Allá por agosto, justo antes de poner en marcha el blog, una de
las cosas que no tenía claras era la periodicidad. ¿Publicaría una, dos o tres entradas
semanales? En seguida me di cuenta de que no quería publicar cualquier cosa,
quería que las entradas tuviesen un mínimo de calidad literaria, con su planteamiento, su nudo y su desenlace,
y que a la vez resultaran suficientemente didácticas y exhaustivas como para
ser útiles a la gente… ¡Casi ná! Construir textos suficientemente elaborados
cuesta tiempo y esfuerzo; por tanto, llegué pronto a la conclusión de que no
podría hacer más de una entrada semanal o de lo contrario mi dedicación al blog
acabaría afectando a mi trabajo y a mi vida social.
Había leído en los tutoriales
disponibles en Internet que lo normal es no sobrepasar las 400 palabras por
entrada, para que los lectores no se cansen demasiado y de esa forma se
acostumbren a seguir el blog regularmente, así que ése fue mi objetivo inicial,
y de hecho más o menos lo conseguí durante el primer mes; pero en seguida veo
que 400 palabras se quedan cortas para decir todo lo que siento,
de modo que poco a poco la extensión de las entradas va creciendo. Me propuse
no superar la barrera de las 1200 palabras por entrada, pero pronto empezó a
ser evidente que determinados temas en concreto daban para mucho más que eso.
Fue entonces cuando decidí partir las entradas particularmente largas en
distintas entregas.
Que un mismo texto te dé material para dos semanas es por una
parte una alegría, ya que puedes relajarte un poco de ese estrés (autoimpuesto,
por otra parte) de los plazos de entrega cada lunes por la noche, pero por otro
lado convertir una entrada en dos no es tan sencillo como partirla por la mitad
y ya está: supone modificar la estructura narrativa para que sean ocurrentes o emocionantes
no sólo el principio y el final,
sino también el punto donde se interrumpe la narración, para crear un efecto
cliffhanger y que la gente no se
pase una semana esperando justo en el punto más soso de la historia. También
supone buscar más fotografías que estén relacionadas con la entrada, más
hipervínculos interesantes, dos enlaces a temas musicales en vez de uno… Todo
esto requiere tiempo de trabajo, pero aún así este pequeño esfuerzo extra compensa.
Incluso haciendo uso de dos o hasta tres entregas, había temas que todavía daban para más, como me
ocurrió con “Sin Aditivos ni Colorantes” o “A Cinco Metros Bajo Tierra”. Mucha
de la información interesante que manejé en estos casos queda pendiente para
nuevas entradas más adelante, pero había cosas que, por coherencia y por unidad
temática, o se ponían entonces o ya no se usaban nunca más; y me niego a hacer
entradas con cuatro o más entregas consecutivas, porque eso haría perder variedad
temática al blog y algunos lectores, cansados de estar todo un mes leyendo sobre
un tema que no les interesa, dejarían de visitarlo. Todo esto, unido a mi falta
de tiempo para poder resumir un poco las entregas una vez hechas, nos lleva al
momento actual, con una entrada triple en la que cinco metros de tierra dan
para escribir un total de casi 5000 palabras. La entrega del lunes pasado,
sobre las riadas del Turia, es récord absoluto, rondando por sí sola las 2000
palabras, cinco veces la dosis recomendada. Lo dicho:
Esto se me va de las manos.
Con todo ello no quiero decir que esté a disgusto con el tema del
blog, ni mucho menos… De hecho hay fines de semana que me pongo a escribir y lo
disfruto tanto que entro como en trance (el término técnico es estado de flujo),
y cuando me quiero dar cuenta han pasado volando hasta cinco horas… Así no es
de extrañar que me salgan tan largas las entradas, claro. Pero también es
verdad que a veces sufro mucho para poder dejarlo todo bien hilado a tiempo, y
la redacción de los textos me quita tiempo para otras cosas que también me
apetecería hacer. Algunos blogueros me han comentado que tienen una relación de
amor-odio con su blog, que pasan de temporadas en las que le dedican todo el
día a otras en las que no quieren ni pensar en él; aunque a mí esto no me pasa
todavía, la verdad es que empiezo a entenderlos un poco. Además, pensando a
largo plazo, creo que haciendo entradas tan largas estoy tirando piedras sobre
mi propio tejado en aras de la calidad actual del blog. Ahora mismo tengo
montones de ideas en la recámara, pero si meto demasiadas de ellas en cada
entrada puede que algún día más o menos lejano, de aquí a un año, o tres, o
cinco, se me acaben y baje el nivel de calidad; tengo miedo de agotar todos mis
cartuchos y pasar de repente de cien a cero en una semana.
