómodos por la ausencia de prejuicios inherente a su concepción. En 2010 publica su álbum We Are Born, con singles como You’ve Changed o Clap Your Hands, y sigue haciendo más giras por varios continentes. He de reconocer que personalmente prefiero sus canciones alegres y marchosas a las baladas más suaves, y especialmente los singles de este álbum y el anterior me gustan más que la mayor parte de lo que ha hecho después.




Allá por 2011 Sia empezó a sentirse incómoda con su fama y la falta de privacidad asociada; por ejemplo, ella misma ha dicho en entrevistas que un día la interrumpió un fan que quería sacarse una foto mientras una amiga le estaba contando que tenía cáncer. A esta situación se sumó su ruptura con JD Samson. La parte pizpireta, infantil y juguetona de su personalidad que asomaba entre canciones había desaparecido, al menos temporalmente, y no quería que el público se diera cuenta de ello, lo que la hacía sentir aún peor. Sufrió algunos ataques de pánico y encima tuvo un problema de tiroides que inicialmente fue mal diagnosticado. Tuvo otra mala temporada con el alcohol y los calmantes y en un par de ocasiones hasta llegó a considerar la posibilidad del suicidio… Aquí es donde te das cuenta de que la cara pública de un artista no siempre es un fiel reflejo de su vida personal: puede ocurrir que la primera sea muy hermosa y la segunda sea horrible. Creemos que conocemos a los artistas y no es así, solo vemos la cara de la moneda y nos olvidamos de que hay una cruz.

Aparentemente Furler ha tenido siempre una gran facilidad para componer letras con rapidez, así que sobre todo entre 2011 y 2013, para apartarse de los focos mediáticos, se dedicó a escribir canciones para otras artistas como Christina Aguilera (Bound to You), Beyoncé (Pretty Hurts), Kylie Minogue (Sexercise) o Rihanna (Diamonds). También participó en colaboraciones puntuales prestando su voz para temas de otros artistas como David Guetta (aunque al principio no le gustó demasiado que el DJ francés usara de forma imprevista una demo suya para la versión definitiva de Titanium). Estas canciones eran algo más convencionales que sus temas anteriores, pero algunas de ellas fueron auténticos bombazos, y los cheques que le llegaban servían para pagar las facturas sin tener que aparecer en público.




En 2014 Sia saca a la venta 1000 Forms of Fear, un LP con letras algo más personales y oscuras del que se extrae el famoso single Chandelier, gracias al cual tomé contacto con su trabajo. Tanto en el correspondiente vídeo como en los de Big Girls Cry y Elastic Heart la protagonista es la bailarina de doce años Maddie Ziegler, que hace de alter ego de la cantante porque a partir de este álbum Furler decide no salir en los vídeos ni hacer giras, y acuerda con la discográfica que no tiene por qué dar entrevistas. La peluca rubia que lleva la niña (más adelante será bicolor, al estilo Mónica Naranjo) es como un avatar: quien quiera que la lleve puede representarla a ella en los vídeos. Y aunque las letras sean más adultas, la espontaneidad y libertad en el baile de Maddie está muy en la línea de esa inocencia tan típica de Sia.

Cuando interpreta canciones en directo en algún programa o gala oculta su rostro con una peluca más larga, o canta de espaldas al público, mirando a la pared, mientras es otra persona la que baila e interpreta siendo el centro de atención. Solo esconde su cara en las multitudes a la puerta de los eventos o mientras las cámaras están apuntando, y luego se quita la peluca para ser de nuevo una más, para ser de nuevo ella misma. De este modo intenta mantener cierto grado de anonimato y de intimidad, que menos gente conozca su aspecto físico para poder pasear tranquila por la calle sin que se vaya comentando qué ropa lleva, si ha ganado un par de kilos o si va sin maquillar. Curiosamente, el truco de la peluca ayudó a ocultar su cara y a la vez a dar mayor visibilidad a su nombre y a su música. En el terreno personal, entre 2014 y 2016 estuvo casada con el documentalista Erik Anders Lang, aunque la cosa no acabó de funcionar.




