lunes, 10 de febrero de 2014

La Soledad del Corredor de Fondo (II)

El título de esta entrada doble, por si os lo estabais preguntando, lo he tomado prestado de un relato corto escrito en 1959 por Alan Sillitoe, del que se hizo en 1962 una película dirigida por Tony Richardson. Smith, el protagonista, es un presidiario al que le ofrecen ciertas ventajas durante lo que le falta de condena a cambio de ganar una carrera de larga distancia. En un principio acepta el trato; en realidad se siente bastante bien cuando entrena en el campo porque la soledad le permite pensar y poner sus ideas en orden.
Luego volveremos a hablar de Smith, pero antes hablemos un poco de mí. Ya en su día os comenté que, aunque estés continuamente acompañado, puedes seguir sintiéndote solo si no hay una Conexión suficiente con la gente que te rodea. Hoy veremos que, por el contrario, puedes vivir solo y sin embargo no sentirte solo en absoluto… ése es, sin duda alguna, mi caso. Varias de mis amigas me han comentado que les da un poco de miedo vivir sin nadie más en su piso, sobre todo a la hora de dormir, pero yo no tengo ningún problema con eso, incluso a pesar de que el camino al dormitorio lo hago siempre a oscuras por un pasillo bastante largo y de techo alto, lleno de puertas entreabiertas (Otro día hablaremos del miedo en general con un poco más de calma… los que puedan mantenerla). Normalmente duermo a pierna suelta en mi cama de matrimonio, sin tener que preocuparme por despertar a nadie ni por que nadie me despierte con un movimiento brusco o un resoplido más fuerte de lo normal… También a nivel general estoy bastante contento viviendo solo: puedo elegir los programas que quiero ver en la tele, me hago una cena fría cuando no me apetece tirarme mucho rato en la cocina, entro y salgo cuando quiero y no le tengo que dar explicaciones a nadie… Difícil de mejorar, vamos.
 
 
El ser humano tiene el deber consigo mismo de ser libre. Esta Libertad asusta al hombre común, que intuye de algún modo que Libertad y soledad van de la mano. Pero hay dos tipos de soledad: una no deseable, que supone la ruptura de todo vínculo afectivo y la pérdida de contacto con la realidad, y otra que te da la oportunidad de disfrutar de tu propia intimidad, explorar tu interior y renovarte por dentro; una soledad necesaria, creativa, reparadora, productiva, y que puede ser elegida voluntariamente. Que no vivas en pareja no implica necesariamente que te sientas solo, porque tienes aficiones, amigos, familia y trabajo y por lo tanto te encuentras bien contigo mismo. Cuesta un tiempo darse cuenta de que ésta no es una soledad mala: es tranquila, serena, agradable, como de monasterio. Tal vez sería más apropiado, dadas las connotaciones negativas de la palabra soledad, hablar de máxima autonomía existencial: quien ha llegado a ser consciente de que es parte integrante de un Universo lleno de incontables maravillas, aunque esté aparentemente solo, no puede sentirse tristemente solo jamás, porque sabe que todo lo que necesita para ser feliz está dentro de él, en su cabeza. En otras palabras, para no sentirse solo primero hay que haber aprendido a estarlo.
Ya sabéis que soy seguidor de la máxima “conócete a ti mismo”; hay quien lo consigue a través de la escritura, y yo me incluyo en ese grupo. Pero cuidado, no hay que quedarse ahí, también leemos y escribimos para saber que no estamos solos, para saber que hay alguien que nos comprende. Debe haber comunicación en ambas direcciones; esto me hace recordar a aquella joven del comic Las Calles de Arena que escribía cartas para contarle a la gente todo lo que llevaba dentro: ella misma no acababa de tener muy claro si escribía porque se sentía sola o si estaba sola porque escribía. En mi caso, a veces me comparo en el blog con un náufrago atrapado en una isla que escribe mensajes y los lanza al mar en botellas para ver si alguien las encuentra. Escribo las entradas de La Belleza y el Tiempo para los demás pero también para mí… Podría decirse que el blog tiene un triple objetivo: primero, ordenar mis ideas poniéndolas por escrito y averiguar así cuáles deberían ser mis metas en la Vida; segundo, hacer que otras personas disfruten con las entradas y ayudar también a que puedan conocerse mejor a sí mismas; y tercero, establecer contacto con algunas de esas personas, de inquietudes y objetivos vitales similares a los míos, y tratar de alcanzar juntos dichos objetivos.
 
