Hace dos semanas os hablé de Aubrey Plaza y su vídeo de ASMR, y os prometí
que más adelante os explicaría con detalle cuáles son las razones por las que
no puedo dejar de ver vídeos suyos en YouTube, ya sean de entrevistas o de
fragmentos de películas y series en las que ha participado, así que he pensado
que hoy es un día tan bueno como otro cualquiera para hacerlo… También os dije
que Aubrey no es la única con la que me pasa esto (aunque sí la que me ha
impactado más fuertemente en los últimos meses), y de hecho ya hemos hablado
anteriormente en el blog de otros casos similares, como los de Kristen Wiig
o Sia Furler.
En la entrada de hoy me propongo enumerar brevemente a otras actrices,
cantantes y humoristas que me cautivan no solo por ser atractivas o sexys,
sino por resultar además graciosas, ocurrentes y originales
tanto en su trabajo como en la promoción del mismo; por ser, en resumen, un
poco payasas en el sentido más cariñoso del término.
De nuevo pido perdón a los que no se manejen bien con
los idiomas, porque la mayoría de los vídeos que he recopilado, donde radica
parte de la gracia, están en inglés.

Ya que hemos hablado de Kristen Wiig, empezamos con su compañera del
Saturday Night Live Kate McKinnon.
Aunque últimamente ha participado en varias comedias en el Cine, yo la conozco
sobre todo por sus sketches, en los que imita a celebrities y políticos y
también a gente más del montón como la señora que pintó el Ecce Homo. No sé por qué, una gran parte de
los vídeos que recuerdo de Kate están relacionados con mascotas,
y de hecho una de las extravaganzas que tiene en las entrevistas es la de
hablar de su gato Nino como si fuera
su hijo… Me gusta mucho ese humor tan gamberro y surrealista que tiene, esa
manera de ser tan desgarbada y su increíble vis cómica.
Emily Blunt no es humorista de profesión y por tanto no es tan graciosa como
Kate, pero hay que reconocer que resulta adorable en las entrevistas cuando
cuenta anécdotas sobre su marido John Krasinski
o sobre sus dos hijas pequeñas.
He de reconocer que envidio al tal Krasinski: aparte de tener una cara de ángel
y una caída de ojos que desarma a cualquiera, Emily es también una mujer
bastante ingeniosa y parece muy inteligente, por lo que se deduce de sus
apariciones en los medios. La carrera de esta actriz británica incluye dos
peliculones sobre viajes en el Tiempo como son Looper y Al Filo del Mañana (una
razón más para que me guste), por no mencionar otros como Sicario o Un Lugar
Tranquilo… Todos estos papeles son bastante serios, lo que por contraste hace
más refrescantes las entrevistas en las que se pone en plan gracioso. Dentro de
muy poco se estrenará la nueva de Mary Poppins, en la que Emily interpreta a la
famosa niñera, lo que no es de extrañar ya que ella es prácticamente perfecta en todos los sentidos.

Un poco más cerca nos pilla la humorista Ana Morgade, a la que vengo
siguiendo desde hace años, cuando trabajaba haciendo sketches para Buenafuente. También ha demostrado sus tablas
en El Club de la Comedia, como monologuista
y como presentadora, y desde hace un tiempo es colaboradora habitual de Zapeando. Como decía, Ana me pilla geográficamente
un poco más cerca que las anteriores, aunque ¿a quién quiero engañar? Sí, de
vez en cuando se me escapa algún que otro suspiro arrobado mientras la veo en
la tele o en YouTube, pero las probabilidades de que acabe conociéndola (ya ni
digamos saliendo con ella) son exactamente las mismas que con Emily o con Kate:
os recuerdo que la primera está felizmente casada y os comento que la segunda
es lesbiana, así que ya os vais haciendo una idea de cuáles son las
probabilidades…
La actriz estadounidense Jennifer Lawrence es otra de las que he escogido
para mi lista de payasas adorables, aunque no estaría en los puestos más altos
de la clasificación: personalmente me parece más payasa que adorable, pero
tiene su mérito de todos modos. Aunque de cara no me parece muy guapa (ya os
dije en su día que las mujeres exofóricas, con un ojo apuntando para cada lado,
me ponen un poco nervioso) tiene unas curvas que quitan el hipo,
las cosas como son… Y lo que más me gusta de ella es su espontaneidad
y su forma de ser sencilla y directa, incluso brutota a veces, que la
convierten en alguien real y cercano, como si fuera esa vecina sexy y graciosa
del piso de arriba con la que te cruzas a veces en el ascensor… Además he visto
varias de sus películas y la
chica lo hace bastante bien, así que ¡a tope con la Jenny!

