martes, 6 de septiembre de 2016

Siguiendo el Ritmo (I)


En anteriores entradas del blog os he comentado que, aunque en muchos aspectos de la vida prefiero la sencillez, en el campo musical sí me gusta complicarme un poco más. Ya hablamos en su día de aumentar la complejidad de los acordes o de la correspondencia entre el bajo y la melodía, y hoy y la semana que viene veremos algunos ejemplos de cómo complicar la base rítmica de un tema para hacerlo más interesante y atractivo, aunque a veces hagan falta repetidas escuchas hasta pillarle el tranquillo. Se trata de una selección basada por completo en mis gustos personales, con un total de diez canciones con compases extraños y cambios de ritmo complicados que me han llamado la atención a lo largo de los años… Veamos las cinco primeras.




Here Comes the Sun – The Beatles: Empezamos esta entrada como acabamos la anterior, con una canción compuesta por George Harrison, incluida en este caso en el disco Abbey Road de 1969. Harrison se vio muy influido a finales de los sesenta por la música tradicional hindú al conocer a Ravi Shankar, virtuoso del sitar y posteriormente padre (en la distancia) de Norah Jones. Los patrones rítmicos de esta tradición musical son endiabladamente complejos, pudiendo llegar a tener los compases hasta ciento ocho tiempos; esto, junto con el uso de escalas microtonales de hasta cuarenta y tres notas distintas, hace que los músicos indios encuentren la música occidental realmente simple y aburrida… Volviendo a la canción, recuerdo un fragmento de Living in the Material World, el documental de Martin Scorsese sobre Harrison, en el que Ringo Starr hablaba de lo mucho que le había costado al principio pillar el ritmo de la famosa secuencia de 3+3+3+3+4 golpes… Otros ejemplos de canciones en las que los Beatles experimentan con el compás son Strawberry Fields, We Can Work It Out o Happiness is a Warm Gun.

Surprise! You’re Dead! – Faith No More: Tema de su primer gran éxito, The Real Thing, álbum de 1989. Ya hemos comentado en otras ocasiones que Faith No More no es easy listening, y en este caso el compás no es una excepción: el solo (que empieza en 1:33) tiene una estructura realmente compleja, con bloques de 6+5 golpes muy rápidos, y hacia el final del mismo la cosa se complica aún más… Inicialmente no me gustaba esta canción, porque ni siquiera alcanzaba a comprender el patrón rítmico de las estrofas; y eso que en principio es bastante sencillo, pero el carácter sincopado del riff de guitarra y el ritmo de tresillos realizado por el charles y los platos de la batería me confundían, y no me dejaban ver con claridad dónde se tenían que colocar los golpes fuertes (el inicio de los compases, por decirlo de otra manera) para darle algún sentido al flujo de sonido… Pensemos en lo que ocurre con una pieza de Jazz: cuando la escuchas más veces y empiezas a comprender que sí hay unas reglas subyacentes, aunque sean más complicadas de lo habitual, la disfrutas más también; esto es lo que me pasó a mí con el tiempo, en el caso de esta canción. Por lo general, todo aquello que es difícil y requiere esfuerzo sólo pasa a gustarte cuando empiezas a entenderlo y dominarlo, y en ese momento la satisfacción que te proporciona es mucho mayor que con las cosas fáciles; podría aquí hacerse perfectamente un paralelismo con la Ciencia o las Matemáticas, por poner un ejemplo de tantos posibles.




Turn It On Again – Genesis: Siendo como eran progresivos a tope, no es de extrañar que los Genesis usaran combinaciones raras de ritmos en sus temas, sobre todo en las primeras épocas. Esta canción, aun perteneciendo ya a la transición hacia su fase más convencional de los ochenta (el álbum Duke es de 1980 exactamente), sigue siendo un ejemplo de ello… En este caso en las estrofas aparecen combinaciones de un compás de seis por cuatro y otro con un golpe extra, de siete por cuatro, haciendo bloques con un total de trece tiempos (o trece negras). Y hay otros momentos de la canción (por ejemplo en 1:12) incluso más difíciles de explicar, llenos de lo que parecen medios tiempos (corcheas) sueltos, puestos ahí, a contrapelo en mitad del resto: sería una mezcla de compases de 5/8, 6/8, 4/4, 5/4… una auténtica locura.