 
Por tanto, saber estar solo es útil para no sentirte solo, pero también para llegar a estar bien acompañado. La capacidad para comunicarte de manera eficaz con los otros (lo que la Teoría de las Inteligencias Múltiples llama la Inteligencia Interpersonal) depende de la capacidad que tengas para dialogar contigo mismo, para verbalizar tus propios sentimientos (o sea, la Inteligencia Intrapersonal). Para todo ser humano debería ser prioritario adquirir la sabiduría suficiente para ser libre y feliz en la Vida, y una vez conseguido esto encontrar una amistad verdadera, un alma gemela igualmente libre (la otra naranja de la que hablábamos la semana pasada), con quien compartir y aumentar su felicidad, en quien poder mirarse para mejorar aún más como persona, haciéndose ambos la Vida más fácil el uno al otro… y si a la comunión espiritual se le añade también una comunión física, pues mejor que mejor, oye.
Dicho de otra forma: a la hora de plantearte una relación de pareja deberías partir de ti mismo, conocerte, aceptarte, respetarte, quererte... y luego tomarte tu tiempo para llegar a conocer, respetar y querer a otra persona que te aporte más de lo que tienes estando solo, una persona con la que valga la pena compartir tu Vida. Como ya comenté hace unos meses, sólo el Afecto surgido de la Verdad y la Libertad de ambos puede perdurar en el Tiempo; el Amor hacia esa persona será inquebrantable porque estará fundado en el Amor que cada uno de los dos tiene por el conocimiento de la Verdad, y además no supondrá tener que renunciar a la propia forma de ser de cada uno.
Aunque todo esto suena muy bonito, no nos engañemos: es muy difícil encontrar una mujer con la que conectes hasta el punto de poder iniciar una relación estable, basada en la sinceridad y el respeto mutuo. Desde que corté con mi última pareja (hace tres años y pico, si no recuerdo mal) he tenido una vida social bastante activa, tanteando el terreno por aquí y por allá, y la verdad es que no ha habido mucha suerte en este sentido… Es curioso que cuanto más me conozco a mí mismo, más me alegro de ser como soy, y cuanto más busco a mi alrededor, más pena me da que haya tan poca gente que piense como yo; veo por tanto cada vez más cercana la consecución del primer objetivo, la felicidad a nivel individual, y más lejana la del segundo, una felicidad aún mayor en pareja.
 