Continuamos con la humorista judía Sarah Silverman, a la que descubrí por
casualidad hace ya algunos años, navegando por YouTube… Recuerdo que mi primera
impresión al empezar el vídeo de su monólogo “Jesús es Mágico” fue que era una
mujer muy atractiva; mi segunda impresión fue que tenía una voz muy
desagradable, con un tono marcadamente nasal en el que parecía regodearse; la
tercera impresión, después de escuchar algunos de sus chistes, fue la de
quedarme con la boca abierta y los ojos como platos, asombrado de las burradas que soltaba; y la impresión
final, tras acabar todo el show de hora y pico, fue la de que era una tía
realmente inteligente y muy atrevida. Tiene un humor transgresor e irreverente
que no es para todos los gustos, habla sin tapujos de temas tabú como el sexo, el
racismo, la religión o la política;
pero a pesar de moverse siempre en la cuerda floja, en arenas movedizas, en los límites de la Commedia, consigue
siempre llegar al otro lado sana y salva y marcar un triple,
y eso es algo que muy pocos saben hacer.
Otra cosa que me llama la atención de Sarah es que crea comedia de sus
propias experiencias personales, aunque sean conflictivas o traumáticas… Por
ejemplo, estuvo saliendo unos años con el presentador Jimmy Kimmel y después de
terminar la relación seguían haciendo coña con el tema en su programa
(buenísimo el sketch de “Me estoy tirando a Matt Damon”)… Es más: una década después aún hace broma con el
asunto, hasta el punto de que no sabes dónde acaba la broma y dónde empieza la
vida real, la verbalización como forma de terapia, tan típica de muchos grandes humoristas en los últimos años…
En cualquier caso, sea realidad o ficción, todo lo que cuenta Sarah lo cuenta con
mucha gracia, con autenticidad y con estilo. Actualmente podéis disfrutarla en
el late night show de Hulu “I Love You, America”.

Ingrid García-Jonsson es una actriz hija de sueca y sevillano que en lo que
respecta a apariciones públicas cae más o menos en la misma categoría que
Jennifer Lawrence: me gusta su frescura, su sinceridad y su sencillez, pero
sobre todo esa torpeza y esa fragilidad que no pueden fingirse y que me
despiertan mucha ternura y ganas de cuidarla y protegerla (De hecho me recuerda
a algunas de mis amigas de Russafa o del Carmen: modernas, estilosas y divertidas,
pero con un trasfondo de inseguridad que las hace todavía más atractivas). David
Broncano ya la ha entrevistado cuatro veces en La Resistencia y en las cuatro
me dio la impresión (a mí y a mucha gente) de que para vencer los nervios se
había puesto un poquito mecedora
(ya me entendéis: que había empinado el codo, vamos). En fin, que aparte de ser
una mujer extremadamente guapa me
parece también bastante graciosa, aunque en este caso sin ella pretenderlo, al
menos inicialmente… En cuanto a su trabajo en Cine, televisión y webseries,
he visto más bien poca cosa, así que prefiero no opinar.

Para terminar la primera parte de la entrada, quiero hablaros de Alison
Brie, una actriz que ha participado en series de televisión tan conocidas como Mad Men o Community, y actualmente Glow.
No he visto ninguna de estas series, así que Alison me era totalmente
desconocida hasta hace unas dos o tres semanas, cuando la descubrí en un vídeo musical
de Beck dirigido por el fantástico Edgar Wright.
Desde entonces he visto algunas entrevistas suyas y la verdad es que la chica lo
tiene todo: es guapa y sexy,
parece simpática y es muy, muy graciosa… Y lo poco que he visto
de ella como actriz en estos últimos días también tiene muy buena pinta, sobre
todo las series, con las que intentaré ponerme al día. Lamentablemente, el hermanísimo Dave Franco se nos ha
adelantado a todos y se casó con ella el año pasado… ¡Cómo te odio, Franco!
Para acabar con buen sabor de boca, os pongo el enlace al vídeo de Beck, en el
que el talento desborda por todos lados: la música es fantástica, el concepto
es muy original y Alison está irresistible, elegante como una estrella de Cine
de la época dorada y a la vez payasa como ella sola.
Pero si Alison es increíble, el impacto que me ha causado Aubrey Plaza,
como ya os he dicho, es incluso mayor, hasta el punto de que dedicaré la
segunda parte de la entrada exclusivamente a su forma de ser, su carrera y sus trabajos en Cine y televisión… Lo que no sé es si seré
capaz de haceros entender las razones por las que me vuelve loco, porque si las
anteriores eran simplemente graciosas o un poco payasas, lo de Aubrey es tan
raro que tal vez no haya palabras para describirlo.
Hace ya casi un año
que no publico una nueva entrega de mis fotos de edificios antiguos o
abandonados de Valencia, así que aquí tenéis unas cuantas grietas más
para reflexionar un poco sobre cómo el paso del Tiempo acaba por alcanzarnos a
todo y a todos.
Cuando hace unos años os hablé en el
blog de mi lista de placeres sencillos os comenté que
me relaja mucho ver y sobre todo escuchar a alguien realizando trabajos
manuales como dibujar, recortar cartulina o hacer papiroflexia. No es algo solo psicológico, lo noto a nivel
físico, principalmente en la cabeza. No es un escalofrío, y tampoco es
exactamente un cosquilleo, aunque se le parece; se trata de una agradable sensación de calor y suave hormigueo en la nuca y
la base del cráneo, acompañada de una placentera relajación, pesadez de cabeza
y ganas de cerrar los ojos y echarse a dormir. Se le añade a veces una muy
ligera sensación de nudo en el estómago que sin embargo no resulta
desagradable.
También experimentaba esto de pequeño cuando había epidemia en mi colegio y
mi abuela materna me revisaba el pelo en busca de liendres,
que luego despachaba presionándolas entre sus dos uñas con un casi imperceptible
“click”… Y lo siento cuando voy a que me corten el pelo,
aunque en menor medida, y más o menos dependiendo de la persona que lo haga (me
ocurre sobre todo cuando es una mujer). Y por supuesto cuando alguien usa conmigo
un masajeador capilar, sin duda uno
de los mejores inventos de la Historia. Haciendo un poco de memoria, ahora
mismo no recuerdo ningún estímulo puramente visual que me haya producido esta
reacción.