Everything in its Right Place – Radiohead: Tema que abre Kid A, el cuarto álbum de estudio del grupo, del año 2000. Aparte de ser armónicamente muy complejo y disonante, con extraños sampleados de la voz de Thom Yorke y multitud de capas sonoras, rítmicamente hablando presenta bloques de 4+4+2 golpes, resultando un compás de diez por cuatro. En la parte que comienza en 1:15, la de “ayer me desperté chupando un limón” (os juro que es lo que dice la letra, no me lo invento), se mantiene la estructura de diez tiempos pero con una distribución distinta de los golpes fuertes dentro de la misma, tan difícil que no he logrado desentrañarla en el rato del que disponía… De los Radiohead se puede citar también aquí Pyramid Song, incluida en el álbum Amnesiac, que tengo menos oída pero que al parecer ha generado activos foros de debate en la Red para intentar ponerse de acuerdo, entre otras cosas, en cuál es el compás o secuencia de compases que utiliza.

Spoonman – Soundgarden: La quinta de las canciones seleccionadas para hoy pertenece al estupendo disco Superunknown, de 1994. Empieza con el riff de guitarra, que se podría describir como una sucesión de 2+2+2+1 negras, haciendo un compás de 7 tiempos, o siete por cuatro. En 0:19 llega la primera estrofa, con una estructura de 2+2+1+2+1+2+2+2+1 negras: un complejo bloque de 15 tiempos en total, que se repite otra vez. Tras una breve transición llegamos al estribillo, en 0:44, con un ritmo más convencional de cuatro por cuatro, y luego de vuelta a los compases extraños… Es este contraste entre las partes fáciles y difíciles de seguir lo que hace que el tema resulte tan interesante y deje poso en la memoria. En el mismo álbum (que es el que yo más he oído) se pueden nombrar, entre otras, My Wave, con un compás de cinco tiempos, o The Day I Tried to Live, con interesantes bloques de 4+3+4+4 golpes. Un último detalle curioso: aunque Kim Thayil, el guitarra de Soundgarden, nació en Seattle, sus padres eran inmigrantes de la región de Kerala en India. ¿Coincidencia? No lo creo… La próxima semana escucharemos el resto de temas de esta selección y nos deleitaremos con la sabiduría de Juan Perro, que de ritmos perdidos y reencontrados sabe un rato largo.



lunes, 29 de agosto de 2016

Depre Postvacacional


Cada vez me pasa menos, pero aún me ocurre, muy de vez en cuando, que me siento deprimido durante uno o dos días sin que haya una razón de peso para ello, sin que me haya ocurrido una gran desgracia que justifique mi estado de ánimo: es más bien la suma de muchos pequeños detalles que de manera aislada no serían para tanto, pero que combinados logran superarme temporalmente, hasta que consigo racionalizar la situación y superar el estado de apatía. Ésta es la sensación que he experimentado el último par de días; os copio a continuación una lista de esos mil dolores pequeños, de esos detalles tontos que combinados han conseguido ponerme triste:

1. Que haya que volver del viaje que hago todos los años en verano.
2. Saber que me quedan unos pocos días para volver a trabajar, y no saber exactamente qué cambios va a haber este año.
3. Conectar mi móvil al portátil para que se cargue la batería y descubrir dos horas después que la carga ha bajado.
4. Poner una lavadora justo el único día que llueve en semanas.
5. Recibir la visita de una comercial de Iberdrola y tomar todas las precauciones para asegurarme de que no se trata de una estafa ilegal, sólo para descubrir después que ha sido Iberdrola la que con gran probabilidad me ha timado legalmente.
6. Que sólo me respondan a un tercio de los mails que envío, y sin embargo estar preocupado por recibir demasiados mensajes si me instalo el Whatsapp en el móvil.
7. Que nos las prometiéramos todos muy felices después de un julio y un agosto bastante soportables, y precisamente ahora que se acerca septiembre haya hecho un par de noches realmente calurosas.
8. Poner la tele y que no haya más que chorradas y cobertura del pacto de PP y Ciudadanos para la investidura.
9. Saber de buena tinta que hay por ahí algún otro amigo o amiga que está también ahora mismo con la depre postvacacional.
10. Tener muy pocas ganas de escribir una entrada para el blog pero sentirme en la obligación de hacerlo en base a un compromiso no escrito con mis lectores y conmigo mismo, a pesar de que no recibo apenas comentarios.




Cuando me paro a pensarlo fríamente, soy consciente de que ahí fuera hay muchas personas con problemas más importantes que éstos, pero ya sabéis lo que dicen de que “mal de muchos, consuelo de tontos”, así que para intentar animarme no pienso en la desgracia de los demás, sino que trato de encontrarle la parte buena a cada uno de los pequeños problemas que me rondan la cabeza… Así es como la lista de arriba se ha ido convirtiendo, a medida que la redactaba, en una doble lista con la cara y la cruz de cada punto. Aquí tenéis la parte positiva del asunto, lo que me consuela con respecto a cada pequeño obstáculo, haciéndolo todavía más pequeño y fácil de saltar:

1. Tener las fotos para recordar el viaje, y para compartir las mejores con vosotros algún día, en el blog.
2. Si mis condiciones de trabajo no han cambiado mucho respecto al pasado año, me va a gustar hacerlo.
3. Apagando el móvil antes de conectarlo al portátil se carga correctamente.
4. La lluvia sólo duró diez minutos y al cabo de un rato estaba todo seco de nuevo.
5. Es posible que con el cambio de contrato efectivamente salga ganando, y en caso contrario lo máximo que pagaría de más serían unos 5 ó 10 euros al mes, cosa que me puedo permitir perfectamente hasta que decida cambiarme otra vez.
6. Los amigos que me responden a los mails son todos tíos y tías estupendos, que valen por tres cada uno (y los que no responden también son buena gente pero seguro que están muy liados revisando el Whatsapp).
7. Julio y agosto ya no nos los quita nadie, y además parece que los próximos dos o tres días mejorarán las temperaturas nocturnas otra vez.
8. Siempre puedo ver en Internet alguna buena película, serie, documental o entrevista.
9. Tener la certeza de que si quedo con mis amigos tanto ellos como yo nos sentiremos mucho mejor, de que las depres compartidas son siempre menos depres.
10. Haber sabido, como en el Judo, aprovechar la fuerza del oponente a mi favor: lo que antes eran mil pequeños dolores se ha convertido ahora en la entrada que necesitaba para La Belleza y el Tiempo, y además bajo un enfoque más positivo y terapéutico, con lo que me siento mucho mejor. Si tienes que llorar en público, al menos llora dulcemente



lunes, 22 de agosto de 2016

Rótulos (II)


Como os prometí, aquí tenéis la segunda parte de mi selección de fotos con rótulos, letreros y señales. La próxima semana, de nuevo un poco más de letra… aparte de la de los rótulos, quiero decir.












lunes, 15 de agosto de 2016

Rótulos (I)


Otra vez he vuelto a batir mi récord de extensión (y como mínimo dos veces) con la entrada múltiple sobre las murallas de Valencia, así que para compensar tendremos algo más ligerito hoy. Se trata de una selección de fotos mías de rótulos y letreros, casi todas de comercios de la ciudad, ya sean recientes o antiguos. Aquí tenéis la primera entrega; la semana que viene, más.