 
Antes hablaba de mí mismo como un náufrago solo en mitad del océano esperando a que vengan a rescatarle, pero ¿y si en el mástil del barco que pasa junto a la isla ondea la bandera pirata? ¿No sería mejor, ante la perspectiva de ser torturado o vendido como esclavo, esconderte tras las palmeras y esperar a que pase otro barco? También podría hacerse una comparación con un autoestopista que camina por la carretera y que baja el pulgar, disimulando como puede, cuando no le gusta la pinta del coche que se acerca por detrás… ¿Y si se trata de dos paletos de la Alabama profunda que te secuestran y te llevan a su cabaña del pantano, encerrándote en un cobertizo y haciéndote tomar parte en sus incestuosas relaciones sadomasoquistas? Llamadme exagerado o desconfiado si queréis, pero creo que soy por naturaleza un solitario y un rebelde, y eso es algo difícil de cambiar a estas alturas… Sigo pensando que es mejor estar solo que mal acompañado.
¿Seguiré pensando así siempre? Aunque antes os comentaba que estoy muy a gusto en mi piso, viviendo a mi aire, también hay algunas cosas que echo de menos: que alguien me bese en los labios de vez en cuando, o que me sonrían levemente sin decir palabra y mirándome muy fijo a los ojos, o sentir en la cama un cuerpo desnudo, suave y cálido, abrazado fuertemente al mío… Hay momentos de flaqueza en los que por un instante me digo a mí mismo: “El día menos pensado, el día que me harte, dejaré de estar solo y dejaré de ser libre, y me echaré novia caiga quien caiga. El día menos pensado me convertiré en uno más entre la multitud…” Ese instante de debilidad, afortunadamente, pasa rápido. ¿Yo, uno más del montón? ¡No, gracias! Como decía Cyrano, prefiero volar libre; posiblemente no muy alto, pero volar libre… y solo. Seguiré buscando una compañera de viaje sin dejar de ser coherente conmigo mismo y sin renunciar a mi integridad, aunque me cueste alguna que otra lágrima.
 
 
En la película que da título a esta entrada Smith acaba rebelándose contra los funcionarios de la prisión el día de la carrera y, a pesar de ir el primero, se para a pocos metros de la meta en un acto de desafío, de afirmación de su espíritu libre y su independencia. Yo tampoco pienso cruzar ninguna meta por obligación, no pienso rendirme a la presión social y encontrar pareja sólo porque es lo que hace (o lo que intenta) todo el mundo. No soy un sprinter sino un corredor de fondo, y voy despacio porque voy lejos. Creo que para poder conocer a alguien realmente especial hay que seguir el camino correcto, sin tomar atajos; ya sé que me costará un tiempo, pero no pierdo la esperanza. Más adelante en el blog veremos si la probabilidad de encontrar a una mujer compatible con mi forma de ser es más alta que la de contactar con una civilización alienígena inteligente, y hablaremos un poco de la Ecuación de Drake.

9 comentarios:

HOPE dijo...

Por mi experiencia te puedo decir que en mi caso, contra más vives sólo más te gusta, y eso es lo bueno y lo malo. Si al principio eras exigente, poco a poco como vas haciendo más cosas a tu "puro gusto 100% ", menos ganas de renunciar al mínimo detalle tienes, por lo tanto más exigente te haces... más difícil caer con alguien compatible con las exigencias...más tiempo sólo, mejor vives... Es un círculo del que ya no se puede salir ;)
¡Ten cuidado! jajajaja

Kalonauta dijo...


Estoy completamente de acuerdo con esto, Hope, aunque me parece que pasa sólo con la gente organizada y capaz, la gente que sabe cómo emplear su tiempo de manera eficiente y fructífera, como tú y como yo: en resumen, gente que está a gusto consigo misma. Luego está la gente más desastre, que no sabe qué hacer con su tiempo, que están como perdidos, y que necesitan alguien que les organice la vida y que les diga lo que hacer en cada momento, que les saque de la monotonía en la que han acabado metidos (la semana anterior hablé de esto un poco de pasada, al principio de la entrada).

Efectivamente, cuanto más tiempo estás viviendo solo, más perfeccionas las pequeñas rutinas diarias, adaptándolas a tu propia manera de ser y a tus objetivos vitales, que no tienen por qué ser los mismos para otra persona, con lo que se vuelve más y más difícil encontrar a alguien totalmente compatible.

De todos modos, a mí me reconforta pensar que a una mujer medianamente compatible conmigo pero a la vez independiente como yo no le importaría empezar la relación vivendo cada uno en su piso y viendo cómo va la cosa... Si al cabo de un tiempo comprobamos que podemos dar el paso y vivir juntos, pues estupendo, y si descubrimos que estamos más a gusto viviendo cada uno en su espacio, sin necesidad de compartir las 24 horas del día, pues tampoco pasa nada. Yo particularmente no veo el vivir bajo el mismo techo como una condición imprescindible para que una relación funcione bien... Ahora lo que me falta es encontrar a una mujer que me guste y que opine lo mismo. :-)

¡Un abrazo!