Poco después de escribir acerca de mis
placeres sencillos descubrí que esto tiene un nombre: se trata del ASMR o Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma, aunque otros términos bastante menos técnicos
son el de orgasmo cerebral
o su equivalente inglés, braingasm. El ASMR, acrónimo acuñado en 2010, es un fenómeno
biológico, no muy estudiado aún desde el punto de vista científico
por ser bastante subjetivo y difícil de medir, caracterizado por una placentera
sensación de hormigueo en la cabeza, los hombros y la espina dorsal en
respuesta a determinados estímulos auditivos, visuales o táctiles. Lo de las
liendres o la peluquería que os contaba antes tiene mucho sentido, ya que una
de las teorías sobre el origen del ASMR se remonta a nuestro pasado evolutivo,
cuando una de nuestras principales maneras de socializar y fortalecer vínculos,
subidos a los árboles de las praderas africanas, consisitía en despiojarnos los
unos a los otros.
Al parecer solo lo experimenta un porcentaje pequeño de la población, tal
vez menos de un 1%.
Por esta razón y también por ser una sensación bastante íntima, es algo de lo
que no se había hablado mucho hasta la aparición de Internet. Últimamente se ha
puesto muy de moda en YouTube, aunque antes de aparecer canales dedicados a
ello ya se producía este efecto en algunos casos de forma no intencionada, con videos
sobre el proceso de pintar un cuadro,
hacer un boceto o esculpir un busto,
o programas sobre bricolaje (ahora entiendo por qué en su día me relajaba tanto
ver Bricomanía aunque no soy
especialmente manitas).

Como digo, en la actualidad hay muchos youtubers que buscan conscientemente
este efecto relajante: en la Red se cuentan más de diez millones de vídeos
sobre el tema.
Los desencadenantes que se suelen utilizar son sobre todo susurros, roces en el
micro o en alguna superficie rugosa, sonidos crujientes, tamborileo de dedos,
movimientos lentos o rítmicos… Parece que mucha gente se relaja al tener la
sensación de que se le está prestando una atención personal, o cuando el
youtuber (o el amigo, que estas cosas se pueden hacer también en persona) interpreta
determinados papeles como el del peluquero o el médico en una revisión, aunque
esto es algo que yo nunca he experimentado, al menos que recuerde.
Los vídeos suelen hacerse con dos micrófonos
bastante sensibles, para poder ser escuchados con auriculares, que dan una
mayor sensación de presencia real de la fuente del sonido, oyéndose en estéreo a
izquierda o derecha, y a veces incluso por delante, por detrás o por encima de ti. La gente que los ve lo hace para
rebajar el estrés o para poder dormirse, o simplemente para sentirse
acompañados (seguro que muchos de los que consumen estos vídeos no experimentan
un verdadero ASMR sino una especie de placebo, de sugestión). Este tipo de
contenidos está tan de moda que han salido ya hasta parodias de los mismos.