En principio había sacado 1000 Forms of Fear para cumplir su contrato con la discográfica, y tenía pensado seguir trabajando solo como compositora a partir de entonces, pero el gran éxito del disco la animó a publicar en el 2016 otro álbum titulado This Is Acting, con temas que había escrito con otros artistas en mente y que estos no habían llegado a utilizar. Por ejemplo, el tema Alive había sido escrito para Adele pero al final la británica lo descartó aduciendo que sonaba demasiado a “canción de Sia”. La danza sigue siendo un elemento importante en muchos de sus vídeos y sigue colaborando a menudo con Maddie Ziegler en esta fase… Algunos han planteado en redes sociales si no es algo hipócrita por parte de Furler poner a la niña bajo todos los focos para salvaguardar su propia privacidad, a lo que ella responde que Maddie ya había participado en concursos televisivos de danza cuando la conoció, que siempre intenta cuidar de ella y tomar las decisiones correctas para su futuro, y que a menudo le pregunta si se encuentra cómoda con esta exposición mediática; en el momento en que no lo esté Maddie será completamente libre de terminar con la colaboración artística que mantienen.

En esta época Sia dio sus primeros conciertos en directo desde 2011, eso sí, con la peluca en la cara y al fondo del escenario, poniendo “la banda sonora” en lugar de ser la protagonista absoluta, mientras la atención visual se centraba en Ziegler y los otros bailarines, o en los vídeos pregrabados que se sincronizaban con la performance… Era una apuesta arriesgada, algo que no se había visto antes, pero las críticas fueron muy buenas. Y el hecho de que gran parte del público desconozca la identidad o el pasado de la cantante ayuda a abordar sin prejuicios la experiencia estética de los vídeos o las performances, valorando su creatividad por encima de la cercanía de la intérprete, lo que ayuda a juzgar su calidad de manera más objetiva; así la propia artista se obliga a esforzarse para que cada nuevo trabajo sea original y novedoso.




El pasado noviembre Sia publicó otro disco titulado Everyday Is Christmas, con canciones de composición propia y de temática navideña como Santa’s Coming for Us. Varias de sus canciones más poperas y convencionales se han utilizado estos últimos años en películas de éxito, pero por lo general tanto estas como otras colaboraciones con DJs y raperos varios (que no me he molestado en enumerar aquí) me dejan algo más frío musicalmente hablando; puede que sirvan sencillamente para pagar las facturas o puede que a la artista le gusten más otros estilos ahora (y está en su derecho, faltaría más), pero en mi opinión la mejor Sia es la de Some People Have Real Problems y We Are Born.

Este mismo año la australiana ha emprendido otro proyecto musical llamado LSD, junto con el músico inglés Labrinth y el DJ estadounidense Diplo, del que han salido ya un par de singles en los que se le aplican retoques a la voz que ella claramente no necesita. Me parece bien que disfrace su cara por privacidad, pero ¿por qué disfrazar su hermoso timbre y entonación, que son precisamente la raíz de su arte? En fin, la moda es la moda… ¡Estoy del autotune y del vocoder hasta el moño! Hace cosa de un mes salió el primer single, Genius, y unos días después el siguiente, Audio (El álbum saldrá en el segundo semestre de 2018). En estos dos últimos vídeos a la cantante la representa un globo flotante con peluca bicolor y lazo, con media cara riendo y la otra media llorando; y el uso de animación tradicional les confiere ese aire inocente y a la vez rebelde y original que ha sido una constante a lo largo de toda su carrera… Tal vez hay una parte de Sia que quiere seguir siendo esa niña de diez años que jugaba y cantaba con su padre, antes de que este se marchase de casa… Creo que con esto ya es bastante por hoy. La próxima semana seguiremos hablando del difícil equilibrio de Sia entre la fama y el anonimato y lo relacionaremos con el uso por mi parte de un seudónimo en este blog.



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