HOPE dijo...

Juan,
yo te animo a que sigas buscando entre otras cosas para que no quedes "desaprovechaoo" que sería una pena. No te enfades, era una bromita. ;)
Respecto a tu idea de que no es necesario estar bajo el mismo techo para que funcione, creo que hay mucha más gente de la que tú te crees que puede estar buscando esto, el problema es que esto viene muchas veces confundido por mucha gente porque el individuo que plantea esta situación quiere una relación meramente sexual, y aquí es donde viene el lío, porque algunos , en su derecho buscan esto, y otros aunque no quieren una relación "con típicas características", si desean una relación más profunda y de complicidad con el otro, no únicamente en el campo sexual.
Difícil hablar en tan poco espacio y tiempo, de tanta variedad posible en las relaciones, lo que si quiero decir es que afortunadamente los esquemas de prototipo de pareja se están reinventando y muchas veces para mejor, pero aún nos queda mucho por aprender e investigar.
Yo creo que seguiré atrapada en el círculo: Cada vez vivo mejor, no puede renunciar.. más exigente... menos compatibilidad...más tiempo sola... mejor vivo... LO VES NO PUEDO PARAR. Ja, jajajajaja

Cancro dijo...

Qué tal Kalonauta,

Siento ser pesimista en ésta ocasión, pero la verdad es que no creo que sea posible encontrar una pareja con la que uno pueda ser feliz a largo plazo.
Los seres humanos no estamos pensados de esa manera, es imposible que dos personas evolucionen siempre en la misma dirección (o al menos muy poco probable). Lo que hace que la mayoría de las parejas acaben distanciándose de algún que otro modo con el paso del tiempo. Aguantar o no aguantar es cosa de cada uno, y supongo que en la mayoría de casos la inercia tiene mas fuerza que la consciencia, y nos encontramos con parejas de años astiadas preguntándose por qué no son felices.
Lo que quiero decir con esto es que esperar encontrar algo especial no tiene (a mi modo de ver) mucho valor, y que más merece intentar conocer a la gente apropiada para caminar ciertas partes de la vida en compañía, que esperar a alguien "realmente especial" que probablemente nunca llegará. Esencialmente, porque al final cada uno evolucionará hacia puntos diferentes, y lo que había de especial en un comienzo dejará, poco a poco, de existir.

Bajo mi punto de vista, las personas no deberíamos plantearnos la vida en pareja a largo plazo, sino en periodos de conocimiento y disfrute mutuo, hasta que la cosa pierde su intensidad, para continuar despues cada uno con su camino individual. De ese modo, además de conocer más experiencias, puedes disfrutar en más ocasiones del proceso de "encandilamiento", que da esa alegría y esa sonrisa permanente.

Desgraciadamente, en la sociedad en la que vivimos no está muy bien visto éste sistema.. pero bueno, ¿a quién le importa?.
Sobre la soledad he de decir que hay un inconveniente terrible que hace que muchas personas se emparejen si o si, y es el hecho de que mucha gente no podría emanciparse a no ser que lo haga en compañía, por la simple economía. Un problema que involucra a muchas más presonas de las que nos imaginamos, y para las que vivir en pareja marca la diferencia entre vivir y sobrevivir... Es una verdadera lástima (como poco, y por no usar otro término, como tragedia)

Aún me vienen a la cabeza muchas ideas sobre este tema que me gustaría comentar, pero no me voy a liar mucho más, ya que es un tema complejo que involucra muchos conceptos, a mi parecer erroneos (familia, descendencia, etc...) en los que habría que extenderse un buen rato, así que por el momento lo dejo aquí ;)

Un abrazo!

Kalonauta dijo...