Creo que mi problema radica en que soy demasiado perfeccionista: como
decía una vez en una entrevista José Luis Gil,
doblador de cine y Enrique Pastor en la serie “La Que Se Avecina”, soy un vago
frustrado. Cada día me repito a mí mismo que lo que tengo que hacer es
simplemente no agobiarme y disfrutar de lo que salga, aunque no sea perfecto;
pero es que el blog no lo hago sólo para mí, también me debo a mis lectores
(¿Hay alguien ahí…?), y supongo que hay gente que, aun gustándole La Belleza y
el Tiempo, tiene otras muchas cosas que hacer al cabo de la semana y se les
hace muy cuesta arriba encontrar un rato para leerse una parrafada de 2000
palabras (más enlaces). Me encantaría conocer vuestra opinión acerca de todo
esto a través de los comentarios: ¿Os resultan largas las entradas? ¿Se os
hacen pesadas o las veis bien así? ¿Y qué opináis de las entradas en varias
entregas? ¿Preferiríais que las más largas se fuesen publicando por capítulos
menos extensos, aunque de esta manera quedaran divididas en más de tres
entregas? Me interesa mucho saber qué pensáis porque, como ya he dicho antes,
este blog se hace en gran medida para vosotros y vosotras. La semana que viene seguiremos hablando de este tema, aunque desde un
punto de vista más general, y veremos cuál es la diferencia entre Escribir para
vivir y Vivir para escribir.
4 comentarios:
Hola Kalonauta, hace tiempo que no comento en el blog, pero eso no significa que no te lea puntualmente eh? Hay costumbres muy sanas y estimulantes, y una de ellas es dejarme caer por tu entrada semanal. Y siempre aprendo alguna cosa nueva oye...
Yo te puedo dar mi modesta (y nada vinculante) opinión como blogger pero también como lector. Lo que comentas de la relación amor-odio con tu blog lo comparto completamente. Hay épocas en que sólo piensas en cosas para poner en él y otras en la que te das cuenta que no actualizas desde hace un mes, y que cada vez te da más pereza renovarlo con regularidad. Yo siempre he envidiado a los que siguen la máxima de que "la inspiración te pille trabajando", porque por desgracia siempre he sido de los de esperar a la musa con el peregrino pretexto de "sólo escribo cuando estoy inspirado". Una manera burda de autoengaño, no lo puedo negar...
Y como lector te diré que lo que más valoro en un blog es sentir que quien escribe disfruta lo que está haciendo, independientemente de la extensión. Me puede parecer igual de interesante una entrada breve tipo haiku con una foto como una parrafada de las que te pasas un rato bajando el scroll. Si el tema te interesa, da igual cinco palabras que cinco mil. Así que, como sé que disfrutas de lo que haces, no te calientes la cabeza con si te estás pasando o no de extensión. A los que nos gusta leerte no nos importa en absoluto. O al menos, eso es lo que yo creo.
Por mi parte seguiré visitándote y leyendo atentamente lo que escribes. Como siempre, enhorabuena, y mucho ánimo.
Un abrazo!
Héctor, ya sabes que te agradezco que te pases regularmente por aquí; que me lean personas con la cabeza bien amueblada significa que la mía tampoco está mal del todo. Y me encanta que aprendas cosillas de vez en cuando, y que las encuentres útiles.