Me he estado documentando un poco
para esta entrada y he visitado distintos canales, y parece que el tema da
mucho de sí, aunque no siempre en un sentido positivo; en algunos casos se cruzan
ciertas líneas rojas, a veces simplemente en lo estético y otras directamente
en lo ético. He ojeado un par de vídeos de un canal muy conocido en español
y la verdad es que no están mal, aunque a mí en particular algunos momentos me
han dado un poco de vergüenza ajena; no me gusta cuando me hablan usando
diminutivos continuamente (cierra los ojitos, etc), como si fuera tonto o un
niño pequeño… Aparte de eso, la chica lo hacía razonablemente bien. Por cierto,
ya en su día dije que estos sonidos me relajaban especialmente si los trabajos
de tipo manual como dibujar o recortar los realizaba una mujer hermosa; pues
(¡oh, casualidad!) la gran mayoría de protagonistas de los canales más famosos,
los que salen primero en las búsquedas, son mujeres jóvenes y atractivas.

Este fenómeno en principio no tiene un carácter sexual o fetichista, aunque
en algunos vídeos, debido a ciertos detalles como los susurros,
puede darse una combinación de ambos tipos de reacción. Algunas youtubers con
canales de ASMR juegan a ese juego, lo cual en principio me parece lícito; lo
que me molesta es que en el título y en los comentarios insistan en que esos
contenidos son para relajarse, cuando es tan obvio que no es esa su finalidad, o
al menos no lo será para una parte importante de los espectadores, que no
pertenecerán a ese 1% del que hablábamos antes… Otras ASMR-tistas (así se
llaman a sí mismas) se pasan tanto de intensas que a mí ni me relajan ni me
excitan, más bien me dan un poco de grima.
Está claro que el cerebro humano es muy complejo y lo que para una persona
resulta relajante para otra puede ser excitante, y para una tercera
desagradable… pero hay ejemplos en la Red que claramente no son ASMR aunque
estén etiquetados como tal; se trata de espabilados y espabiladas que se suben
al carro de la última moda sin tener ni idea, echándole morro y apelando al
mínimo común denominador, a los instintos más primarios, para conseguir más
visitas y hacerse famosos por un día.
Ver vídeos de barbies siliconadas chupando un plátano (¿Por qué lo llaman ASMR cuando quieren decir sexo?) o
de niñas de trece años susurrándote al oído porque se supone que “te ayudan a
dormir” es algo definitivamente muy raro,
lo mires por donde lo mires, y el hecho de etiquetarlos de manera incorrecta no
hace sino añadir más confusión y facilitar el acceso a los mismos por parte de
adolescentes que deberían estar aprendiendo sobre el sexo por otras fuentes más
fiables… Que conste que hay ejemplos aún más estrambóticos de los cuales no
quiero ni siquiera poner los enlaces para no aumentar su número de visitas… Francamente,
estos últimos días he descubierto todo un mundo del que no tenía ni idea, tanto
para lo bueno como para lo malo, pero no debería extrañarme tratándose de
Internet.

Olvidémonos ya de la parte negativa… Para terminar, dejadme que os hable
del vídeo de ASMR de Aubrey Plaza,
que fue en realidad el detonante para que me pusiera a escribir esta entrada,
ya que me hizo sentir de nuevo, hace unas semanas, ese intenso cosquilleo que
tenía ya casi olvidado por no haberlo experimentado (ni buscado) en mucho
tiempo. La revista W Magazine, subiéndose al carro,
ha grabado varios de estos vídeos con distintas actrices y algún que otro actor, pero el de Aubrey es el más
largo y el que parece menos forzado y más profesional de todos. En lugar de
decir frases sueltas sin mucho contenido, como suelen hacer las ASMR-tistas
normales, en él la actriz de origen portorriqueño resume entre susurros, pero con
su particular retranca y ese humor tan ácido e inteligente que la caracteriza,
su carrera en el mundo del cine y la televisión, lo cual resulta informativo,
divertido y relajante a partes iguales. He de reconocer que en un par de
momentos concretos del visionado a todas estas sensaciones se les añadió un
cierto “picorsito” de tipo sexual, para qué os voy a mentir, pero en este caso fue
exclusivamente culpa mía, no de Aubrey… Siento auténtica debilidad por esta
mujer. Si solo vais a ver un vídeo de ASMR de entre todos los enlaces de la
entrada, que sea este; de veras
que vale la pena.
Acabando ya, y dejando de lado las luces y las sombras del asunto, espero
que este tipo de vídeos os resulten interesantes e incluso os descubran a ese
privilegiado 1% vuestra habilidad innata para experimentar orgasmos cerebrales.
Otro día os hablaré con más detalle de Aubrey Plaza y de otras actrices,
cantantes o humoristas que me generan una sensación similar… y no, ahora no me
refiero al ASMR, sino al otro tipo de cosquilleo, situado un poco más abajo…
Como decía antes, que cada uno le dé alegría a su cuerpo
como quiera, pero no seamos hipócritas y llamemos a cada cosa por su nombre.