Hola de nuevo, Hope, y antes que nada gracias por el piropo... Porque era un piropo, ¿no? ;-)

En cuanto a lo que yo en particular busco en una relación, está claro que el sexo es importante para mí, pero no podría estar con una mujer que no me gustara también desde el punto de vista intelectual y espiritual, aunque vivamos cada uno en su casa.

Ya sé que soy bastante exigente, ya, pero bueno... Y encima, al escribir estas entradas en el blog, es como si me obligara a mí mismo a cumplir lo que pienso, porque si después de contaros todas estas parrafadas resulta que acabo saliendo con la primera medio decente que pase, voy a quedar fatal con mis lectores. Dejar esto por escrito me sirve como estímulo a la hora de seguir buscando (Quemar las naves, como se suele decir).

Coincido contigo en que están apareciendo nuevos modelos de pareja... Muchos amigos o amigas míos tienen parejas de las que has oído hablar, pero a las que no has visto más que un par de veces en años; es decir, que no comparten ni piso, ni amistades, y si mucho me apuras ni siquiera aficiones. Lo de mantener los grupos de amigos separados es bueno para que no haya problemas si la pareja se rompe, pero a la vez es una pena porque significa que esas dos personas quizás no confían mucho en que la relación vaya a durar. Este es un tema realmente peliagudo, y si te soy sincero yo todavía no sé cómo lo voy a enfocar en mi próxima relación, porque a causa de la anterior he pedido el contacto frecuente con algunos de mis antiguos amigos... Es muy difícil encontrar el punto justo de equilibrio en el que ambas personas compartan suficientes aficiones, amigos y en definitiva tiempo, pero preservando a la vez cierta cuota de independencia para cada uno por separado.

¡Nos vemos! :-)

Kalonauta dijo...

¡Hola, Cancro!

Quiero empezar comentando la idea de que mucha gente no puede vivir sola porque no tiene suficiente dinero: estás en lo cierto. He de reconocer que para que la discusión del problema sea más manejable, lo trato desde mi punto de vista, y yo soy un privilegiado en este aspecto: tengo unos padres a los que no les faltó dinero, tiempo ni aptitudes para darme una buena educación, que me inculcaron el suficiente sentido común como para no tener muchos gastos, y que me hicieron ver la importancia del trabajo duro, con lo que me ha resultado fácil encontrar un empleo que me gusta y tener resueltos los problemas de dinero... Pero no todo el mundo ha tenido esa suerte en la vida, claro.

Esto lo pensaba cuando escribía que "estando solo no tienes por qué sentirte solo, ya que tienes trabajo, aficiones, familia (padres, hermanos, etc), amigos..." Es verdad que hay quienes no tienen trabajo, o han perdido a su familia, o tienen problemas de salud, y en esos casos lo que cuento no puede aplicarse 100%... A estas personas les pido disculpas, pero es que me resulta imposible cubrir todos los posibles casos. Quede al menos constancia de ello aquí.

El otro gran tema que tocas es el de una pareja para cada etapa de la vida... Lo ideal sería encontrar una de la que no te aburras nunca, gracias a los puntos de conexión en distintos aspectos, pero ya digo que esto es difícil. Buscar una pareja para siempre debe ser sólo la meta a seguir, hay que ser flexible, no tan extremista como el tipo de la tienda de comics. Pero ¡ojo!, tampoco hay que ser demasiado flexible.

Lo que comentabas me ha recordado una frase que oí en una peli: "No esperes sólo a que pase la carroza de la Reina de la Fiesta, porque te perderás el resto del Desfile". Yo no busco un imposible, tan sólo alguien con unos mínimos de compatibilidad, pero es que ni eso, oye, la cosa está difícil, y varias de las mujeres que cumplen los requisitos ya están pilladas... :-/

Si no me equivoco, el Homo Sapiens Sapiens está biológicamente diseñado para ser fiel a su pareja una temporada, mientras crían a los hijos, pero no para toda la vida... El problema llega cuando se desarrollan sociedades más avanzadas y se crean estereotipos como el de la unidad familiar inquebrantable, reforzado por la iglesia cristiana durante dos mil años.