En cuanto a la relación amor-odio, cuando lo escribí en la entrada tú eras una de las personas en las que estaba pensando, porque recuerdo que ya lo habíamos estado comentando alguna vez. Y no te recrimino que tardes en actualizar Quiméricos Inquilinos porque sé que tienes muchos proyectos entre manos, no es la primera vez que comento esto por aquí... Supongo que ya sólo el podcast de Cine L'Atalante os debe quitar muchísimo tiempo; más luego todo lo que no es el podcast...
En cuanto a la longitud de las entradas, sigo a la espera de recibir más opiniones; en principio la idea es escribir lo que me pida el cuerpo pero sin pasarme demasiado, que lo que las 2000 palabras de las riadas ya me pareció un poco abusar de mi público (es como cuando quieres enseñar a los amigos, todo emocionado, las 2000 fotos de tu último viaje a Benidorm).
¡Nos vemos!
En mi opinión la longitud de las entradas no son ningún problema para el lector, aunque quizás si para ti que te lo trabajas. Las haces tan amenas e interesantes, que tu diras que son 2000 palabras, pero yo como si hubiera leido 10, cuando acabo me saben a poco. Lo de que el tema siga muchas semanas seguidas, es cierto que conforme lo explicas aunque a mí no me ha pasado, (aún no he leído el retraso desde agosto), es cierto que quizás a alguién que no le interese nada, nada, nada el tema, pues igual no lo lee, pero entrar al blog , entrará a ver si has cambiado de tema ¿no?, jajaja. Yo seguiré leyendo, y el día que me resultes repetitivo, cansino o algo por el estilo, te lo diré. De momento: ¡ Que-re-mos más! Eso si relajate que esto es para disfrutarlo, una cita obligatoria tampoco es. Y pensando bien, podrías hacer una cosa, para escribir (Largo) cada 15 días y no cada semana y desestresarte, tu comentario de una semana podría ser lanzar una pregunta de opinión , sin desarrollarlo a los lectores, y a la semana siguiente con los comentarios que te realicen, ya te "pegas el curro" y escribes sobre ello. Es decir estas presente todas las semanas, encima creas debate, y cada 15 días te documentas, redactas, te extiendes las palabras que te dé la gana.... y encima enganchados los que habrán comentado, corriendo a ver que has puesto. No sé, igual te parece una tontería, pero yo creo que podría funcionar.1 semana lanzas un tema al aire con 4 líneas, a la otra hablas sobre ello ¿Qué te parece?, sería más liviano de llevar y no menos interesante ¿No crees?
¡Gracias por los cumplidos, Hope! Me alegro de que te lo pases bien leyéndome. En cuanto a tu propuesta, la verdad es que no acabo de imaginármelo del todo... En principio yo lo concibo de esta manera: las entradas son para expresar mi opinión sobre un tema en concreto y los comentarios (si los hay) son para ampliar un poco más, incluyendo ya las opiniones de los lectores...
Además, le veo dos problemas añadidos a basar en parte las entradas en las contribuciones de los lectores: la primera es que puede haber semanas que no responda nadie, o que respondáis pero tarde, con lo cual no me da tiempo a redactar bien las conclusiones...
No sólo eso: aunque a la gente le parezca raro, soy un bloguero que no dispone de Internet los fines de semana, precisamente cuando más tiempo tengo para escribir, con lo cual si tengo que depender de la comunicación (vía Internet) con mis lectores para redactar cada entrada me estresaría todavía más: "¿Habrán comentado algo más y yo no lo he visto? ¿Doy ya la entrada por cerrada? ¿Sí? ¿No?" No sé, no lo veo, creo que por ahora seguiremos con este método.
Pero por supuesto muchas gracias por la sugerencia, Guapísima, y gracias por el resto de tus contribuciones. Me parece que a este ritmo puedes batir pronto el récord de número de comentarios en el blog. Y me alegra que estés comentando también en entradas antiguas; al fin y al cabo trato de escoger temas que no caducan con el paso del Tiempo, así que animo a todo al mundo a que comenten en las entradas que más les gusten, aunque no sean muy recientes.
¡Un abrazo, Hope!
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