La semana
pasada hablábamos de horarios de acceso gratuito a los museos y hoy empezamos con el mismo tema… En su día os conté que en diciembre de 2023
fui un par de veces al Centro de Arte Hortensia Herrero y saqué fotos de las cuales
os pasé una selección. También os dije que a partir de 2024 los miércoles por la tarde
serían gratuitos… Pues bien, el pasado miércoles 16 volví a visitarlo. Hice la
reserva lo más pronto posible, a las tres de la tarde, para tener tiempo
suficiente de recorrer el lugar a conciencia, agotar sus posibilidades
estéticas y ver todos los vídeos explicativos de la historia y restauración del
edificio que hay en el sótano, junto a las ruinas del muro del circo romano.
Luego pensé que tal vez las tres de la tarde en pleno julio, con el calor de muerte que está haciendo, no era la mejor idea para atravesar la ciudad de camino al
museo.
A pesar del calor del trayecto mi elección se vio (de manera inesperada) recompensada
al llegar, porque la luz caía a plomo a través de la claraboya del vestíbulo y
la obra site-specific de Tomás Saraceno proyectaba decenas de preciosos reflejos de colores en las paredes y el suelo…
Tras sacar algunas fotos, decidí hacer un primer recorrido rápido por las otras salas solo para ver si podía pillar otros efectos similares producidos por esa fuerte
luz cenital… Cuando las obras de arte no han cambiado (como es el caso) las
principales diferencias entre dos sesiones fotográficas separadas por año y
medio pueden deberse a los juegos de luces por el cambio en la estación o la
hora del día, o a que la vegetación haya crecido, pero también simplemente a
que percibes otros detalles, encuadres o diálogos entre elementos que antes habías
pasado por alto.
Al final estuve cuatro horas largas en el edificio y me hice el circuito de
las salas varias veces, una de ellas en sentido contrario, que también ayuda
para encontrar detalles nuevos (o un chicle pegado bajo el pasamanos de la escalera).
Saqué muchas fotos interesantes, incluyendo varias relacionadas con el omnipresente
logo de los cinco arcos (al final
creía verlos hasta donde no los había).
Igual que ya he hecho antes con el Cementerio General o el Parque Central,
he decidido que la visita se merecía subir una nueva selección de veinte
imágenes al blog, así que aquí la tenéis. Ya he visitado el CAHH en invierno y
en verano; estoy completamente seguro
de que si en un par de años vuelvo en otoño o en primavera encontraré aún más motivos interesantes en los que no caí las veces anteriores.
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