Cuando no existía el divorcio, la cosa era "hasta que la muerte nos separe", y como tú dices la gente se resignaba a vivir el resto de su vida con la misma persona aunque el amor hubiese desaparecido (o incluso cuando nunca hubiese existido). Esto es malo a nivel de la felicidad individual, pero tal vez bueno a nivel de la estabilidad de la especie: bueno para que los hijos crezcan en un entorno más estable (Aquí a lo mejor estoy pisando terreno pantanoso, pero si yo volviese a ser niño, no me gustaría tener sólo padre o sólo madre; creo que ambos aportan cosas importantes a tu educación).

La cosa se complica aún más en el siglo XX, cuando los medios de comunicación de masas (cine, TV, publicidad, etc) nos empiezan a generar unas expectativas totalmente sesgadas e irreales acerca de lo que debemos esperar de una relación sentimental. La gente se fija sólo en lo superficial, y ya no se conforman con nada, lo que introduce todavía más confusión en el ámbito sentimental y familiar...

Que conste que yo también busco algo mejor de lo que hay por ahí, pero en otro sentido completamente distinto... Vamos, que no voy buscando una rubia de dieciocho años con cara de ángel y unas tetas que desafíen la ley de la gravedad, como las de las películas... Lo que sí está claro es que, como mucha otra gente, yo también estoy confuso con todo este tema...

Sobre la opción de tener o no hijos, también importante en las relaciones de pareja, ya hablaremos con calma en otra entrada, más adelante, porque ¡tela marinera con el tema, que se las trae...!

¡Un saludo!

Cancro dijo...

Hola de nuevo Kalonauta,

Comentas varias cosas interesantes. Te doy mi punto de vista.

"Lo ideal sería encontrar una (pareja) de la que no te aburras nunca, gracias a los puntos de conexión en distintos aspectos, pero ya digo que esto es difícil. Buscar una pareja para siempre debe ser sólo la meta a seguir"

Este, desde luego, es uno de los puntos clave. Como bien comentas, el aburrimiento... Entiendo que es triste pensarlo, pero no puedo creer que haya alguien que pueda no aburrirte en 10, 20, 30 años... Y pongo como ejemplo la música, que siendo un elemento abstracto, le ofrecemos nuestros sentimientos sin ninguna condicion.
Seguro que puedes recordar alguno de tus temas favoritos de hace 15 o 20 años, por ejemplo, pero no un tema cualquiera, alguno de aquellos que podías escuchar 20 veces seguidas y siempre te ponía la piel de gallina. Prácticamente se podría decir que ese tema te tenia "enamorado". Pasan los años y vas dejando de escucharlo, aunque cuando lo escuchas te sigues sintiendo muy atraido, cuanto más tiempo pasa, menos efecto tiene, y menos, hasta que al final dejas de escucharlo y para ese momento ya has encontrado algún otro que ha ocupado su lugar... De vez en cuando lo vuelves a escuchar, pero el efecto ya no es el mismo, ni de lejos, que las primeras veces. Lo has interiorizado y continúas más allá, buscando otras sensaciones nuevas, o algo que te aporte nuevas experiencias... Ese es el punto. Evolucionamos incluso superando las cosas que amamos, y no es que dejes de amar esa vieja canción, pero ya no la necesitas, necesitas seguir adelante y encontrar algo nuevo.
Obviamente, en el caso de las personas, son ambas personas las que siguen adelante, las que despues de interiorizar ese amor deben continuar con sus vidas hacia donde su evolución les guíe, porque tarde o temprano, sus intereses y lo que hacía que resultasen necesarios el uno para el otro irá perdiendo intensidad hasta desaparecer.
Esos puntos en común que les mantenían unidos durante la relación han cambiado, y lo que le interesaba profundamente a alguno de ellos en una época, ya no le interesa tanto ahora, y resulta que lo que le interesa ahora ya no le interesa a su pareja, y así, y así, y así... Y eso es lo que nos pasa, que somos cambiantes, que cambiamos de inquietudes, incluido el amor. Absorvemos la experiencia y continuamos.
En definitiva, lo que quiero decir es que encontrar a una pareja que siempre te proporcione experiencias nuevas, y con la que siempre tengas puntos en común es muy poco probable, por no decir prácticamente imposible. Por no hablar de la responsabilidad de uno mismo con su pareja, a la que también tendría que proporcionarle experiencias nuevas para mantener esa unión. Obviamente.

"La cosa se complica aún más en el siglo XX, cuando los medios de comunicación de masas (cine, TV, publicidad, etc) nos empiezan a generar unas expectativas totalmente sesgadas e irreales acerca de lo que debemos esperar de una relación sentimental. La gente se fija sólo en lo superficial, y ya no se conforman con nada, lo que introduce todavía más confusión en el ámbito sentimental y familiar..."

Ésto, desde luego, es el otro gran punto. Tanto la idea de pareja que nos venden a través de los diferentes medios, como lo que muy bien comentas en otro parrafo, que es la iglesia, con sus doctrinas absolutamente disparatadas.
Obviamente, la familia (empezando por la pareja) fué necesaria para la evolución de la especie durante un buen montón de años. Sin duda. Pero esto es algo, que ya deberíamos empezar a superar, ya que el concepto de familia es un error, y aunque esto pueda sonar algo extraño ahora, es a lo que reflexionar sobre el tema te lleva indudablemente a pensar. La unidad familiar reduce nuestra capacidad de descubrir información y experiencias de una manera tremenda, limitando nuestros conocimientos esenciales (lo que aprendemos de nuestros padres desde la niñez) simplmente a dos personas, en el mejor de los casos, en un planeta donde millones de personas pueden ofrecernos conocimiento...


Cancro dijo...

En fin, caballero, creo que voy a parar ya, que llevo un buen ladrillo y en seguida me disparo.
Como siempre, se me quedan muchas cosas en el tintero, y quizás no haya expresado todo lo claramente que me gustaría las ideas, pero bueno, lo aclararemos en alguna futura charla ;)

Un abrazo, caballero!

(Maldita sea, he superado el límite de texto!!) :D

Kalonauta dijo...


A mí ya me ha pasado un par de veces lo de superar el límite de extensión... Si llegas a unas 700 palabras, te sale el mensajito y te toca podar y resumir el texto (hay quien con un comentario de los nuestros se haría dos o tres entradas del blog, no te exagero). ;-)

En cuanto a las canciones de nuestra juventud, yo todavía me pongo como loco cuando oigo el Killing in the Name a toda pastilla, oye... de hecho, me ocurrió hace apenas un par de meses, y si no te lo crees, pregúntale a las chicas... :-D

Ya que hablas del modelo familiar actual, precisamente ayer estaba viendo por La 2 la segunda parte del documental francés La Odisea de la Especie y comentaban que los distintos clanes empezaron a estructurarse en unidades familiares hace unos 10.000 años, más o menos al mismo tiempo que se descubrieron la agricultura y la ganadería.

La última idea que comentas es interesante, pero tendría que pensar un poco más sobre ella... Está claro que los primeros seis años de vida de un niño son importantísimos, pero yo creo que en esa etapa, aparte de recibir (sobre todo, eso está claro) información de los padres, también lo hace de forma indirecta de otras personas, a través de los libros que lee, los juguetes que usa o los dibujos animados que ve (también es verdad que los libros, los juguetes y los dibujos los eligen los padres). Ya seguiremos hablando más adelante de esto, y de lo que estuvimos comentando una noche, hace unos meses, de que procrear seguramente limita tu capacidad para crear... Pero poco a poco, no agotemos todo el tema de conversación en una sola entrada.

¡Un saludo, Cancro!